G | ❝ En donde Dione jamás imaginó de buena manera el mundo fuera de Themyscira, hasta que conoce a Steve y le hace cambiar por completo su percepción de la vida. ❞
*Steve Trevor Fanfic
-Ambientada en Wonder Woman de 2017.
-Steve Trevor x fema...
Miraba aburrida por una ventana como Diana practicaba tiro al arco mientras Antiope la supervisaba, no estaba prestando atención alguna a lo que Mnemosyne decía sobre las habilidades con las que Zeus nos había creado y los pequeños cambios que surgieron en algunas al pasar de los años.
—No, la verdad es que no —expliqué sincera. La sinceridad era la mejor de las virtudes amazonas—. Lo siento Mnemosyne.
—Está bien, llevamos horas aquí, tomemos un descanso —dejó el libro que estaba leyendo en un escritorio.
—He llegado en el momento justo —habló entrando a la habitación mi madre. Mnemosyne hizo una reverencia automáticamente.
—Madre, ¿qué haces aquí? Pensé que estabas ocupada con otros asuntos —me levanté del asiento mientras se acercaba hacia mi.
—Pasé a ver el entrenamiento y te vi muy entretenida analizándolo, supuse que ya te habías fastidiado de esto —me abrazó por los hombros.
—Estabas en lo correcto —asentí dándole la razón—. Sé que desde hace dos años exactos te lo he estado pidiendo, pero ¿cuándo podré entrenar con las demás?
—Pronto, solo ten paciencia, ya te lo he dicho, la edad llegará y no querrás apresurar las cosas. Todo a su paso —comenzamos a caminar fuera de ahí.
—No me parece justo que Diana pueda convertirse en la mejor guerrera y yo esté aquí encerrada leyendo libros antiguos para ser una reina de porcelana.
—Lo sé, a mi tampoco me parece justo, pero confío más en ti para esto —señaló su tiara—. Ya aprenderás a pelear.
—Siempre dices lo mismo —rodé los ojos—. "Todo a su tiempo", "no quieras acelerar las cosas", "confío más en ti para reinar", "fuiste hecha para ser una reina", "algún día empezarás a entrenar" —imité su voz.
—Parece que ya te lo he dicho todo —llegamos a la plaza central donde Venelia nos esperaba con los caballos—. Ya no puedo argumentar nada en contra tuya.
—Ja-ja —me burlé—. Tan solo di que sí y ya.
—Mi respuesta por ahora seguirá siendo no —se negó. Subimos al mismo tiempo a los caballos las tres.
