El chico del árbol

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Y ahí estaba otra vez, como siempre sentado en la misma banca del parque, con un libro abierto en su regazo que pretende estar leyendo, (y es que pues como es normal que todos finjan leer libros, el tambien lo hace, bueno, no es normal fingir leer libros, o al menos que yo sepa),pero ya hablando enserio, a el le encanta leer, pero en este momento solo pretende leer, por que por mas que quiera, no logra concentrarse.

Pero el ya sabe, que en el parque no se va a poder concentrar, y menos con lo que tiene enfrente.

Frente a el hay un árbol hermoso e inmenso, pero no se distrae por el, sino por lo que hay debajo, un chico de pelo castaño y ojos oscuros.

Lleva meses viéndole, pero aun asi no se anima a hablarle. Solo se limita a verle a una distancia considerable.

Y hoy no es una excepción, no tiene el valor para acercarse ni nada por el estilo, solo se limita a verle, pero algo raro pasa, el chico siempre se va a las 12, pero hoy no, son las 11:30, y se levanta del suelo sacudiendo con una mano la tierra que tiene en el pantalón, se quita los audífonos y cierra el libro que leía.

Aun no puede creer que el chico se vaya tan rápido, por lo que verifica una vez mas el reloj de su muñeca, y luego el de su celular. La hora es correcta, levanta la vista para ver si el chico ya se ha ido, no sabe como ni cuando paso, pero el chico ya no esta bajo el árbol, esta frente a el pero no dice nada, solo lo mira a los ojos.

El tampoco dice nada.

Sus ojos no son como el se imaginaba, carecen de emoción. Son fríos e inexpresivos. Parecieran que a pesar de estar viéndote, estuvieran viendo algo lejano.

Pero aun asi, son hipnóticos, mas obscuros de lo que creyó, la pupila y la iris se convierten uno en sus ojos.

Y de un momento a otro sin previo aviso, los labios del chico estaban sobre los suyos. No entendía como sucedió, solo cerro los ojos y disfruto esa caricia que le hacia desatar un sin fin de emociones en su interior.

Tardo unos segundos en abrir los ojos una vez que se separaron. Lo único que vio fue al chico marchándose de ahí, dejándolo perplejo en la banca del parque.

Al día siguiente el se levanto emocionado y ansioso por ir al parque, quería una explicación, pero mas que nada, quería verlo. Llego al parque a la misma hora de siempre, pero el no estaba bajo el árbol, de hecho ni siquiera estaba en el parque, se sentó en la banca y espero, y espero bastante, dio la 1 y el no apareció.

Se levanto resignado y se fue a casa, con la ilusión de poder verle al día siguiente.

Pero tampoco fue al parque al día siguiente, ni al siguiente, ni al siguiente ...

Del hielo, al fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora