Letters to Luzu ¤LuzuPlay¤

fourth letter.

el pelimarrón caminaba hacia la orilla del mar una vez más, ansiando que fuera la última vez que tuviera que descargarse en una de esas cartas dirigidas a Luzu, que su necesidad de hacerlo desapareciera, que no pensara que llegarían a las manos del otro en algún momento, pensamiento que le alegraba pero también que lo asustaba, miedo al rechazo.

soltó un suspiro, acomodando el farolillo sobre su mano y sentándose en el borde del viejo puerto, no tan lejos de lo de Vegetta, pero estaba seguro de no estar en el campo de visión de sus guardias y los habitantes de esa isla adornando el cielo.

cerró sus ojos por unos momentos, concentrándose en oír las olas del mar chocar contra la orilla, haciendo un tranquilizante pero también sonoro ruido, al cuál, ya estaba acostumbrado.

había escrito muchas cartas en ese tiempo, pero no las creía importantes cómo para guardarlas en esa caja y luego dárselas al desconocido bajo el nombre øtepa, y según lo que había logrado averiguar, significaba alas en griego o latín, aún no recordaba en qué idioma era, y tendría que releer esos libros en algún momento.

había quedado viudo, y sus hijas también estaban muertas, su hogar desolado, y su pequeño Frederick era el único que quedaba con vida de aquellas personas que él pocas veces había llamado familia, y era una de las cosas de las que se arrepentía.

tomó el papel de carta, su pluma, y comenzó a escribir, aprovechando la luz de la luna y la que su farolillo irradiaba gracias a la vela en el interior del mismo.

querido Luzu:

aún no sé si "otepa" te dará mis cartas en cuánto me descuide, o si se terminarán hundiendo en au baúl cómo te dije la última, o anteúltima vez.

me han ofrecido un trabajo en una ciudad lejos de los límites de Karmaland, demasiado, a mí gusto.
un lugar, que incluso con mis túneles, no lograré conectar con tu hogar para ir a besarte cada mañana y noche, cosa con la cuál sueño poder hacer, un deseo que anhelo cumplir.

a veces pienso en terminar mi vida de una vez por todas,
un pequeño corte en mi yugular y todo este sueño de mal gusto se acabará poco antes de que abra mis ojos, y tenga que vivir durante el resto de la eternidad en la triste oscuridad y soledad, cuestionándome sí valió la pena el matarme, sólo para encontrarme sólo, extrañando cada día tu bella sonrisa, la cuál has comenzado a recuperar gracias a los esfuerzos de Lanita, y el resto de los amigos que tenemos en común.

esta carta puede que sea más larga, pero tengo mis razones para hacerla de esta forma.

he tomado la decisión de que aceptaré aquel trabajo en esa lejana ciudad,
la cuál sus habitantes llaman Spain RP, por alguna razón.

me quedaré allí durante unos años, hasta saber si quedarme allí junto a los amigos que haga o volver a esta extraña y fría ciudad,
deseando que tú me des una cálida bienvenida, que quite todos los colores pálidos y me traiga los cálidos colores que tanto anhelo.

puede que esta carta no traiga tanta poesía cómo las otras,
pero aquí,
estoy siendo más honesto con lo que me ocurre en mi vida que lo que ocurre dentro de mi cabeza, de mi mente, dónde sigo soñando ilusamente con casarme contigo y adoptar animales y niños juntos,
crear una familia juntos.

eso es...
algo que anhelo,
aunque si soy honesto,
anhelo todo lo que tenga que ver contigo,

tu sonrisa,
tu mirada enamorada,
tu bella y escandalosa risa,
tu...
tu todo.

sólo tú.

a ti.

no puedo pensar en otra persona que no seas tú.

un final feliz con otra persona.

no puedo, por más que lo intente.

porque Cupido ha sido caprichoso y me ha clavado de la mejor forma,
una flecha con un hilo invisible que me une a ti,
por más que quiera que no lo haga,
que intente gritar por ayuda,
para que me quiten esto de alguna manera,
que me quiten mis sentimientos dirigidos a ti,
que no existan y te dejen ser feliz con Lanita.

sólo deseo que me ames.

sólo quiero todo lo que tú me das.

quiero amarte de la manera más hermosa, romántica e inocente posible.

sólo quiero ser tuyo,
Luzu,
y que tú seas mío.

por que lo que debes de tener de seguro,
es que mi corazón te pertenece desde aquella vez que me diste aquel saco de dormir gris y blanco.

un pequeño gesto de un amable vecino,
que me dió un saco de dormir y tomó mi corazón a cambio.

siempre tuyo, Raúl.