Butterfly

Capitulo 4

Al sonar la alarma me levanté enseguida. Estaba muy emocionada por mi primer día de escuela.

- Ok Hannah, este es un nuevo año. Haz amigos para que no te quedes sola como en la vieja escuela, - Me dije mirándome en el espejo del baño. - recuerda que tú mejor amiga ya no está aquí para defenderte, así que demuestra que eres fuerte.

Al terminar mi automotivación hice mi aseo personal y busqué mi ropa que tenía preparada de ayer. Consiste en un suéter morado oscuro con una chaqueta negra, unos jeans oscuros junto con mis botas negras y un gorrito de lana lila.

Tomé mi mochila y verifiqué que tuviera todas las cosas que probablemente necesitaría.

Bajé junto con mi hermano a desayunar.

- Buenos días mis pequeños. ¿Cómo durmieron? - Nos pregunta mi madre dándonos un beso en la mejilla a cada uno.
- Bien mami. - Dijimos al mismo tiempo.

- Me alegra. Aquí les preparé su desayuno. Pancakes con miel, fresas y moras.
- Mmm mi favorito. - Dice mi hermano.
- Me encanta. Gracias mami. - Digo encantada.
- De nada mis amores. ¡Que lo disfruten!

Terminamos nuestros desayunos y nos subimos al auto de papá quien nos llevó a la escuela.

Me dejó a mí en la secundaria y siguió su camino a dejar a mi hermano en la primaria.

Cuando llegué a la entrada junto con los otros alumnos se escuchó una voz que venía de unos de los megáfonos de la escuela.

- "Bienvenidos alumnos a su nuevo año escolar. Nos alegra tenerlos de vuelta aquí. Espero vengan con sus pilas recargadas para aprender y ser cada día mejores personas. ¡Muchos éxitos en su nuevo año!". - Dijo la voz que supuse que era la directora.

- Ush, si claro. - Comentó una chica volteando los ojos.

Al fin abrieron las puertas y pudimos entrar.

Fuí a la oficina de la directora para que me entregue mis llaves del casillero y el horario.

- Buenos días. ¿Puedo pasar?. - Dije tocando la puerta.
- Por supuesto, pasa. - Me respondió la directora.

Está es una mujer elegante. Alta con una cola de caballo bien recogida y su impecable uniforme rojo oscuro.

- Gracias. - Le dije. - Vine a buscar mi horario y las llaves de mi casillero.
- Oh sí aquí están querida. - Dijo y me los entregó. - Tu eres Hannah McCarty, ¿no?
- Si. Mucho gusto. - Le estreché la mano.
- Igualmente. - Me siguió. - Tu papá, William McCarty, me comentó sobre ti cuando te vino a inscribir. Espero puedas adaptarte rápido. Te deseo muchos éxitos linda.
- Gracias srta. Parckins. Es muy amable de su parte. - Dije esbozando una sonrisa saliendo del lugar.

El camino a mi casillero fue algo raro a mi parecer. Veía ir y venir chicas populares, chicos deportistas y uno que otro nerd.

Abrí la puerta de mi casillero y saqué los libros que usaría. Me toca geografía a primera hora los lunes. No está mal.

- Tengo que decorar un poco mi casillero. Está algo aburrido. - Dije cerrando este.

Al darme vuelta para seguir mi camino al salón de la nada aparece el chico de la otra vez recostado del casillero de al lado.

- ¡Hay dios me asustaste! - Digo poniendo mi mano en el corazón.
- Eres tú. - Me quedé perpleja al ver a este chico de nuevo.

- ¡Claro! ¿Cómo no iba a venir a hablarle a la chica que no para de tropezarse conmigo? - Dijo enseñando su sonrisa. - Que por cierto, es muy raro que no lo hayas hecho aún.

Lo miré con los ojos entrecerrados.

- Ja. Ja. Muy gracioso. ¿Y que casualidad no? Estar en la misma escuela. - Dije fingiendo sarcasmo.
- Demasiada causalidad. Y para completar estamos en la misma clase.

- ¿Cómo lo sabes?
- Porque acabo de ver el horario que cargas en la mano, Hannah. - Dijo con una sonrisa lobuna.

Genial, también es de mi año. Pero no es tan malo después de todo. Al menos ya tengo a un conocido.

No le pregunté que cómo sabía mi nombre porque era obvio. Aquel día en la tienda mi madre me llamó y por supuesto que él escuchó.

- ¿Acaso no me piensas decirme tu nombre?. - Le dije al empezar a caminar al salón.
- Si si, lo siento, - Rió un poco. - Soy Christopher.

- Bien. Mucho gusto, Christopher.
- Mucho gusto Hannah. - Reímos un poco.

Veo pararse al frente de nosotros una chicas que creo que son las más populares.

Ay no. No puede ser.

- ¡Oh! ¡Miren quién tenemos aquí! Al lindísimo de Chris y a... ¿Quién eres tú querida? - Dijo una chica con cabello tintado de rubio, y se le podía notar a simple vista que era toda plástica. Supongo que es una de último año.

- Oigan chicas, tenemos a una nueva en la secundaria Fairview. - Dijo ésta, que lideraba al grupo.
- Si quieres ser parte del equipo de porristas puedes ir a hacer las pruebas más tarde en el campus. Muah! - Terminó la chica entregándome un volante de inscripciones de porristas.

Me quedé algo confundida pero bueno. Tal vez me anime a hacer las pruebas.

- Oye Hannah. No te recomiendo mucho juntarte con ese grupo de chicas. - Me dijo Christopher.
- ¿Por qué?.
- Porque ellas al ver a alguien nuevo, lo tratan de los mil amores la primera vez, ya después te tratan como la basura. Además, la líder es mejor conocida como la que ha estado de "novia" con muchos chicos de la escuela. Por eso también está un poco rayada.

Hizo un énfasis de comillas en novia con los dedos.

- Ohh. Claro, claro, se lo que quieres decir. Pero bueno, no creo que sea tan malo hacer pruebas para entrar en el equipo de porristas.
- Bueno. Solo te lo digo para que más o menos sepas que hacer en caso de que salga algo mal.
- Si Christopher. No te preocupes.

Llegamos a nuestro salón y nos sentamos a los lados. Que bueno que por lo menos hice un amigo. Porque sino tuviera que pasar el rato en la cafetería sola. Y eso es lo último que quiero que pase.