Promesa a Kitty

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Perrie sentía mil demonios taladrando dentro de su cabeza. Incluso la luz tenue que entraba por su ventana entreabierta la cegaba.

El ruido de la puerta abriéndose hizo que de incorporara. Sintió náuseas al levantarse, pero gracias a la resistencia actual que le tenía al alcohol las reprimió.

Vio como una niña castaña entraba por la puerta y la cerraba detrás de ella. Llevaba una bandeja.

Tardó un par de segundos en caer en la cuenta de que la niña era su hermanita.

"Buenos días." dijo Caitlin.

"Hola, Kitty." dijo la pelirosa sonriente.

Caitlin dejó la bandeja sobre las piernas de su hermana mayor.

"Te traje el desayuno." dijo. "Y unas aspirinas, pero primero debes llenarte el estómago."

"Gracias." dijo Perrie.

Su hermanita se sentó en la cama y le pasó el tazón de cereales. La mayor comenzó a comerlo a pocas cucharadas.

"¿Cómo te sientes?"

"Me sentiré mejor con las aspirinas." dijo con la boca llena de cereales. "Pero al menos no he vomitado a nadie." provocó un ruido exagerado fingiendo una arcada para hacer reír a Caitlin, y como siempre, logró su objetivo.

"Mamá esta furiosa, ¿Sabes?" dijo la castaña luego de unos minutos.

Perrie asintió. Acabó el tazón de cereales y tomó el vaso con jugo de naranja.

"¿Dónde están ahora?" preguntó pasándose el dorso de la mano por los labios.

"En el centro. Papá la convenció de que salieran un rato para calmarse y se quedara tranquila." Perrie asintió. "Tal vez, vuelvan a la noche."

"Sermón nocturno."

"Yo que tú escucharía el 'sermón nocturno' y le haría caso a mamá. Está volviéndose loca."

"No es mi problema, Kitty." dijo la pelirosa. "Yo jamás le dije a mamá que se volviera loca por mí."

"Tal vez lo haga por que es tu madre."

"Tal vez debería cuidarse mas a sí misma."

"Tal vez prefiere cuidarte a ti que a sí mima." contraatacó Caitlin.

"Tal vez quiera que me valla de casa." su hermanita la miró. "Y tal vez yo lo haga."

Ambas se callaron. Se quedaron en silencio, pensativas. Luego de un par de segundos más, la menor habló.

"No te irás de casa, ¿Cierto?"

Perrie miró la expresión entristecida de Caitlin.

"No."

La niña abrazó a la oji-azul. Le pidió promesa. Y Perrie se lo prometió.

"No me iré de casa, Kitty. Lo prometo."

11th September~(Jade Thirlwall & Perrie Edwards)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora