24 JULIO

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—¡YOONGI HYUNG! —gritó un chico de cabellos azabaches y una gran sonrisa al momento de entrar al estudio de su mayor.

—¿¡Qué!? —respondió el grito de la misma forma... estaba acostumbrado.

—Uy... perdón, sé que me habías dicho que no entre a tu estudio cuando estas componiendo, a menos que estemos bajo un ataque de zombis o Namjoon haya sido elegido presidente.

—Lo sabes, y aún así entraste... sinceramente no creo que haya sucedido ninguna de las dos cosas.

—¡Te equivocas! ¡Esto es igual de importante! —mencionó seriamente Jung, quien, a pesar de haber cometido un acto de suicidio, aquello de lo que se había enterado recientemente era algo muy especial y emocionante para él.

—Bien... dime y yo sabré si lo agrego a la lista de cosas importantes.

—Está bien, escucha esto y no te atrevas a caer de la sorpresa...

La expresión de Hobi cambio a los ojos de YoonGi, conocía demasiado bien a su mejor amigo y sabía que de verdad esa noticia que estaba a punto de darle era algo increíble, sintió por un momento por la seriedad y emoción que los ojos de Hoseok, la necesidad de tragar la saliva que se había acumulado en su boca, si lo pensaba bien no lo había visto así de feliz por algo.

—Bien, —se aclaró la garganta y abrió la boca, pero aún no decía nada.

—¿Y?

—Park Jimin dará un concierto en Seúl.

Entonces si fuera una animación, Min estaba seguro que caería por su propio peso al suelo con una cara de decepción, después de todo...

—¿No lo sabias?

—¿¡ACASO TU YA LO SABIAS!?

—¿Recuerdas que te dije que un cantante pidió una composición mía?

El silencio reino por algunos segundos, y luego la cara de Hoseok se volvió todo un poema para describir.

—¡Te odio Min YoonGi!

—Pero no entiendo porque... es trabajo a final de cuentas.

—Sabes que Park Jimin es mi ídolo, es una persona a la que le he dedicado tiempo y dinero para comprar todos sus álbumes desde que debutó como cantante hace cuatro años, y que mi admiración hacia su baile inicio desde que él tenía la tierna edad de trece años.

—Oh... creo que algo así me habías dicho en algún momento.

—¿En algún momento? ¡Por dios Min! Eres mi mejor amigo desde los seis años... creo que eres consciente de quien es mi musa.

En cambio, YoonGi no dijo nada, después de todo sabía perfectamente quien era Park Jimin y lo que significaba para su mejor amigo, la única razón por la que no le había mencionado nada era sencilla, se le olvido algo tan crucial como eso. No era a posta.

—Pero supongo que te llamaron para algo, ¿no es así? Después de todo por lo que se, su presentación de Park es en más de un mes, y el anuncio lo harán hasta la otra semana para la venta de boletos. Algo apresurado si me lo preguntas.

—No se te escapa nada... así es, a tu mejor amigo Jung Hoseok lo contrataron como coreógrafo para sus bailarines.

—Entonces no tienes por qué reclamarme nada, porque de seguro en algún punto podrás saludar a tu grandísimo Park Jimin.

—Podremos, mejor dicho.

En ese momento entro una tercera voz al estudio, y el dueño era nada más y nada menos que el compositor con el que trabajaba YoonGi, siendo el faltante de ese trio de amistad.

—¿Qué quieres decir con eso Nam?

—La canción que te pidieron hace dos semanas, solo te dieron pocos datos ¿no es así? En realidad, solo te dijeron que colaboraras con las canciones para su presentación de danza, quien está componiendo la canción principal soy yo, pero creo que es algo que tendremos que discutir ambos, junto con Park Jimin.

—¿Verán a Park Jimin?

—Veremos Ho, tú también iras, cuando se enteraron que tú eras nuestro socio decidieron darte la coreografía a ti, pues eres el mejor de Seúl y al parecer necesitan ayuda con los nuevos bailarines para su presentación.

—Ahora, puedo morir en paz.

—¿Y qué le dirás a Park Jimin en cuanto lo veas en persona?

La mente de Jung divagó, aquello era algo que no se esperaba, pues jamás creyó que conocería en persona al mismísimo ángel de la nación, porque eso era... un chico que creció en las orillas de Busan para convertirse en el mejor cantante y bailarín contemporáneo de la época. Sus canciones se alejaban de lo hermoso y llegaban a lo divino, el sentimiento con el que cantaba cada letra era inigualable y te tocaban el corazón directamente, era estar frente a un genio en realidad.

—Ya lo pensaré esta noche...

Sonrió.

Estaba emocionado, pues seguía sin creérselo... seguía sin creer que en unos días conocería a Jimin, el ángel de la voz divina.

Historia que hice por el cumpleaños de JK y Minie para 2020, pero que por diferentes razones mandé a borrador

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Historia que hice por el cumpleaños de JK y Minie para 2020, pero que por diferentes razones mandé a borrador.

La vuelvo a subir porque es una de mis favoritas, espero les guste tanto como a mi

never enough 국민 kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora