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La tarde era soleada. Las clases habían terminado y todo parecía indicar un buen tiempo para una práctica al aire libre. Sin embargo tanto Lan JingYi como Lan Sizhui permanecían dentro de la biblioteca copiando las reglas de la secta.

JingYi de verdad estaba agradecido con ese niño. Si no hubiera estado dispuesto a mentirle a Hanguang-Jun el tendría que estar haciendo parada de manos en ese momento y quién sabe si podría ser merecedor de un descanso. Y tal como se dispuso la noche anterior haría cualquier cosa para devolverle el favor a su inesperado salvador.

Aunque poco podía hacer estando castigado bajo la paciente vigilancia de Lan WangJi.

Media hora antes de la hora de cenar, Sizhui fue llamado por Lan Zhan y ambos se alejaron de donde se encontraba JingYi, quién al momento de verlos perderse entre los estantes tomo un pequeño pergamino y escribió un mensaje para su compañero de castigo. Lo dejo cerca del asiento de Sizhui, oculto de la mirada de Hanguang-Jun, pero a la vista de Lan Sizhui.

Cuando volvió, listo para ordenar sus cosas y partir para la cena encontró el pergamino y lo guardo discretamente en su manga. JingYi sonrió satisfecho e imitó a su compañero acomodando sus pertenencias.

—Pueden irse ahora— habló WangJi mirando la copia perteneciente a Lan JingYi con atención —. JingYi, hay un error. Tendrás que volver mañana y repetir el párrafo trescientas veces.

JingYi soltó un lamento apenas audibles, luchando con el mismo para no reprocharle a Hanguang-Jun por el pequeño error que había cometido y terminar con un castigo peor. Seguramente, Hanguang-Jun había sido misericordioso con él porque el otro niño estaba con ellos. Ambos se despidieron y salieron del pabellón de la biblioteca.

—Disculpa, Lan JingYi— la voz de Sizhui fue suave, no estaba acostumbrado a entablar conversación con otros que no fueran sus tíos o su padre. —. No suelo cenar con los otros discípulos. Cómo sabrás no lo tengo permitido... así que no puedo acompañarte. Además, hablar  mientras se come está prohibido.

JingYi estaba un poco sorprendido. Ni siquiera había notado en qué momento Sizhui había leído su nota.

—Si mañana por la tarde terminas de copiar pronto... podría esperar aquí por ti...

Los ojos de JingYi se iluminaron.

—¡Por supuesto! ¡Terminaré esas aburridas copias de inmediato e iremos a practicar con la espada junto a los demás!

Sizhui desvío la mirada. Estaba convencido de que hablando con su padre y su tío Xichen no se negarian a dejarlo convivir con un discípulo; después ellos se lo dirían a QiRen y lo convencerían para no regañarlo. Pero no sabía si sería correcto convivir con más discípulos después de las clases.

—Bien, debo irme. Nos vemos, Lan JingYi.

—¡Nos vemos Sizhui!

~•~•~•~•~•~
No hubo necesidad de convencer a su tío ni a su padre. El único que parecía renuente era QiRen, pero había pocas cosas que podía negarle a su querido nieto. Así que oficialmente pudo iniciar una amistad con Lan JingYi.

La única condición puesta por  el mayor Lan fue que JingYi debía mejorar su cultivo y bajar su índice de infracciones cometidas dentro del Receso de la Nube. El primer mes fue así, a los seis meses QiRen fue menos estricto con esa condición, y al año realmente ya no importaba.

Con ayuda de JingYi, Sizhui pudo adaptarse mejor a la vida en el receso de las nubes. Poco a poco fue acercándose más a sus compañeros, aprendiendo de ellos y ayudándolos en lo que podía. Pronto los chicos comenzaron a verlo como un verdadero ejemplo a seguir, para ellos Sizhui era casi tan sabio como Lan QiRen, tan aplicado como Hanguang-Jun y tan amable como Zewu-jun; Sizhui era la combinación perfecta de los tres Lan mayores y era una bendición que fuera parte de su generación.

Añoro [MDZS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora