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Luego de dos semanas, ambas pasábamos uno de los dos recesos al día juntas mientras Mina lo pasaba con Chaeyoung.
De todos modos estábamos juntas todo el día; habían muchas veces que debía obligar a Sana a prestar atención ya que ella mantenía distraída.

Me encontraba anotando lo escrito en el pizarrón, tanto que mis gafas comenzaron a deslizarse por mi nariz. Mi atención estaba tan hiperventilada que no tenía tiempo para acomodarlas (la verdad si tenía tiempo pero mi cerebro no me lo permitió).
Mi problema se solucionó cuando el delicado dedo índice de Sana levantó y colocó las gafas en su lugar.

Mi concentración se fue apenas tocó la punta de mi nariz por accidente. La miré, ella estando muy cerca de mi rostro, me sonrió haciendo que sus ojos casi desaparecieran.
No podía realmente hacer alguna expresión; quedé tan perdida en su roce y sonrisa que no podía moverme. Puedo asegurar que estaba sonrojada y los latidos de mi corazón se escucharon por todo el salón.

—Casi se te caen— Dijo aun a la misma distancia.
Sin esperarlo, besó mi mejilla rápidamente para luego volver a garabatear sobre su cuaderno.

Mi mirada impregnada en los labios y manos de Sana, dibujaba caritas kawaii mientras mordía su labio inferior con una sonrisa y ladeaba su cabeza dejando caer su cabellera anaranjada en el pupitre.

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Yo mordía mi sándwich y ella sacaba cereal del paquete con sus dedos. Nosotras hablamos sin fijaros en nuestro rumbo, nada más nuestros pies nos guiaban solos.

—Yo creo que es mejor ser adolescente que niño— Dije después de tragar un pedazo de pan.

—Si, tienes razón. Pero igualmente cuando uno es niño, no se da cuenta de las cosas malas y solo vive— Iba a contestarle, pero un duro zapato aplastó mi pie sin darme cuenta.

—¿Y esta niña de primaria?— Era Suho. Con su sonrisa ladeada y brazos cruzados. —Hola, mi amor— Soltó uno de sus brazos para acariciar el mentón de Sana, el cual ella alejó de su rostro de inmediato. —¿Por qué tan agresiva?—

—Aléjate— Con fuerza quité mi pie haciendo que Suho perdiera el equilibrio por un momento. —Te lo dije una vez, no me hagas volver a decirlo—

No me hagas volver a decirlo— Agudizó su voz intentando imitarme (lo que claramente no le salió), levantando las palmas agitándolas. —Y si no quiero irme, ¿Qué? Me vas a golpear de nuevo con tus diminutas manos, ¿Verdad? Tus manitos chiquitas no las quiero en mi rostro, sino aquí abajo— Seńaló su entrepierna. —Vamos al baño, me haces el favor con tus manos y no las vuelvo a molestar, lo prometo—

—Eres un estúpido— Exclamó Sana justo antes de lanzarse hacia él para darle sus buenas palizas.

—Tu quítate, puta, tu no me sirves. Eres muy sensible y poco madura para ese trabajo. Ya perdiste al decirme que no te tocara como quería. No vengas a celarme ahora— Ese comentario me molestó de verdad, así que igualmente me lancé, haciendo que con el peso de las dos Suho cayera al duro cemento.

Se generó un círculo de expectantes alrededor nuestro y la directora llegó a detenernos.

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—Lo que hicieron allí estuvo muy mal. Saben que vienen los partidos de rugby y sin Suho sería un desastre— La superior apoyaba la frente en su mano mientras miraba al escritorio. Ni quería mirarnos a los ojos.

—Tienen partidos casi todas las semanas, señor. ¿Acaso querí—

—¿Le di la palabra, señorita Minatozaki?—

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⏰ Última actualización: Aug 20, 2020 ⏰

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your SEXY body and I ⁺˳✧༚ saidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora