Bienvenido Pinetree {TERMINADA}

c=14: lo bueno y lo malo, tiene su fin

Antes de empezar! Si eres Cristiano posiblemente no te guste el video de arribita, así que yo que tú no lo veo wey, ya que podría ser un poco blasfemo y pus, eso era todo, disfruta del último capítulo, los voy a extrañar.

Era de mañana, el sol entraba chocando en la cara de ambos chicos, la puerta de abrió de golpe y un pequeño en pijama con un perrito de peluche entre sus brazos entro corriendo y saltó a la cama de sus padres, ambos se asustaron y el castaño casi cae al piso de no haber sido porque el rubio le tomó de la camisa el castaño hubiera caído al piso (ni modo que al techo!) Luego de el casi accidente, el pequeño se lo paso haciendo preguntas como ''vamos a ir por mi hermanita!?'' ''Cuando va a venir ella!?'' ''Será más grande o más pequeña que yo?!'' ''Vamos a ir ahora!?'' El castaño se había olvidado por completo de decorar la habitación, no había puesto ni la cama o sus juguetes, trato de levantarse de la cama pero el incesante dolor en sus caderas se lo impidió, de inmediato volteó a ver al rubio y comenzó a golpearlo con la almohada, y el más pequeño no se quedó atrás, lo que a sus ojos era una pelea de almohadas por diversión a los ojos de su ''madre'' era una especie de castigo por el hecho de que el rubio lo había dejado inmóvil con lo que hizo la noche pasada, al rubio le parecía una muestra de cariño pero al ver el rostro de su castaño se dio cuenta de que posiblemente estaría en problemas, pero en su defensa el castaño lo había provocado cuatro veces, así que no todo era su culpa.

-hijo, podrías dejarnos un momento a solas? Debo hablar con tu padre -dijo el castaño de brazos cruzados viendo al rubio com el seño fruncido-

-por amor a tu padre Thomas, no te vayas- pensó el rubio con algunas gotas de sudor bajando por su frente, su esposo podría llegar a ser un ser muy aterrador cuando se enoja-

-si mami!-dijo y luego bajo de la cama de sus padres e irse escaleras abajo a la cocina y servirse un tazón de cereal-

-el castaño volvió a golpear a su esposo con al almohada solo que esta vez era más fuerte-pendejo hijo de tu madre! Ahora como diablos voy a preparar la habitación de nuestra hija!?

-pero si ya lo hice!-dijo el rubio tomando la almohada para que el castaño no le siguiera golpeando con ella-

-de que hablas!?-dijo el castaño soltando la almohada-

-ayer, luego de que cogieramos como conejos, por cierto, aprietas rico, Pinetree~-dijo coqueto el rubio, el castaño volvió a golpearlo con al almohada-ay, pero luego de eso yo me desperté y alguien estaba tocando el timbre, cuando fui a ver, era un repartidor, bueno eran como 3 o 4, traían las cajas con las muñecas y los muebles que compraste ayer, estabas demasiado cansado anoche así que yo armé todo cuando tú estabas dormido-dijo el rubio acariciando la mejilla del castaño-

-B-Bill, tú hiciste eso, tú solo?-dijo el castaño acariciando el cabello del rubio luego lo beso con ternura-lo siento, cielo-dijo separándose del beso-

-tranquilo, vamos a bañarnos y luego vamos por nuestra pequeña-dijo y se levantó de la cama-

-ahem! Y, según tú como voy a poder moverme de aquí? Si me dejaste inválido otra vez-dijo con una cara seria y con los brazos cruzados-

-acaso me estás intentando decir que te quieres bañar conmigo, Pinetree?~-dijo acercándose al castaño para luego tomarlo de la cintura-

-auch, espera me duele, pero supongo que, si deberíamos bañarnos juntos, además así le ahorramos agua al planeta~-dijo enrollando sus brazos en el cuello del rubio-

-deberíamos ayudar al planeta más seguido amor mío -dijo y luego tomó al castaño de la cintura y entraba al baño con el castaño en brazos-

El rubio había puesto al castaño contra la pared mientras le quitaba la ropa, deleitandose con el cuerpo de su castaño lleno de mordidas y chupones, el castaño se había sonrojado, el ver a su esposo deleitandose mientras le quitaba la ropa era un poco vergonzoso a su parecer, cada caricia intencional que hacía el rubio hacía que el cuerpo del castaño se estremeciera, a quien el rubio ya había despojado al castaño de su ropa por completo, así que ahora le tocaba a él, comenzó desabrochando su camisa y luego su pantalón, hasta que solo le quedaba el bóxer, se lo quitó y luego tomó al.castaño de la cintura y ambos entraron en la bañera llena de agua tibia, el rubio se sentó dentro de ella y puso al castaño entre sus piernas mojando su cuerpo lentamente con el agua tibia, luego tomó el jabón y empezó a lavar el cuerpo del castaño, lavo sus brazos, su torso, pasaba sus manos a lo largo de los muslos y las pantorrillas del castaño, para luego subir sus manos a la entrepierna del castaño y empezar a acariciarla con suavidad además de rozar su miembro con la entrada del menor, algunos gemidos salían de la boca del castaño, el rubio besaba y lamia el cuello del menor, luego de un baño lleno de besos y caricias por parte de ambos, salieron del baño y se cambiaron la ropa, además de que el menor de los castaños, osea Thomas, ya se había bañado, pero que digamos no se había puesto bien la ropa, la camisa mal abotonada, su pantalón estaba al revés, sus cordones no estaban atados y su cabello, bueno estaba como de costumbre, un poco desordenado pero con ese aire de ternura, el castaño luego de ponerle bien la ropa a su hijo salieron de la casa y subieron al auto del rubio y se dirigieron al ayuntamiento, primeramente para recoger los papeles, ya que, como había dicho el rubio, el hombre de una estatura reducida y de contextura regordeta le dio los papeles casi de inmediato cuando el rubio le dio dos mil dólares, eso dice mucho del gobierno, luego de que le s entregaran los documentos, los llenaron y se dirigieron al mismo orfanato donde habían adoptado a Thomas, la misma señorita de la vez pasada los recibió con una sonrisa brillante, los guio al interior de la propiedad, habían menos niños que antes, eso era bueno, tanto para los niños como para las familias, el pequeño volvió a reencontrarse con algunos niños con los que solía jugar al estar ahí, de entre todos los niños que habían ahí, el rubio dijo su vista en una pequeña niña de unos siete años que jugaba en los columpios, de cabellos castaños igual que los otros integrantes de la familia, se acercó lentamente a la niña y comenzó a hablar con ella, le impresionaba la confianza de la niña. Unos minutos después ya había entablado una conversación con la pequeña.