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Elementum.~

No era noticia nueva que Eduart no pudiera dormir. Ya que solo lo hacía cada mes cuando su energía se hubiera agotado.
Pero la situación de su insomnio se debía al pequeño cuerpo que invadía su cama. Vicent trajo a aquella niña desde hace ha dos semanas y Eduart, a pesar de que se había acostumbrado a ella, una sensación en su interior le hacían estar alerta.

Sus pensamientos fueron interrumpidos  por pequeño picor que empezó a aparecer al rededor del cuello del recoge-almas. Poco a poco, tras rascar la zona, graves marcas de manos empezaron a aparecer por su cuello. Eran el claro rastro de un estrangulamiento.

-Joder.-Susurró mientras se levantaba de aquel suelo en el que se descansaba y tomó entre sus manos las cadenas que los envolvían para no hacer ruido al caminar.

-¿Por que no te las quitas?-Una voz gruesa hablaba desde la puerta. Vicent estaba entrando.-Deben pesar, quítatelas.
El más bajo no contestó, tan solo paso por su lado para salir a la fría calle.

No tenía tiempo de contestar a semejante pregunta. Por lo cual simplemente desapareció entre la oscuridad dejando un rastro de humo en el lugar que desapareció.

Sin quitar la mirada de Eduart, Vicent observo como desaparecía ante sus ojos soltando un suave suspiro.

-¿Enserio?-Miro dentro de la casa y observó dormir a aquella niña de cabello castaño. No podía dejarla sola y tampoco debía dejar solo a Eduart, por lo cual abrió una pequeña libreta del tamaño de una caja
de cerillas.-imus imperium.

Un suave hilo azul, conectado al dedo del rubio, se deslizaba por el aire siguiendo el ritmo de una pequeña serpiente hasta llegar al cuerpo de la pequeña. Poco a poco el extremo de este se fue incrustando en la nuca de ella.

-Aquila, nos vamos.-Mandó el mayor y empezó a caminar cuando vio a la más pequeña levarte e ir tras él.

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