A LA SALIDA DE LA UNIVERSIDAD

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- Creo que hoy no me apetece abusar de vuestra confianza.- Le sonreí a Yoon.- Y también quiero ir en autobús, así me voy familiarizando un poco más con las rutas y eso.-

- Sabes que no nos molesta nada dejarte en casa.- Dijo Yoon.- Así que no me seas tonta.-

- Lo sé amiga, y se los agradezco. Pero hoy quiero ser turista y coger el autobús.-

- Si tanta ilusión te hace...- Se encogió de hombros e hizo una mueca de asco, yo reí.- ¿Pero por qué? Huele mal, hay gente hablando por teléfono demasiado alto, gente que suda y te ponen la axila en la cara.¡Iugh! Es mejor qu...-


Y de repente un hombre de unos 30 años interrumpió la conversación que tenía con Mia.

- ¿Eres Mia verdad?- Me preguntó. Yo asentí.- Venga conmigo por favor.-

- Grandullón.- Intervino Yoon.- Ella no irá contigo a ninguna parte.- Afirmó.

El hombre resopló.- Es que no le puedo decir nada con ella delante.-

- ¿Usted sabe que luego se lo voy a contar verdad?- Reí.

- Bueno, verá...- El hombre calló y me señaló a una furgoneta negra con los cristales tintados. 


Mantuve mi mirada y cuando Yoon dejó de mirar pero yo continuaba mirando, vi a Christopher bajar la ventana y saludarme.

- ¡SANTA MIERDA!- Dije sorprendida.- ¡Vamos!¡Vamos!- Le dije al hombre aplaudiendo.- Yoon, me tengo que ir. ¡Hasta mañana!-

- ¡Pero Mia!¿Y por qué con él si vas?-

- Te juro que te lo explicaré, pero luego. ¡No te preocupes! Seguiré viva después de esto.-


Y con esto Yoon se quedó aún confundida, pero un poco menos. Se subió al coche de su hermana y partió.

Yo literalmente corrí hasta la furgoneta y Chris bajó cuando me vio que estaba más cerca. No pude evitar saltar a sus brazos. Era la primera vez que nos veíamos luego del fanmeeting, acababa de llegar de sus promociones en el extranjero. Solo hablábamos por videollamadas o mensaje.

Vi que se sorprendió cuando salté hacia él e hice el intento de bajarme luego, pero él no me dejó.

- ¡Lo siento! No estoy acostumbrada a que aquí no se den abrazos tan intensos.- Me sonrojé-

- No me importa, ahora te quiero así un rato.- Me dijo divertido.- ¿Te he sorprendido?-

- ¡Vaya que sí Chris! Voy a llorar lo juro.- Le miré a los ojos, seguía en sus brazos.- Ya quería verte de nuevo en persona.-

- Y yo a ti Mia.- Poco a poco fue soltando su agarre y bajé.- ¿Por qué tardaste tanto en hacerle caso al chófer?-

- ¿Se supone que cuando un hombre, al cual no conozco de nada, me dice que tengo que ir con él a una furgoneta negra blindada, tengo que ir?- Chris rió.- Suena como a secuestro Christopher Bang, para la próxima dile que al menos se presente.-

- ¡Deja que guarde tu mochila y tu bolso por ti!- Se ofreció.- Ya que estoy aquí, de nuevo, tengo pensado venir a recogerte todas las veces que pueda.-

- ¡No seas así de tierno!- Aplasté mis manos contra mi cara.- Que me pongo roja, que vergüenza.-

- Eres preciosa Mia, incluso con la cara toda roja.- Pellizcó mi mejilla y volvió a abrazarme.

- Chan...- susurré aceptando su abrazo.

- En verdad me apetecía tanto estar así contigo.- Suspiró.- Eres muy especial para mi Mia, es como poder respirar tranquilo. Se siente bien.-


Y el hombre que me fue a buscar, el chófer, interrumpió el momento.

- Bang Chan deberíamos subir ya al coche, que están saliendo más estudiantes.- Aconsejó.


Bang Chan, se separó de mi, y asintió mirando hacia el chófer. Abrió la puerta de la furgoneta y me invitó a subir.

En el camino hacia mi apartamento, nos encontramos un atasco increíble, pero al parecer ni a mi ni a Chan nos importó, ya que estábamos hablando de cosas aleatorias y escuchando canciones de Stray Kids, obviamente.

Y comenzó a sonar Hellevator. Ambos comenzamos a cantarla, aunque me callé en la parte del rap de Changbin, para no hacer el ridículo delante del chico que me gustaba. En fin, debía mantener la dignidad que me quedaba. Chris se dio cuenta y rió.

- Cuando estemos casados, ya te escucharé cantar rap.- Me dijo en plan broma pero muy firme con sus palabras.-

- Obviamente que sí.- Le afirmé sonriendo.- Vete preparándote para ese desastre natural.-

Llegamos a su parte en Hellevator.

- Soneul nae mireodo nal jabajul sarameun amudo eopseo ( español: aunque estire mi mano, no hay nadie que pueda sostenerla).- Cantó ofreciéndome su mano.


La miré y sonreí, la agarré sin ninguna duda.

- Ya no estarás más solo.- Le dije.- Ahora tienes mi mano agarrada a la tuya para siempre.- Le dije sincera.


Se emocionó y besó mi mano aún unida a la suya y seguimos cantando hasta llegar a mi casa. 

BANG CHAN'S ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora