Salí con una sonrisa de oreja a oreja de esa cafetería, bueno, actualmente siendo mi lugar oficial de trabajo.
El sentimiento que provoca es demasiado reconfortante. Al final conseguí lo que buscaba y mi paga mensual no está para nada mal, podría incluso quedarme sin problema alguno un año completo con este empleo. Mi nuevo jefe es un señor organizado, demasiado organizado en realidad; pero fue claro conmigo a la hora de decirme lo que tenía que hacer, a qué hora llegar, cuáles días trabajar y hasta me dio un pequeño repaso de cómo solía ser un día común en la cafetería. Ah, y por el momento solo se encuentran tres personas trabajando, incluyéndome. Tan contento me sentía que no hubo reclamo de mi parte para levantarme a las cinco de la mañana, me sentía como en el típico cuento de hadas dónde el protagonista comienza su día bailando y cantando junto con los animales que aparecían de la nada en su hogar, con la diferencia que el único animal que tengo en casa es una rata de alcantarilla que no alcancé a atrapar.
El punto es que me siento feliz.
Ahora estoy bajando de mi motocicleta previamente estacionada y con una mochila pequeña color gris conmigo, creo que llegué puntual como quería Kunikida, y si no, solo se tratarían de unos pocos minutos de diferencia, nada grave según yo.
Al abrir la puerta, lo primero que me topo es con el rubio contando billetes sacados de la caja registradora. Él nota mi presencia, así que para de contar el dinero y lo deja a un lado. Yo, suponiendo que va a saludarme, me acerco con una sonrisa de lado.
—Buenos días, espero no haber llegado tarde —alcé una ceja al terminar de hablar, recordando de cierto modo la escena de ayer con Dazai y Kunikida peleando por la puntualidad.
—No te pases de chistoso —acomodó sus lentes—. Igualmente buenos días, ya debes de saber dónde están los uniformes y utensilios de limpieza. El tuyo tiene tu nombre en un costado de la camisa, llévatelo a casa cada vez que termines de trabajar para lavarlo. Ah, y amárrate el cabello, no quiero que una hebra sea encontrada en el café o algo así.
Asentí en respuesta para luego dirigirme hacia el almacén, lugar donde de hayan la mayoría de las cosas─y entre esas cosas, están los uniformes─. Tomé el mío, que consistía en una camisa simple de botones blanca y un pantalón negro, vistiéndome rápidamente para luego guardar mi ropa anterior dentro de mi mochila y posteriormente salir de ese cuarto. Kunikida me dio una liga para el cabello y yo sin objeción la agarré para hacerme una cola de caballo algo alta.
La cafetería abre a las siete de la mañana, instintivamente miré hacia el reloj colgado en la pared: 06:31am.
Tiempo suficiente para acomodar las mesas, barrer y demás.
Empecé con los manteles, tirando de ellos y sacudiéndolos al aire para quitar cualquier rastro de polvo o posibles restos de comida, y casi de inmediato, Kunikida se acercó a mi con el ceño fruncido.
¿Ahora qué hice?
Me quitó el mantel de las manos, dejándome algo descolocado por el acto tan repentino y haciéndome fruncir el ceño también, el tipo sacudió la tela pero de forma diferente, con más cuidado y lentitud, volviendo a colocar el mantel sobre la mesa correspondiente con una exactitud estúpidamente perfecta, terminando por pasar el dorso de su mano y dedos a forma de escoba para quitar lo que sea que haya quedado sobre el mantel.
—Así se sacuden los manteles, lo que estabas haciendo era solo arrugarlo y darle de tirones. Voy a estar corrigiendote constantemente, así que no te sorprendas mucho.
—Sí, señor.
[...]
Admito que estuve un poco, pero solo un poco pendiente de la llegada del suicida. No es por ser dramático, sino que no se había dignado a aparecer en todo el santo día. ¡Nada, ni sus luces!
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Thrills | Soukoku.
Fanfic─Suéltame, así ambos nos ahorramos problemas. ─ Si veo a alguien a punto de saltar al mar, no puedo solo quedarme mirando. - ❀ Los personajes no me pertenecen, son originalmente de el manga y anime "Bungou Stray Dogs". ❀ AU/Alternative Universe. ❀...