Second Letter

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Auron se levantó a media noche, sintiendo ganas de llorar, debido a que su "amigo" Luzu, se había distanciado, por estar preparando la cita en la que le pediría la mano a Lana.

Cogió su campera roja, que llevaba demasiado sin usar.

Agarró otra pluma, cogió otro sobre y salió de su terreno, para dirigirse a la costa y coger la cadena que estaba unida a el cofre en el que escondía sus cartas.

Se sentó y observó el cofre.

La cerradura había sido forzada.

Alguien había leído su secreto más grande.

Alguien podría decírselo a Luzu.

Al abrir el cofre, se encontró con un sobre blanco.

Lo abrió con curiosidad.

"Hola querido amigo.

La curiosidad me invadió al pescar un cofre con cerradura, por lo que, la forcé.

No me encontré con lo que me esperaba, un libro encantado,
no uno firmado.

Me esperaba algún tesoro,
pero encontré uno de tus más grandes secretos.

Me convertiré en tu cómplice,
debido a que ya lo sé todo.

Tu solo escribe, cierra la carta y yo cogeré el cofre y guardaré todo secreto del que escribas.

Mientras que me quedes debiendo un favor.

Cuando yo necesite tu ayuda,

me presentaré y me ayudarás.

Me convertiré en tu tesorero.

Atte: φτερά

Auron cuando terminó de leer, pensó en si confiar o no, pero decidió hacerlo.

Pensando:
" Prefiero pecar de confianzudo en vez de pecar de desconfiado."

Comenzó a escribir.

"Querido Luzu:

Tú ya sabes completamente que mi corazón te pertenece por completo.

Sabes que no serás la única persona en leer mis desgracias si es que llegan rumores a tus oídos,
o mis cartas a tu buzón, en vez de caer en el fondo del mar, y que el chico las guarde y lea.

Prefiero que él las lea,
en vez que alguien más las encuentre y esparza por el pueblo.

Hoy no siento realmente mucha inspiración.

He pensado en acabar mi vida,
debido a que de a poco me sigo hundiendo en los problemas de mis pacientes.

Lolito se casó con mi hijo.
Mi hijo tuvo una hija.
Luego murió.

Mónica y yo habíamos perdido a nuestro pequeño, por que se escapó de nuestras manos demasiado rápido.

Cuando cumplió sus 17 años,
ya había tenido una hija,
que dejó sola al morir.

Cuando conocí a la pequeña que mi hijo tuvo, ella me dijo que también tenía esta afición a quemar cosas, al igual que yo.

La pequeña, tan atrevida, casi le quema la casa a Lolito,
debido a que quería ir a casa de su padre adoptivo, pero Lolito no quería llevarla.

La pequeña murió por torretas,
terminó teniendo un final tan triste como el de su padre.

En esta carta, te confesé lo que no le dije a nadie, y quedó entre Lolito, Mónica, Vegetta y Willy.

Atte: Siempre tuyo, Auron.












Letters to Luzu ¤LuzuPlay¤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora