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Las luces del salon salían por las ventanas, dejando en claro que había una gran fiesta y que sus invitados lo estaban disfrutando al máximo

La luna y las estrellas eran testigos de lo que ocurría en aquel lugar, aún que también se detenían a observar con curiosidad la actitud de cierto rubio que se mantenía ansioso pegado al arco de la salida, alejado de las personas

«Ya me quiero ir, ya me quiero ir, ya me quiero ir»

Mikaela Hyakuya odiaba con todo su ser las reuniones

Consideraba diminuto el salón en el que se encontraba, sumándole que no eran diez, ni veinte personas, sino trescientas personas estaban en ese lugar. El pequeño pueblo había crecido rápidamente con los años

«Ugh, es demasiado pequeño» pensó jalando un poco el cuello de su camisa que sentía que lo ahorcaba

Trataba de evitar a las personas, no por ser grosero, sino que tenía muchísimo de no convivir con tanta gente al mismo tiempo que no sabía cómo reaccionar

Preferiría quedarse con los ancianos y ayudar al huerto, pues estos eran amables con él y no indagaban tanto en su vida pasada

Su plan era quedarse cercas del pelinegro, así evitaba tener que hablar con las personas, pero hubo un momento en el que se perdió y no lo volvió a ver otra vez a pesar de buscarlo con la mirada

Se sentía casi al borde de la asfixia

-¿Dónde estás? ¿Dónde estás?- murmuraba ansioso rascándose el dorso de su mano

Había agarrado esa mala costumbre de comenzar a rascarse cuando se encontraba muy ansioso, en ocasiones se había llegado a dejar muy irritado la parte trasera de su cuello

Habían muchas señoritas murmurando que querían algo con él y de lo guapo que se veía. Iba de blanco con azul y su cabello atado en una coleta, siendo sujetada por un moño igualmente azul, haciendo juego a su traje

-¿Estás solo?

Bajo su mirada y se encontró con una señorita pelirroja. A pesar de vivir ahí sus años, no conocía a todo el pequeño pueblito, pues no sé dió a la tarea de hacerlo, solamente a los ancianos y a algún comerciante

Nada que ver a Yuuichuiro, él conocía a medio pueblo

-Vengo con un amigo -respondio tratando de mantener la compostura

Sus ojos rojos conectaron con los marrones de la mujer, parecía ser de su edad. Ella utilizaba un vestido verde con apariencia de terciopelo y su escote de hombros caídos hacia que la parte superior de sus pechos estuvieran expuestos, mientras que en la falda habia una abertura que dejaba al descubierto su pierna derecha

Ella sabía muy bien lo que hacía al momento de acercarse al rubio

-Pues no lo veo por aquí -dijo acercándose a él un poco más

-Uh

-¿Por qué no me acompañas por unos tragos? -señalo el pequeño bar que había en el salón -Podriamos hablar un poco

-Perdon, no bebo

-Oh, podemos ir a un lugar... Más... Alejado- dijo mientras se apegaba a su cuerpo y apretando sus brazos para que su pecho se viese más grande

De pronto, una canción que reconoció al instante comenzó a sonar, bluestone alley, intento alejarse de la chica pero está lo tomo del brazo y lo arrastró a la pista de baile en contra de su voluntad

Quería negarse, decirle a la chica que aquello le parecía un insulto hacia su amigo fallecido pues bailaba con otra persona la canción que era de ellos dos

Cartas para Mika (M! reader x Mikaela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora