Mi destino eres tú (Calum Hood&Tú)

13. "Tarde de chicas"

Un día nuevo de clases y yo me había tratado de mantener lo más concentrada que podía. Había muchas palabras que no lograba comprenderle a los distintos profesores. Con algunos ya había podido generar un lazo de confianza como para poder pedirles que repitieran tantas veces como necesitara, pero la verdad era que eran la minoría. Después de un rato me di por vencida y dejé lleno de signos de interrogación mi cuaderno.

Al terminar la hora, como no había tenido hambre, me dirigí al patio trasero, casi siempre estaba vacío a esa hora. Me senté debajo de un árbol y me puse a garabatear nuevamente en uno de mis cuadernos.

—¿Por qué tan sola? —dijo una voz muy conocida.

Creo que por fuera no reaccioné, solo seguí mirando lo que escribía, pero no podía decir lo mismo por dentro. Cuando escuché su voz, mi corazón fue el primero en reconocerla, ni siquiera mi mente fue tan rápida.

—Porque no tengo hambre.

Genial, además de lento, eres estúpido, cerebro.

—Eso no contesta mi pregunta. —me respondió Calum riendo. Luego de eso sentí como se sentó a mi lado para luego volver a hablar—. ¿Qué es eso? —dijo mirando mi cuaderno, el cual rápidamente alejé de su alcance.

—Nada. —sin esperar más guardé mi cuaderno, para luego cambiar de tema y encararlo—. ¿Qué te trajo aquí?

—Nada. —respondió corriendo la cara e intentando concentrarse en nuestro al rededor.

—Oh vamos, tú viniste por algo, solo dilo. —comenté con ironía. No había manera de que Calum se acercara a no ser que quisiera algo o lo obligaran.

—El otro día, yo sé que tu... —él estaba nervioso. No podía diferenciar si era porque en serio era algo vergonzoso o simplemente no quería decirlo—. Holly me dijo que nos viste salir del instituto y yo quería pedirte que no le dijeras a mi madre.

—¿Qué? —pregunté atónita.

—Eso. —dijo cambiando de actitud y corriendo la cara para volver a mirarme—. Sé que te encanta causar problemas, pero esto deberías ahorrártelo.

—¿Y por qué? —lo desafié mirándolo directo a los ojos.

—Porque no vas a querer tener problemas conmigo. —me dijo cortante y volviendo a ese Calum frío e intimidante.

—¿Qué? —dije sorprendida de que fuera tan idiota—. No lo puedo creer...

—No te hagas la tonta, _____ (Tn). No voy a dejar que arruines todo.

Mi nombre salido de su boca sonaba tan melodioso, pero quedaba manchado con el millón de palabras de odio. Cada vez que Calum hablaba era una guerra interna conmigo misma. Una parte deseaba que por fin me diera un respiro y nos pudiésemos llevar bien, pero otra me rogaba que me alejara de él.

—Eres imposible, Calum. —dije parándome— ¡No me interesa nada que tengo que ver con ella, y mucho menos contigo! ¿Por qué debería de importarme? No seas ridículo. El mundo no gira en torno a ti. —finalicé mirándolo con furia para luego pisotear el piso, darme la media vuelta e irme.

¡Esto era lo que me faltaba! Que Calum viniera aquí a darme órdenes de algo que realmente no me importaba. Si quería escaparse con su noviecilla ¡Adelante! ¿Quién se lo impedía? Era su vida y no estaba interesada en ella.

—¿Por qué esa cara, bonita? — dijo Connor tropezándose de frente conmigo en el pasillo.

—No estoy de humor. —dije caminando rápidamente.

—No si de eso ya me puedo dar cuenta. —dijo alcanzándome—. ¿Qué fue lo que te paso?

—¿Te importa? —dije sin apartar la mirada del frente.