Saviour

537 101 16
                                    

El mes pasó como si nada y Jinsoul ya había logrado tener más recuerdos. Aunque eran muy leves y triviales, eran buena señal, quizá su lesión cerebral estaba empezando a sanar.

Las quedadas de 4 ya eran habituales. Se reunían para ver películas, salir de fiesta, ir de compras... Aunque prácticamente tenían que arrastrar a Jinsoul para que accediera a ir. Por primera vez en mucho tiempo se estaba sintiendo feliz.
Una de esas noches habían quedado para ver Netflix, pero se habían quedado sin snacks. Jungeun se ofreció a bajar a la tienda de unas calles más atrás del departamento y las otras no se negaron.

Así que allí bajó, dinero que cada una había puesto de su parte en mano. Era ya muy de noche, serían las doce. La primavera estaba a punto de acabar por lo que las noches ya no eran tan frías. Jungeun sonrió, antes acostumbraba a dar paseos nocturnos con Jinsoul, pero solo cuando había noches cálidas.

Iba bastante concentrada en sus pensamientos, así que por poco no se pasa de la tienda. Entró y seleccionó sus snacks favoritos y los de las demás. A ver... Patatas fritas, Cheetos, Takis, Doritos, etc etc. Tenía un buen presupuesto, así que, como no tenía que preocuparse por el dinero, cogió bastantes cosas. Sus amigas comían como si llevaran hambrientas una semana, así que cualquier cantidad de comida era poca.

Pagó y salió con la bolsa repleta de paquetitos en la mano. Sacó el teléfono para mirar la hora. Las doce y diez. Al día siguiente iba a arrepentirse de ello, tenía que trabajar y Haseul y Kahei iban a reírse de su cara de zombi. Justo cuando fue a guardar el teléfono, sintió que alguien le agarraba del brazo.

-¡Tía, cuánto tiempo!

Eso la desconcertó aún más. Miró a su lado. ¿Era alguien a quien conocía? No, no le sonaba su cara. Ojitos pequeños y brillantes, nariz redondita y un lunar bajo uno de sus ojos. Nunca la había visto, pero aún así la extraña hacía como si la conociera. Antes de que Jungeun pudiera hablar, la otra mujer notó su cara de confusión y habló de nuevo, esta vez susurrando.

-Haz como que me conoces, por favor. Te lo explicaré luego. — automáticamente, Jungeun hizo lo que le pidió.

-¡Anda, hola! ¿Cómo estás?

-¡Bien! ¿Vas a casa? Puedo acompañarte.

-Claro, vamos. — empezaron a andar teniendo una conversación hasta que unos minutos después la mujer miró hacia atrás. Dio un suspiro de alivio y soltó el brazo de Jungeun. -¿Qué pasaba?

-Fui de fiesta con unas amigas y cuando salí de allí un hombre empezó a seguirme todo el camino, tenía mucho miedo, perdón por haber actuado así, seguramente te molestó.

-Oh, no te preocupes. Las chicas se ayudan, ¿no? — Jungeun sonrió para tranquilizarla. -Siento mucho que te haya pasado esto.

-Uf, menos mal que te encontré, no había nadie en la calle y ya me veía en el peor de los casos. Muchas gracias, te debo una. — se miraron. Pobre chica, parecía muy asustada.

-No te preocupes. Soy Kim Jungeun. ¿Y tú?

-Jeon Heejin. — sonrió, más aliviada.

-Vale, ¿dónde vives? Te acompaño.

-No hace falta, ay. — la chica empezó a agitar la mano en signo de negación.

-No te preocupes, no es molestia. Además así me quedo tranquila.

-Bueno, pues... Vivo cerca de aquí, vamos andando en la dirección correcta. Vivo al girar la próxima esquina.

-Bien, me pilla de camino a casa.

Y siguieron hablando hasta llegar a casa de Heejin. Esta se volvió a disculpar y a darle las gracias a Jungeun.

-Seguramente me hayas salvado la vida. De verdad que te debo una.

-No es necesario, en serio. — Jungeun sonrió, negando con la cabecita.

-Que sí. Si alguna vez nos volvemos a ver, pídeme lo que sea.

-Bueno, si insistes, lo tendré en cuenta.

Se despidieron y Jungie siguió andando un poco más hasta que llegó al departamento. No pasó mucho tiempo más, vivía bastante cerca de allí.

-Abriiiiiiiiiid. — aporreó la puerta con el puño.

A los segundos Jiwoo estaba allí.

-¿Por qué has tardado tanto? — cerró la puerta tras que la otra entrara.

-Ayudé a una chica a escapar de un hombre que la seguía. Hizo como si me conociera y me pidió que le siguiera el juego, y cuando lo perdimos de vista me explicó lo que pasaba.

-Uffff, qué mal. — Sooyoung habló, asqueada. -Es comprensible que actuará asi. Pobre chica.

-, la verdad. Me ha dicho que me debe una y me ha dado las gracias como veinte veces por acompañarla a casa.

-¿También la has acompañado? — Jinsoul observó, con la boquita en forma de O. Jungeun asintió.

-Jungie, eres un angelito. — Jiwoo sonrió.

Jinsoul sonrió para sí. Jiwoo tenía razón, vaya si lo era.

Twilight ||  LipSoul [Semi Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora