♡Capítulo uno.♡

3.9K 358 863
                                    

"I always knew that you were too damn selfish"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"I always knew that you were too damn selfish".
─────┈ • ⋆ ✮ ⋆ • ┈─────

Newfoundland and Labrador, once años antes.

Crecer en un castillo no es sencillo. Y si, al principio todos vemos las cosas de afuera y vivir en aquella burbuja parece fascinante, sin embargo, muchas personas que nacieron dentro, deserían salir. Se asemeja con todo en la vida cotidiana; uno siempre quiere aquello que no puede tener y le parece tan ordinario lo que tiene.

Solo, imagina tener siete años y nunca haber ido a la playa, o siquiera al parque con los demás niños. No sentir ese cosquilleo a la hora de preguntarle a alguien si quiere jugar, el luchar cada mañana para no asistir a clases, el correr hasta que tus piernas te duelan. Imagina no poder tener seis años y vivirlos como tal, como niño.

Lo cierto es que muy pocas personas verdaderamente disfrutan lo que tienen, en ese momento exacto, en el momento justo.

Jughead Jones, el pobre chico odiaba su nombre. Se tendría que acostumbrar, decía su madre.

Me lo cambiaré cuando sea mayor—asintió con una mueca de desagrado.

Una tarde, había perdido a sus padres dentro de su hogar, que tampoco era muy acojedor; veía a ciento de personas trabajar para ellos, hombres armados, señoras con vestidos, cocineros.

Señor Jones, no corra. Puede lastimarse—habló una mujer mientras Jughead atravesaba la cocina.

¿Qué cocina?—preguntó curioso.

Hamburguesas con papas para la cena—los ojos del niño brillaron—Por favor, no tome el—había sido tarde, el niño había robado una papa frita para irse corriendo.

Le diré a mamá que estás corriendo—habló una voz cruzándose de brazos.

Jughead dejó de correr y miró a su hermano de nueve años.—No me importa, Tyler.—y tras eso, siguió corriendo.

Su velocidad bajaba lentamente cada vez que veía el camino hacia el patio vacío. Corrió rápidamente hacia afuera y luego de unos minutos, vió un hueco con varios árboles. Curioso entró y caminó hacia dentro, sin darse cuenta que estaba saliendo del castillo.

Sintió un ruido, eran unas pisadas—¿Quién anda ahí?—preguntó firme. Recordaba los cuentos que su madre le contaba, aquel caballero valiente. Frunció su ceño al ver una chica mirarlo, con un vestido—Oh, hola.—sus mejillas se sonrojaron.

La rubia, con sus risos, sonrió—Hola—dijo amablemente—¿Cómo te llamas?—preguntó curiosa, poniendo sus manos tras ella.

¿No sabes quien soy?—preguntó extrañado. Su padre siempre le decía que todo el mundo sabía de él, que el pueblo lo reconocería.

Damn selfish.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora