Sueños Curiosos

Sueño Curioso #1: Entre Pies y Deseo

Estaba de camino a visitar a una tía a su casa. El sol de la tarde iluminaba las calles con un resplandor dorado, y el aire fresco hacía que el paseo fuera agradable. Al llegar, me reciben con una sonrisa mi tía, unos primos y la novia de uno de esos primos. La casa olía a café recién hecho y a las galletas que mi tía había horneado esa mañana.

Me pongo a hablar con mis primos en la sala, disfrutando de la conversación y las risas que siempre compartimos. El tiempo vuela cuando estamos juntos, y a la media hora, mi tía anuncia que tiene que salir para comprar unas cosas para la cena. Mis primos deciden acompañarla, dejando a Mariagni, la novia de mi primo, y a mí solos en la casa.

Mariagni es una chica simpática y agradable, siempre sonriente y con una energía positiva. Sin embargo, en ese momento, ambos nos sentimos un poco incómodos, ya que no nos conocemos muy bien. Para romper el hielo, decidimos cada uno hacer nuestras cosas. Me dirijo a la habitación de uno de mis primos para jugar a la PlayStation, buscando algo de entretenimiento para pasar el tiempo. Mariagni, por su parte, se dirige a su habitación para limpiar y organizar sus cosas, lo que parece ser su manera de mantenerse ocupada y productiva.

En la habitación de mi primo, enciendo la consola y me sumerjo en un juego de carreras. El sonido del motor y la música de fondo me envuelven, haciéndome olvidar por un momento que estoy en una casa casi vacía. Mientras tanto, desde la habitación de Mariagni, puedo escuchar el suave murmullo de sus movimientos y el ocasional sonido de una canción que tararea mientras limpia.

Pasa un rato desde que me coloqué a jugar y me sumergí en las intensas carreras del juego. La concentración en la pantalla me hace olvidar casi por completo la presencia de Mariagni en la habitación contigua. De repente, la escucho hablar desde la puerta.

Mariagni - (Incomodada): "Tengo frío".

Se acerca y se recuesta en la cama al lado mío, dejando sus pies descalzos justo a un lado de mí. Sus pies están fríos al tacto, lo que me hace sentir un escalofrío momentáneo. Aunque se arropa con la sábana de la cama, es evidente que esta es demasiado delgada para proporcionarle el calor que necesita. Sintiéndome un poco culpable por no haberlo notado antes, me levanto rápidamente y busco otra sábana más gruesa en el armario.

Cuando la encuentro, vuelvo a su lado y la arropo con la nueva sábana, asegurándome de que esté bien cubierta. La calidez de la sábana parece al instante calmarla, y su rostro muestra una expresión de alivio.

Mariagni - (Aliviada): "Gracias".

Yo - (Feliz): "De nada".

Me siento bien al haberla ayudado, aunque sea en algo tan simple. Agarro el control de la Play y sigo jugando, intentando retomar la concentración que tenía antes. El sonido del juego llena la habitación nuevamente, pero ahora hay una sensación de compañerismo en el aire. A pesar de que estamos en silencio, compartimos un momento de tranquilidad y comodidad, cada uno en su propio mundo, pero conectados de alguna manera por la simple interacción que acabamos de tener.

Mariagni me toca el brazo con uno de sus pies descalzos y me pide que le baje el volumen porque ella quiere dormir.

Mariagni - (Somnolienta): "¿Podrías bajar el volumen? Quiero dormir un poco".

Yo me encontraba excitado al sentir el pie de Mariagni, y procedo a agarrar el control de la televisión para bajarle volumen.

Yo - (Complaciente): "Claro, lo bajo ahora".

Mariagni me agradece y se pone a dormir, pero deja el pie con el que me tocó el brazo sobre mis piernas, específicamente sobre mi entrepierna. La sensación de su pie sobre mi entrepierna me provoca una excitación inmediata, haciendo que mi respiración se acelere. El suave roce y la calidez de su piel contra mi ropa intensifican mi deseo, y no puedo evitar sentirme abrumado por la situación.