Capítulo 1.

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Busco a Nate con la mirada, está sentado en la primera  fila y, trae puesta la camiseta que dice, en letras grandes y negras, “Lexy no va a morder el polvo a menos que yo la tire al suelo”, el día que la hizo me aseguró que la llevaría solo por mí, y no ha faltado a su palabra desde entonces. Mi corazón late más fuerte cuando lo miro, él me está sonriendo y mirando solo a mí y me anima de una manera algo extraña desde su asiento, haciéndome mil señales a la vez con los ojos, las manos y la boca. No puedo evitar reír ante esa imagen.

Lena, que está a mi lado, me codea y su mirada dice claramente que quiere que me calle y escuche las preguntas que nos están formulando. Muerdo mi labio, avergonzada por su mirada acusadora y, mirando hacia abajo para que Nate no me desconcentre de nuevo, escucho atentamente. No puedo desconcentrarme ahora.

La pregunta que nos formulan a continuación es de matemáticas, mi fuerte. Soy capaz de resolverla con la ayuda de mis compañeros y, cuando estamos seguros que es la respuesta correcta, apretamos el botón que hay en medio de la mesa, este enciende una luz y el hombre que nos está dictando las preguntas, nos hace contestar. El otro equipo nos mira expectante y se miran los unos a los otros y se murmuran cosas al oído. Estamos una sola pregunta que vale cinco puntos, podemos ganar o empatar con ella. Necesitamos ganar.

-       Última pregunta: ¿Cuáles son los últimos dos versos del soneto ciento dieciséis de William Shakespeare?

El corazón me da un vuelco. Sé la respuesta. Ese soneto es mi favorito del autor desde que sé qué es el amor. Todos miramos a Lena, ella es especialista en este tema, pero su mirada está en blanco. Muerdo mi labio y aprieto fuertemente el botón sin pensarlo son veces, las tres personas más que completan mi grupo me miran confundidos y, a la vez, con ansias de aniquilarme si mi respuesta no es la correcta. Hemos hablado de esto muchas veces, no podemos contestar sin que todo el grupo esté de acuerdo en la respuesta. Pero sé que es la correcta.

-       Y si eso es falso y fuera en mí probado, ni yo he escrito jamás ni nadie ha amado –recito-.

No puedo evitar mirar a Nate durante un segundo mientras recito los versos, puedo sentir como mi mirada se vuelve intensa, intentando hacerle llegar las palabras que no le puedo decir en voz alta. No quiero apartar la mirada, pero lo hago. Me sonrojo intensamente al instante y, rezo para que él no haya entendido mi mirada.

Todos estamos atentos al resultado y, tras comprobar si la respuesta es válida o no, con una sonrisa el hombre que nos está recitando las preguntas anuncia el resultado.

-       La respuesta es correcta. El colegio Hamilton pasa a la siguiente ronda, la información de la competición será proporcionada a lo largo de esta semana. Gracias por vuestro esfuerzo y dedicación.

Chocamos las palmas y me felicitan por mi rápida respuesta, hemos pasado a la siguiente ronda. Nos fundimos en un fuerte abrazo y, quedo aplastada en medio de todos, Lena riñe a Jack y a Ricky por hacerlo, pero luego sonríe y los deja en paz. Les digo que me suelten cuando siento que no puedo respirar y, a regañadientes, sus brazos se aflojan y dejan mi cuerpo libre. Jack está un poco avergonzado por lo que acaba de hacer, pero Ricky tiene una sonrisa radiante en la cara. No entiendo a veces cómo funciona Jack, es tímido la mayoría del tiempo, pero cuando Ricky está cerca parece como si se olvidara de eso durante unos segundos.

-       Necesitamos hacer algo para celebrarlo –los ojos de Ricky están iluminados ante el pasamiento-. ¿Qué tal si por fin confiesas tu amor por mí, Lexy?

Rio, lleva bromeando sobre eso desde que creamos el grupo y, aún no pierde las esperanzas al parecer. –Si ganamos la final, juro que saldré contigo.

-       Es una promesa –dice, parece mucho más contento después de oírme-.

Ricky se va con su familia entonces y ellos lo vitorean, dándole palmadas en el hombro y saltando a su alrededor. Lena me mira con una ceja levantada, niega con la mirada y se despide. Ella puede ser algo volátil cuando se trata de sarcasmo. Miro a Jack, él me sonríe y se aleja. Él siempre ha sido del tipo tímido, casi nunca habla, a menos que Ricky esté cerca.

A new concept of friendship ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora