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Una vez llevó a unos países de Europa a Yoro por petición de ellos

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Una vez llevó a unos países de Europa a Yoro por petición de ellos.

Era época de lluvia de peces.

Supongo que sabrán qué reacción tuvieron al mirar peces que caían del cielo.

A María siempre le emocionaba la idea de compartir un poco de su cultura con otros países

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A María siempre le emocionaba la idea de compartir un poco de su cultura con otros países. Rara vez pasaba. Así que siempre atesoraba esas ocasiones con cariño.

En esta ocasión, Luxemburgo, Bélgica, y Países Bajos habían pedido conocer más de su país, así que los llevó por todos los sitios posibles.

Llegados a cierto punto, se decidieron detener en Yoro, ya que deseaban descansar un poco de las zonas históricas. En cuanto pararon en un airbnb donde se decidieron hospedar, el cielo se puso oscuro. A su vez, truenos, relámpagos, y un viento intenso se alzó.

— Oh, no sabía que habría una depresión tropical ahora...— Bélgica miraba a la ventana, fijándose en que estaba lloviendo.

María, por otro lado, sabía lo que significaba esto.

Corrió inmediatamente a ponerse un poncho tradicional. Luego de ello, se dirigió a los europeos. Estos la vieron expectante. No entendían porqué vino con prisa. Sonriente, María José les dijo:

— ¡Vengan, vengan! ¡Tengo algo que mostrarles!

Luxemburgo estaba emocionado se saber qué les querría mostrar. Bélgica se mostraba curiosa. Países Bajos algo molesto "¿Qué es tan importante para no esperar a que la lluvia pare?" Pensó.

Abriendo la puerta, la latina corrió hasta afuera, mirando con admiración el cielo. Ninguno de los tres pareció pillar porqué la lluvia parecía ser sujeto de admiración de Honduras, hasta que lo vieron.

Peces.

P e c e s.

Y más peces.

Cayendo del c i e l o.

No sabían qué decir. ¿Qué se supone que debías de decir cuando los peces llueven?

— ¡Tada! ¿Qué les parece? —La emoción en la voz de Majo era obvia. En cambio, las expresiones de sus acompañantes eran... interesantes.

—Esto es obra de brujería... —Musitó Bélgica, incrédula pero asombrada. Ahora sí que tenía algo increíble que contarle a los demás europeos.

—Esto debe ser un sueño —Países Bajos consideró tirar la pipa un rato, de seguro eso era. Si. No es posible que putos peces llovieran. Mucho menos que fuera tan común como para que Honduras supiera cuándo va a pasar.

— ¡Esto es asombroso! —Los otros dos europeos miraron a Luxemburgo, que parecía igual de emocionado que la hondureña. Este se dirigió a la susodicha, tomando sus manos y volviendo a hablar.— ¡Cuéntame todo sobre estas lluvias! ¡Es lo más único que he visto en mi vida!

María se quedó sorprendida por dicha reacción, pero una enorme sonrisa se instaló en su cara momentos después.

— Con todo el gusto del mundo, Lux.—Y así, empezó a relatar todo con lujo de detalle. Que si llevaban más de un siglo pasando, que si habían señales claras del evento, de esa vez que unos científicos trataron de encontrar una explicación y fallaron...

Países Bajos era incapaz de entender porqué su hermano se mostraba tan entusiasmado como para realizar tantas preguntas. O porqué su mirada a la más baja era de... ¿admiración? Mientras la oía hablar... no le veía sentido.

— Ya sabes cómo es Lux —Dijo la belga, en modo psíquico al parecer.— Sus gustos son... curiosos. Y-

Y ella es la mayor curiosidad que ha visto... —Ahora parecía entender qué le pasaba.

— ¡Exacto! Así que no te sorprendas de que se quiera apegar más a ella ahora. Va a tratar de saciar su curiosidad. —Se rió un segundo, viendo al luxemburgués comportarse cual niño en dulcería, manteniendo toda la atención de Honduras en él.— Y conociendo a Mari, va a saciar la que ya tiene, pero le generará aún más curiosidad, y así seguirá, y seguirá...

Bélgica no se equivocó. Luxemburgo acaparó tanta atención de la latina como pudo. Casi casi fueron la tercera y cuarta rueda el resto del viaje.

Pero al menos se divirtieron.

Y pudieron comer peces voladores.

Cinco estrellas || Honduras headcanonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora