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Básicamente no estaba en posición para poder enamorarme, y no creo que nunca lo estuviera, no es que no quisiera es que simplemente no podía darme el lujo, y es que ¿Quién en su sano juicio se enamoraría de alguien como yo?

Y ya sabía la respuesta, nadie. Y como lo descubrí, bueno en la preparatoria cuando esa chica de la que me enamore perdidamente por primera vez, descubrió mi secreto y entonces se fue, me odio de repente mientras yo me quede amándola, pero bueno gracias a eso me di cuenta de la verdad, alguien como yo no podría disfrutar de ciertos placeres de la vida como enamorarse.

No tuve una vida tranquila, ni siquiera normal, era la chica a la cual todos querían como novia, la chica a la que creían atractiva, pero también era la que no quería a nadie, y la que se sentía y hasta la fecha una bestia, me prive de las fiestas en la piscina, me prive de las pijamadas, me prive de pasar la noche en la casa de alguna amiga, pero me acostumbre a la soledad, me acostumbre a ser así, tenía 17 años cuando me hice mi primer tatuaje una golondrina en la parte baja de la nuca, y no pude parar desde entonces, se volvió una especie de adicción, comencé a plasmar en mi cuerpo una especie de diario personal llenándolo de tatuajes, tenía ya 19 tatuajes desde que había hecho el primero, aunque pocos los habían visto ya que  ocupaba una crema especial para cubrir los tatuajes solo la dejaba de usar cuando estaba en casa descansando, mientras estaba en el trabajo bueno, era alguien diferente, como siempre, otra adicción que tenía era el ejercicio, en parte era lo único que mantenía mi mente realmente ocupada a parte del trabajo, y mi trabajo bueno, era la directora de la revista CANDL. Típica egocéntrica para todos, la chica “modelo” perfecta. Pero yo sabía que no.  Sabía que debajo del maquillaje había una chica que pedía a gritos ser un poco normal, debajo de aquella crema que cubría mis brazos y otras partes del cuerpo había tatuajes que quería mostrar y había una chica que quería cortar el pelo largo porque no se sentía cómoda, había una chica, que no era tan chica, debajo de la ropa, había algo que nadie debía conocer. Por eso era esta chica de plástico.

-Pentagrama del día – entre a la oficina y avente la bolsa en mi sillón detrás de mí, mi asistente que además era una de las pocas personas que consideraba una amiga Normani

-Para hoy solo tienes la revisión general del número del mes y la comida con

-Mi madre- dije y me senté detrás del escritorio- gracias Mani

-Tu café ya lo traigo

-No hace falta me bebí uno camino acá – la mire.- te puedes retirar

-Ah y Lauren- la mire de nuevo.- feliz cumpleaños

-Gracias

Y entonces me recordó lo que no quería recordar. Mi existencia, 22 años de existencia, y así paso el día después de la revisión del número de este mes de la revista, salí a la comida con mi madre

-Lauren cariño- mi madre se paró y me abrazo

-Hola mamá ¿Cómo estás?

-Bien, algo vieja ya pero bien

-Oh no digas eso, y ¿Dónde está papá?

Nos sentamos  y ella miro triste

-De viaje como siempre, pero evitemos el tema dime, ya te dieron los resultados de los estudios, dime que me podrás dar nietos

La mire y entonces ese odio que sentía por mi tan solo creció más

-No empieces con eso, y no me he practicado los estudios, no es necesario ya que 1) no tengo pareja, 2) no me interesa, 3) nadie va a fijarse en mí.

-Cielo no tienes que ser tan dura contigo

-Mamá siempre es lo mismo, siempre terminamos discutiendo por lo mismo, la verdad no estoy de humor para esto, y no tengo ganas así que por favor, o comemos sin hablar del tema, o me voy en todo caso solo tengo una hora para regresar a la revista así que tú decides

R U MINE? (CAMREN G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora