"Día número veinticuatro"

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Sentía presión por alguna razón.
Era sencillo adivinarlo, porque desde que Louis me amenazó, siento la necesidad de esconderme más que antes.

No le conté a nadie, ni a los chicos, ya que no quería preocuparlos menos molestarlos.

Félix me dijo que si había una tal fiesta y que él mismo le había pedido a Dante que me lo informara, ya que estaba un poco ocupado para decírmelo de frente.

Creo que iré. Me siento un poco más segura con los chicos junto a mí, aunque sigo creyendo que soy una carga, como si fuera una bebé, una niña pequeña que no se puede cuidar sola.

Hoy Sam me dijo algo. Sentía que alguien me estaba mintiendo en la cara, pero con el simple hecho de su gesto de acariciar mi cabello y sonreírme, hacía que pensara que estaba hablando en serio.

Wow, ahora que te veo detenidamente. Eres muy bonita Wen...

Me llamó Wen.
Tenía años que no escuchaba que alguien me llamara así.

Parecerá ridículo, ya que mi nombre es más sencillo si lo acortas. Pero cuando me hablan así, siento que lo dicen con un toque de cariño.

Lo que me dijo, más su tono y viniendo de ella, sentía que por fin me sentía linda.
Antes pensaba que era un asco de persona, tanto física como emocionalmente, y por eso la gente me odiaba y me molestaba.

Ahora eso se redujo un poco y siento la necesidad de sonreír de verdad, darle las gracias, pero ¿de qué servía? Si ella solo respondía diciendo:

—¡Solo digo la verdad!

Ojalá su primo me dijera eso algún día.
Quiero decir, agradezco que ella lo dijera, es una chica hermosa y por eso siento que no solo lo dijo por amabilidad.

Pero Félix me atrae. Él me gusta un poco y sería maravilloso que lo dijera al igual que Sam. Que usara el mismo tono e hiciera los mismos gestos que ella.

Feliz;
Wendy

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