Teléfono de la Esperanza pt.1

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Mi trabajo era difícil y no muy gratificante. Día a día llegaban muchas llamadas.

Era increíble ver que muchas personas o tuvieran un poco más de esperanza cuando hablaban con nosotros.
Nos dicen "El teléfono de la esperanza" porque es lo que tratamos de transmitir antes de que tomen alguna decisión.

Pero como todo tiene una parte buena, también tiene una parte mala.

Nosotros no éramos estudiados de psicología ni nada, creo que lo que nos hacía especiales era que, como dice el dicho, nos poníamos literalmente en los zapatos del otro. Nosotros no tratábamos de persuadirlos de que hagan o cometan algo, nosotros hacíamos ver que entendíamos su problema y que apoyábamos cualquier decisión que tomasen pero hacíamos ver que habían más salidas.

Habían veces que incluso les hacíamos préstamos para que ellos puedan comenzar una nueva vida en algún otro lugar.

Habían algunos que se iban y no volvían y tampoco nos devolvían lo prestado. Habían otros que nos agradecían lo que habíamos hecho por ellos y otros que bueno, lo usaban para otras actividades.

Mateo era uno de esos, un día llamó cuando estaba en el medio de un puente.

Lo atendió Dani, él era de los mejores, había logrado salvar a muchos e incluso a algunos que eran casos perdidos, entre ellos Mateo.

La verdad no sé cómo lo hizo, cuando la persona ya sé encontraba en el lugar donde quería morir, difícilmente lo lográbamos salvar.
Sin embargo, él lo logró. Le dieron un préstamo a Mateo y después de 1 año, regresó, nos devolvió el dinero y dijo que quería unirse a nosotros.

Dani y Mateo ahora son grandes amigos.

Como dije, también hay cosas malas, por esa razón, nosotros teníamos psicólogos. Al estar tan expuestos y sentir los problemas de los demás, nos volvíamos vulnerables.

Eduardo pasó por algo así, hace unos meses lo llamó un chico, Ignacio o Nacho como dijo que lo llamaran. No dio muchos detalles.

Edu era relativamente nuevo en la estación, pero era muy buena onda y siempre se mostraba dispuesto a ayudar. Cuando llegó la llamada se puso un poco nervioso y quiso persuadirlo. No contaba con que "Nacho" lo interrumpiera abruptamente, en palabras textuales dijo: "Hey, para mi no hay solución, pero si hay algo que podés hacer por mí, hazme sentir querido por estos últimos minutos".
Edu no supo cómo reaccionar así que se calló por un rato y luego empezó su trabajo.

Después de 10 minutos veíamos cómo los dos reían, hasta parecía que si lo había salvado. Hasta que se escuchó un adiós de la otra línea, seguido de un ruido sordo como un disparo y un celular cayendo.

Después de ese episodio, Eduardo tuvo que ser internado y hasta el día de hoy recibía tratamiento en casa.

Salgo de mis pensamientos a causa de un ruido.
Ring ring.
Ese es mi teléfono.
Bueno Valentín, ya sabes cómo es. Escúchalo. Entiéndelo. Ayúdalo. Sálvalo.

- Hola, qué tal! Soy Valentín - primero me presento, hago silencio para que pueda presentarse.

Después de un rato se escucha un quejido casi inaudible.

- Soy Ma-Manuel — responden, la voz era suave pero parecía a quejumbrosa, como si algo lo estuviera lastimando.

- Hey Manu, mmm, todo bien? — puede parecer una pregunta tonta, pero muchas veces hacía que la persona se "derrumbara" y contara sus problemas.
Y no falló.

- Mm no, y-o no puedo seguir acá — responde y se escucha cómo contiene las lágrimas.

- Uh, yo tampoco, sabes que los asientos son un toque incómodos — digo tratando de mejorar el ambiente.

𝑇𝑒𝑙𝑒́𝑓𝑜𝑛𝑜 𝑑𝑒 𝐸𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑧𝑎 - {𝑊𝑜𝑠𝑝𝑙𝑖𝑘}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora