Dishes-

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Me dirigí rápidamente a mi habitación para descansar un rato de estar subiendo y bajando las escaleras todo el día, hasta que la laptop me indico que me llego un nuevo mail. Me levante y camine hacia el escritorio para revisar el nuevo mensaje, pero todo mi cansancio se esfumo al ver que era lo que se encontraba en ese mail.


-Por fin, después de tantos malditos años de solo ser un sirviente...


En ese mail, se encontraba el testamento del Señor Jeon donde me dejaba la mitad de todo a mí por ser su más fiel sirviente y la parte de Jungkook hasta que este cumpliera 21 años.

¿Qué porque me emociona tanto un testamento?

Porque hoy en la noche...el señor Jeon será asesinado en Paris


-Y por fin todo lo que siempre desee será mío...


Elimine el mail para no dejar pruebas y cerré la sesión de mi cuenta personal antes de apagarla. Vi el reloj, entonces me di cuenta que había pasado media hora desde que deje a un invalido dentro de la tina y no había escuchado que me llamara.


-Ay no ¿y sí se ahogó este pendejo?


Camine rápidamente hacia la habitación de Jungkook, pero algo me hizo detenerme de abrir la puerta del baño...alguien jadeaba con desesperación mi nombre.


-Jimin-ah~ ah~ Jimin~


Pensé en dejarlo pasar como siempre, pero recordé que ahora yo soy quien tiene más poder en esta casa. Le hable a una de las mucamas que pasaba por ahí, para indicarle que nadie podía entrar a la habitación del Joven hasta que yo diera la orden, ella solamente hizo una reverencia y se fue a avisarles a los demás empleados. Cuando no había nadie cerca, cerré la puerta y le puse seguro desde adentro, para luego acercarme a la puerta del baño.


-Joven ya lleva mucho tiempo dentro de la bañera, se va enfermar si no sale ahora ¿Puedo pasar?


Nunca escuche que me dieran permiso para entrar, pero encontrarle ahí débilmente mientras jadeaba me tentaba más así que solo abrí la puerta.

Fue la mejor escena de mi vida, encontrar los espejos empañados mientras el agua de la bañera se desbordaba y un alto chico de encontraba dentro de ella tratando de tranquilizar su respiración, mientras que con un de sus manos cubría su entrepierna.


-N-no te dije que podías pasar –con una respiración exaltada-

-Ya paso demasiado tiempo aquí dentro Joven, es hora de ir a dormir. Déjeme ayudarle a salir...


Me acerque a la bañera, pero cuando intente levantar al chico de los brazos este se aferraba a la tina sin querer salir. Fue una lucha silenciosa de un minuto o dos, hasta que me harte y mire con una vista asesina al chico.


-Te lo juro, es mejor que me quede dentro de la bañera –dijo Jungkook-


Ya estaba cansado de intentar levantar a esta rana de su charquito de agua, estaba a punto de irme pero la vista de las gotas cayendo por su pecho y su cabello ondeado por haberse humedecido del vapor hizo tener que darle la sorpresa antes de tiempo.


-Oye Jungkook, ¿yo te gusto verdad...?

-¿P-por qué dices eso de repente? Espera, me acabas de llamar por mi nombre.

-Ahora yo soy tú superior, puedo llamarte como a mí se me dé la gana.

-¿De qué estás hablando Jimin?


Comencé a quitarme el saco de mi traje y afloje la corbata de mi uniforme para estar más cómodo, peine mi cabello hacia atrás con una sonrisa de victoria burlona comencé a hablar.


-Le he servido a esta familia desde los 5 años, todo por tu maldito abuelo. El fundador de la compañía de puso una trampa a mi familia para robarle toda su fortuna y así iniciar la de él, no le fue suficiente con robarnos todo hizo que mis propios padres me vendieran con tal de recibir un poco de dinero.


Me tome un momento y antes de seguir hablando me quite los zapatos, los calcetines junto con los guantes. Dejando ver las quemaduras de tabacos que estaban en las palmas de mis manos.


-Para tu abuelo no era nada más que un cenicero humano o un niño que molestar mientras dormía, hasta que años después falleció y tu padre llego al mando. Si me preguntaran a que persona es a la que más quiero es a él, el único de esta familia que trataba a cada ser humano como un igual, me volví su mano derecha y me gane su confianza. Todo estaba bien, hasta que fuiste expulsado de la escuela de parís y te mandaron de nuevo a Corea. Eras todo lo que yo era antes, mimado, millonario y egoísta, o mejor dicho todo lo pude a ver sido pues volviste con 14 años.


Me senté en el borde de la bañera mientras desabotonaba mi camisa, entonces una nueva marca salía a la luz.


-En tu cumpleaños número 15, alguien se equivocó con el sabor de tu pastel, tomaste las velas y se las clavaste en el pecho a la persona que estaba a tu lado, como podrás ver ese fui yo. Todo lo que sufrí con tu abuelo lo recordé ese día, entonces me di cuenta que eras la versión en miniatura de ese hombre... 


El sirviente  [Jm & Jk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora