Un recuerdo

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Clarke siente los brazos de Lexa sujetándola fuertemente, observa sus ojos verdes fijos en ella, incluso, puede sentir su respiración acompasada mientras la chica la deposita en el suelo justo frente a ella, se siente real pero no quiere aferrarse a esa utopía, porque la ha vivido antes, con su padre, justo después de darse cuenta de que Rusell había fallado en su intento de asesinarla.

Estás en mi mente – dice con la voz rota – no eres real

Por supuesto que estoy en tu mente – responde ella acariciando su cabello con ternura - ¿Pero por que eso significaría que no soy real?

La rubia suelta un pequeño suspiro, para luego abrazarla. Le gustaría seguir fundida entre sus brazos, recordando su aroma, sintiéndose protegida, pero la puerta de metal no deja de chirriar bajo el envite de Cadogan y su estúpido rayo.

¡Oh bien! – la chica voltea para encarar a Alie – sabía que esto sería mejor que cualquier arma...

¿Tú la mandaste? – inquiere Clarke mientras mira a la IA - ¿Qué recuerdo utilizaste? ¡¡¿Estás loca?!! ¡Quiero que la guardes ahora mismo! ¡!Te dije claramente que Cadogan no debe tener ningún recuerdo de Lexa...!!

Yo no la mandé – interrumpe la mujer barriéndola de arriba abajo.

Tú eres la impostora que llevó a mi gente a la ciudad de luz y les ordenó atacarme – gruñe Lexa con ira controlada mientras una de sus manos viaja lentamente al puñal de su cintura.

Hey, no – Clarke procura situarse en medio de ambas – nada de peleas, necesito que nos centremos en derrotar al rayo y salir de aquí, estoy viva gracias a ambas, centrémonos en eso – Alie la mira de forma neutral, Lexa sin embargo suspira derrotada antes de asentir.

¿Cuál es tu plan? –

Mi plan, nuestro plan hasta ahora, era hacer retroceder al rayo, sacarlo de mi mente y despertar... luego, bueno – la chica suspira – en realidad depende de lo que encuentre al salir.

Así que eso intentabas antes de que el praimfaia te atacara ... -

E iba bien – recalca la rubia – pero... algo salió mal.

Si, eso suele pasarnos – murmura Lexa pensativa.

¿Pero de donde saliste tú? – inquiere Clarke. Intenta asociarla a algún recuerdo específico, mientras la puerta cruje nuevamente, pero es inútil; Lexa lleva un atuendo neutro, que no puede ser ubicado en un recuerdo particular; con su traje de guerra, podría ser la mujer ante la que se presentó por gracia de Anya, la que marchó a su lado rumbo a Monte Weather, la mujer que aceptó el desafío de Nia, todo lo que sabía era que esa era la chica que ostentaba el talante de "Comandante"

No es un recuerdo – dice Alie inspeccionándola de cerca – es todos ellos, todo lo que recuerdas, sabes o piensas de Lexa, juntos en una sola persona, mientras el fuego nuclear te atacaba, recordaste que ella te salvó en la ciudad de Luz, tu la llamaste y ella acudió, porque en tu mente, si necesitas protección ella siempre va a estar allí, tal como te lo dijo antes de que entraras en la ciudadela.

Las chicas se miran y el corazón de Clarke se acelera al instante ¿Cómo es posible que después de tantos años aún siga salvándola?

Eso es, ella es el arma definitiva, no habrá nada que nos detenga si la comandante está de nuestro lado dispuesta a salvarte –

No, ni hablar – responde Clarke con actitud tajante – está fuera de toda discusión, Cadogan quiere a la flama, no sé qué de la flama, pero eso la vincula a Lexa, se la llevarán y la olvidaré. No. Jamás.

Pero si ella sale, puede distraerlos lo suficiente para que tú te flotes – apunta la IA – quizá así vuelvas a tu consciencia y mientras ellos miran a otro lado podrás liberarte.

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