018;

1K 83 41
                                    

mateo.

Soy un aweonao. Está clarísimo. El Matías opinaba lo mismo.

¿Por qué tenía que comenzar a desarrollar sentimientos por la Javiera justo en estos momentos?

Gimo en frustración y entierro mi cabeza en la almohada.

—No sé qué decirte, perro —mi mejor amigo se sentó en la silla de mi escritorio—. Yo creo que ya no da.

Volteé mi cabeza para mirarlo—. Soy pura mierda. Estuvo años atrás mío y ahora que ya no quiere tener nada conmigo me comienza a gustar —cerré los ojos—. ¿Por qué me pasa esta weá a mí?

—No sé, hermanito.

Bufé—. Gracias por la ayuda oye, te pasaste —le tiré una almohada.

Se rió—. Ya oh, perdón.

Hubieron unos segundos de silencio hasta que él volvió a hablar.

>> ¿Pero te gusta de verdad o solo crees que te gusta? Porque si no estás seguro mantente lejos de ella, erís mi amigo y todo pero no quiero que la hagas sufrir tampoco, me cae bien. Y eso no se hace.

Suspiré—. No sé, weón. No sé si de verdad me gusta o solo es atracción. Pero durante estas semanas le escribía todos los días porque no me gustaba saber que estaba mal. Por último le mandaba un meme fome para que se riera de lo fome que era. Me gusta verla sonreír y últimamente no lo hace mucho. La pasó mal y no quiero que se vuelva a sentir así. De repente en la sala me encuentro mirándola y antes no me pasaba... Puta la weá oh, me gusta, por la chucha —volví a enterrar mi cabeza en la almohada.

Estai cagao.

—Estoy cagao.

A la salida de clases había ido a caminar con la Karina. Hace unas tres semanas habíamos dejado de pelarnos y quedamos como amigos ya que yo estaba confundido por la Javiera y ella se estaba pelando con una chica y estaba muy emocionada e ilusionada.

Le hablé sobre lo que estaba sintiendo y me dijo que si realmente no estaba seguro de lo que sentía me alejara y no la ilusionara, porque lo único que iba conseguir era volver a dañarla y ahí sí ella ya no iba a perdonarme. Por lo mismo cuando me vio hablando con la castaña me fue a buscar, porque yo aún no tenía claros mis sentimientos y para qué andar con weás, soy bastante propenso a cagarla cuando de ella se trata.

—¿Sabís qué, weón? —giré mi cabeza para verlo—. La Javi ahora no la está pasando bien, todos en el curso notamos eso, es como que está apagá. No creo que sea conveniente que llegues y te declares ahora, mejor esperar a que ella esté bien y tú estés completamente seguro de que esta weá que sientes no es solo porque ella ahora la está pasando mal, ¿cachai? Quédate cerca de ella si quieres, nadie te dice que no lo hagas, pero hazlo como amigo nomá —se encogió de hombros.

Suspiré—. Sí, tenís razón.








Dicho y hecho, durante muchos días estuve al lado de la castaña como amigo, intentando que no se noten mis sentimientos por ella, porque como la Kari y el Mati dijeron: ella la estaba pasando mal y no necesita que llegue yo y la webeara. Al principio pude sentir cómo la Barbie me miraba mal y rodaba los ojos cuando me acercaba a su mejor amiga, pero me tomé la molestia de hablar con ella para dejarle en claro que no planeaba hacerle daño a su amiga, que eso era lo que menos quería. Me pidió expresamente que no le hiciera ilusiones porque ahí sí me iba a cortar las pelotas —palabras de ella, no mías—, por lo que luego de asegurarle varias veces que no quería eso suspiró y dejó de estar tan a la defensiva.

dame la pasáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora