Capítulo 68.

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Horas. ¡HORAS! Habían pasado desde que Justin estaba ahí dentro. No me dejaban verle, tampoco me decían como estaba, ni como mierda estaba yendo la puta operación. Joder, ¡qué le han enterrado una bala en el corazón! ¿No sabían tenerme al tanto de las cosas?

Había llegado a una conclusión, iba a dolerme, pero tenía que hacerlo: si Justin llegara a salir con vida de este infierno, tenía que acabar con el. Nuestra relación tenía que acabar aquí. No podía estar más tiempo sufriendo y sin tener a Justin me sentiría desprotegida y desnuda, pero era lo mejor para nosotros. Para los dos. Para él, más que para mi. Él no tendría que estar preocupándose de proteger a una persona de las cosas malas que querían hacerle daño a su novia. Si yo dejaba de ser su chica, la chica de Justin Bieber , dejaría de ser un blanco para ellos y él no estaría de aquí para allí intentando protegerme. Por mi parte, sufriría mucho sin su amor y sin sus cambios de humor... Sin él. Pero no estaría preocupada de que cada vez que salga de casa piense en que puede morir o en que algo malo le puede llegar a suceder. Porque todo lo bueno, siempre acaba. Y aunque en mi vida no había muchas cosas buenas, Justin era lo mejor que me había pasado, pero tenía que luchar en contra de mi voluntad por una vez en mi maldita vida y dejarle ir. Por más que él se hiciera el malo, el chico que jamás llega a ser destruido, ha caído. Ha caído hasta lo más hondo. El simple hecho de saber que hay un montón de gente que quiere matarlo me pone los pelos de gallina. Me encoge el corazón y tapa mis vías respiratorias. Es casi como morir con tan solo imaginarme eso.


-Familiares del señor Bieber. -Dijo un doctor saliendo de la sala de operaciones.


Todos nos levantamos de golpe esperando sus noticias. Esperando que fueran buenas y que el chico de ojos mieles al que tanto adorábamos volviera a su casa con su mal genio y sus frases que nos hacen tener ganas de matarlo cuando está de mal humor.


-La operación ha salido con éxito.- Dijo aún serio.- Tiene que estar un día entero en reposo ya que tenemos que estar viendo si su corazón va a ritmo normal o no. Así que hasta mañana por la noche no puede entrar nadie.


Asentí tristemente. Quería ir a verle y abrazarle. Y después contarle la mala noticia. Aunque eso tenía que pensarlo mejor. Pensar como decirle la bomba explosiva.


-Esperemos que despierte pronto. -Todos asentimos a las palabras del doctor. -Buenas noches, señores.


En cuanto desapareció solté un gemido. No podía esperar más para saber si iba o no iba a estar bien. Estaba claro que era un chico fuerte y que su corazón había soportado el impacto de la bala, que aunque no fue muy profunda, le jodió la vida. Los brazos de Bea rodearon mi cuerpo haciendo que no pudiera más y llorara con fuerza.

Tenía que llamar a Pattie para contarle todo lo sucedido. Ella tenía que saber la verdad, ella tenía que saber que su hijo estaba entre la vida y la muerte. Me separé de Bea y palpé por mis bolsillos en busca de mi móvil. Una vez localizado, lo deslicé por mi bolsillo y marqué su número de teléfono. Por suerte, ella se había quedado en New York para estar pendiente de su hijo y poder recuperar el tiempo perdido.


-Hola, _______. ¿Cómo estás preciosa? -Dijo sonriente al otro lado de la línea.


¿No se preguntaba porqué mierda le llamaba tan tarde? Me sorbí los mocos y suspiré intentando tranquilizarme.


~El misterio~ {Justin Bieber & tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora