Especial:🎇 Taxi 🚕🎇

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El destino siempre se encargaba de poner las cosas en su lugar, ¿karma?, si, ¿te traicionaron?, solo espera a que las cosas caigan por su propio peso, ¿te sientes mal por ello?, no debes de derramar ni una lágrima por algo que no vale la pena, ¿duele?, claro, pero debes afrontarlo.

Era normal para Uraraka Ochako tener noches vacías, donde su esposo Midoriya Izuku, casi siempre llegaba al día siguiente, con la excusa de que su trabajo demoró mucho y tuvo que quedarse a terminar los detalles, después de todo era un empresario, supuestamente "muy ocupado".

Ella ya conocía los escándalos que su esposo armaba, varias secretarias y trabajadoras de la empresa se quejaban con ella, "¿podrías controlar a tu esposo?", "Me repugna que siempre quiera tener algo más conmigo", eran las quejas que recibía a diario. La primera vez que intento hablar con él sobre esos problemas, Midoriya empezó a discutir fuertemente con ella, hasta el punto de denigrarla, todo porque ella no podía ejercer su carrera como artista.

Sí, amaba el arte y sus pinturas eran hermosas, pero desde que se casó con Izuku, su sueño caía en picada.

Al inicio el solía elogiarla por lo hermoso que pintaba, pero al cabo de un año, sí, sólo un año de casados, el empezó a faltar, llegaba a casa realmente muy tarde.... Una... Dos... Tres... Cuantas noches iguales, hasta que llego al punto de faltar todo un día y llegar al siguiente como si nada hubiera pasado.

Cuántas comidas frías, cuántas llantos ahogados, cuántas noches durmiendo sola.

Hasta que decidió que no tenía porqué seguir así. Se dio un tiempo para ella, aprovechando la ausencia de su esposo en todo el día. Se puso más hermosa de lo que era, salió de compras, comió mucho helado, la alegría que había perdido, la recuperó en menos de una semana, pero esta vez iba a ser más precavida a la hora de elegir a alguien para pasar el resto de sus días. Porque aunque no estuviera muy convencida, ella quería divorciarse y los papeles ya estaban en procedimiento.

El único obstáculo era que en realidad necesitaba un motivo para que los papeles se pudieran cumplir, la condición de "adulterio", y ella sabía que tenía ese requisito especial. Solo que aún dolía pensar en que su esposo compartía la cama con cuantas mujeres se le cruzarán y sin embargo con ella nunca llegó a intimar.

Ella seguía siendo virgen, él nunca la tocó porque querían esperar el momento adecuado. Puf otra excusa estúpida impuesta por su tonto esposo. Pero ella no le tomó importancia, después de todo no quería entregarle su pureza a un imbecil como él.

Pero su corazón aún sentía esa molesta punzada. Tenía que descubrir en el acto a su esposo, sabía cuál era el bar donde acostumbraba llevar a sus amantes. Tenía que sacar unas cuantas fotos para mostrarlas como evidencia y así terminar por separarse totalmente de él.

Espero que llegara la noche, tomó un baño relajante de rosas, humecto su cuerpo con cremas, aplicó una mascarilla en su hermoso rostro y descanso unas horas, llegada las 9 de la noche, se puso el vestido negro escotado, ese que su esposo nunca le permitió usar por sus celos enfermizos, ni siquiera sabía porque la cuidaba tanto si a las finales sólo la tenía como adorno y para que sus amistades murmuren "que hermoso matrimonio".

Se puso unos tacones a juego, aplicó maquillaje en su rostro, solo un poco, porque ella era una belleza natural.

Su cabello había crecido hasta por debajo de sus hombros, así que lo aliso un poco. Era una verdadera preciosura hecha mujer, lastima que el imbecil de su esposo la ignoraba. De lo que se perdía.

Cogio una cartera de mano, en ella deposito su celular y las llaves de su casa y billetes, solo por si se le ocurre comprar unos tragos para vacearlo en la ropa del traidor.

Indirectas muy Directas!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora