— ¡Por favor! Maravillosa, hermosa, poderosa y despampanante dama búho, ¡enséñame un hechizo más antes de irte! —exclamaba la humana Luz Noceda, arrastrándose y jalando la falda de su mentora, la bruja Eda, suplicando por sus enseñanzas.
— ¡Ugh! De acuerdo, pero primero suelta mi falda —bufó la bruja, harta del comportamiento insistente de la menor—. Te enseñaré el hechizo de protección. Es probable que la lluvia hirviente vuelva y, como estaré varios días fuera, te ayudará a proteger la casa.
— ¡Hoot, hoot! La dama se preocupa por mí —ululó el búho protector de la casa.
—En tus más locos sueños, Hotty —bromeó Eda, golpeando a la puerta búho con su bastón.
Eda dibujó un círculo en el aire y dio unos movimientos con las manos. El resultado de su invocación fue un espeso y moldeable líquido naranja, que poco a poco se solidificaba en la forma que la bruja le daba, dando paso a un campo de protección.
Enfocándose al cien por ciento, Luz grabó toda la escena sin perder ningún detalle.
Luego de casi morir por la bestia búho y descubrir los glifos de luz hace semanas, la morena descubrió que algunos filtros especiales de gatito en las fotos de su celular revelaban las líneas y círculos necesarios para replicar los hechizos. Parecía algo difícil, pero nada que un fin de semana de dura investigación no pueda solucionar. Además, por alguna extraña razón tiene la habilidad de hacer círculos perfectos en una hoja, sería sencillo replicar cualquier glifo.
—Muchas gracias, Eda —agradeció la menor, deteniendo la grabación, aunque no sin antes tomar una foto al rostro de Eda mientras estaba distraída—. Entonces... ¿segura que no los puedo acompañar?
—Muy segura, niña. Esta es una oportunidad única y tardaremos días. No permitiré que faltes a la escuela después de todo lo que hice para que te aceptaran —dijo Eda, mientras guardaba todo lo necesario para el viaje en su cabello y bolso—. Además...
Le hizo un gesto a la menor, indicándole que se acerque para susurrar cerca de su oído.
—No confío en Hotty para que cuide solo la casa.
Eda tenía un buen punto, el pobre búho era muy distraído sin supervisión. Como prueba, en vez de vigilar los alrededores se encontraba peleando con su sombra.
—Entiendo... —asintió frunciendo el ceño, triste de no poder ir de aventuras con la nueva familia de raritos que hizo.
Una expedición a la tierra de los demonios para recoger chatarra sonaba genial, y perdérsela no era genial.
—Quita esa cara larga —animó King, escalando por la capucha de la morena, para darle unas cuántas palmaditas en la cabeza—, te traeré un pequeño recuerdo de nuestro viaje.
—Muchas gracias, pequeño —agradeció Luz, que su peludo amigo no se olvide de ella.
—Hora de irnos—habló la bruja, haciendo una seña para que todos salgan de la casa. King para acompañarla y Luz a despedirse—. Recuerda, Luz, dejo la caja fuerte con el dinero para la comida. No rompas nada, no quemes nada, nada de fiestas y por favor... vigila a este tonto.
Hotty perdió contra su sombra; dos a uno en una pelea llevada a tiempo extra.
Eda se subió a su bastón después de un último abrazo por parte de Luz, y junto a King alzó vuelo rumbo a la peligrosa misión.
— ¡Te amo, niña!—Gritó Eda desde la lejanía
Luz se quedó callada unos momentos, desde hace varias semanas no escuchaba esas bonitas palabras provenir de alguien a quien consideraba una figura materna.
—Yo también... dama búho—Murmuró con un leve sonrojo en sus mejillas
—Hooty también te quiere, pequeña —chilló el búho, acurrucándose junto a la morena.
—Gracias, Hotty.
La morena devolvió el abrazo al búho e ingreso a casa para empezar con sus experimentos mágicos. Faltaba aún varias semanas para volver al mundo humano, debía aprovechar al máximo su estadía en las islas.
—Ahora si me disculpas, ¡Luzura debe practicar el nuevo hechizo!
.
—Eda, tengo un poco de miedo... —expresó King en un bajo tono, solamente captado por la bruja a quien se aferraba del vestido—. Lo que le dijiste a Luz... sonó como una despedida.
—No digas esas cosas, solo...
La bruja misma se interrumpió, agachando un poco la mirada. Triste, pero sobre todo asustada, puesto lo dicho por el demonio tal vez tenga algo de razón.
—Tranquilo, pequeño, todo saldrá bien. Cuando menos te lo esperes ya habremos llegado a casa.
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Una semana atrapada con ella - Lumity TOH
RomanceToda su vida, Amity se la pasó bajo las estrictas órdenes de sus poco amorosos padres. Si a eso le añadimos un tóxico ambiente escolar, sabremos un poco más del porqué se enamoró de la bonita, ingenua e idiota novedad humana: Luz Noceda. Las chicas...