Capitulo 1 : El Encuentro

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Estoy empapada...ya no se sí lo que chapotea en mis botas es sangre o agua,da igual pero ese punzante dolor en las costillas no me deja pensar ,me intentó poner de pie pero es imposible ,estoy perdiendo mucha sangre, todo esta oscuro al mi alrededor mientras intentó enfocar una figura acercándose a mi...
Bueno...seguro que no tenéis idea de lo que esta pasando así que mientras me desangro en el suelo entre delirios dejarme presentarme.
Me llamo Alba Zotti y esta es mi historia.

Déjenme contarles el principio,bueno no el principio porque no me acuerdo,mi memoria empieza a los 9 años junto a mi razonamiento,nací y me crié en Florencia, justo encima del mercado donde veía siempre la mercancía que llegaba, mi familia era muy conservadora así que todo lo que podía hacer era mirar desde la ventana mientras mi madre hacia sus labores he intentaba enseñarme a como hacerlas para el día en el que encuentre a "mi hombre". Me parecía una idea tan estúpida como ellos, los veía pegarse, empujarse y hacerse heridas de las formas más estúpidas y bestias, no mostraban un mínimo de inteligencia, no entendía el porque tenía que acabar junto a uno de ellos, pero ese no fue el problema más gordo que después me apartaría de la sociedad, fue otro y hasta hoy sigo sin entenderlo.
Apareció una chica nueva en la plaza, era blanca con unos pelos rizados de color rojo como sus labios, tenía los ojos verdes y las pecas que decoraban su cara parecían puestas a consciencia, se llamaba Elise Monti y se podría decir que me enamore de ella a primera vista...
Y ese fue el "problema", me enamore de una mujer, intenté preguntar a mis padres porque no habían dos mujeres juntas, ellos me miraban con cara de "cuánta imaginación" o "que preguntas más raras" pero me respondían al pensar que sólo era curiosidad.
-Dios es sabio y creo a la mujer para que el hombre no estuviera solo... Eso es lo natural-decía mi madre.
-¿Por que no es natural que dos chi...?-empeze a decir pero me cortaron
-¡Porque no es cristiano! Aparte de ateo se tendría que tener una severa enfermedad mental para que dos mujeres tengan esas relaciones -dijo mi madre algo alterada- Mira hija... No preguntes esas cosas porque la gente puede confundir tu curiosidad por otra cosa... -dijo antes de seguir a lo suyo.
Aprendí a guardar ese extraño sentimiento llamado amor... Referentes a mi amiga Elise que venía casi todos los días a visitarme, pasaron los años y a ninguna de las dos nos sentó mal, aunque se podría decir que yo llevaba "la delantera", me miraba al espejo para ver a una chica con el pelo castaño y rizado de buen cuerpo, por desgracia mi pelo era del montón así que en una muchedumbre no resaltaba... A diferencia de Elise ,las pelirrojas era algo completamente inusual por eso cada vez que salíamos lo hacíamos con el antipático de su hermano (ya que la ama de llaves no haría mucho), Diego Monti ,muchos años más tarde me entere que fue un asesino y supuestamente murió en la horca de forma lenta y dolorosa... No se porque no me sorprendió, el caso es que Diego siempre nos llamaba la atención y de forma muy bordé ,así que nos escapábamos, éramos dos chicas de 16 y 14 años así que era una aventura y... estábamos solas, así que un día decidí hacer frente a mis sentimientos ocultos, llevábamos siendo amigas 8 años así que pensé en que no sería tan malo como lo pinta la gente, el mostrar mis sentimientos hacia ella.
-¡Mira que flores tan bonitas!-decía ella mirando las flores de un puesto.
-No creo que te ganen en belleza, Elise- dije acercándome a ella.
-Callaaa...- dijo nerviosa con una risa-Tonta, estoy segura de que sí fueses un hombre me casaría contigo- al decir esto sonrió de forma risueña, no pude aguantarlo más, la cogí de la mano y la lleve a una callejuela.
-¿Por que un hombre?- dije acercando mi rostro al suyo.
-Pues porque es así...- dijo Elise un poco extrañada.
-¿Por que una mujer no puede tener sentimientos por otra? La sociedad así no lo quiere pero no puedo evitarlo... Te amo- sentía como mi cara empezaba a arder por los nervios.
-¿Que?-Elise estaba roja como un tomate-Pero eso no puede ser...-le temblaba la voz por los nervios y miraba a todos sitios excepto a mi mi cara- dos chicas no pueden quererse...- no se la veía segura al decir eso con la cara girada ligeramente a la derecha y mirando al suelo.
-¿No?- mi sonrisa era por la emoción de por fin ser yo misma, puse mi mano en su mejilla y la bese, ella mantuvo la respiración pero no se resistió, estaba nerviosa y confusa pero eso era bueno para mi (odio que para conseguir un amor tenga que manipular de esta forma) la rodee de la cintura con mi brazo libre y pegue su cuerpo al mío... Jamás me había sentido tan bien,estaba en el paraíso y por fin me sentía libre pero por culpa del destino la liberta viene seguida de prisión.
-¿Que coño estáis haciendo?- escuche un grito detrás mía que por desgracia conocía,era Diego, Elise paso corriendo por debajo de mi brazo para ponerse detrás de su hermano,Elise seguía roja y estaba demasiado conmocionada para responder a lo que le preguntaba su hermano.
-Diego deja que te lo explique a sido sólo un piccolo malinteso- intenté crear una excusa pero no me dejo terminar.
-¿Un pequeño malentendido? ¿te crees que soy idiota? puttana da merda- su mirada era de infinito odio -Aléjate de nuestra familia-y dicho esto se fue con Elise, mi corazón latía a demasiado rápido y me faltaba el aire... ¿Que he hecho? Me han descubierto y estoy segura que nada bueno puede salir de esto.
Fui hasta mi casa corriendo y me encerré en mi habitación a suplicarle a dios, que sí existía me lo demuestre con un milagro pero ninguno de los dos hicieron el amago de ello, cuando anocheció tres guardias se presentaron en mi puerta, mi padre y mi madre salieron a hablar con ellos,pensé que me protegerían que harían el intento de luchar pero no fue así, es más ,los invitaron a entrar, sólo tenía un momento si quería salvarme de la horca, no me lo pensé mucho así que salí por la ventana, los tejados de Florencia eran irregulares y traicioneros ,además cuando se acabe la calle me quedare sin tejado y sin lugar al que huir, aun así ,allí estaba yo, intentando escalar con falda la fachada de mi casa con cuidado hasta que escuche un grito.
-¡¡là fuori!!- era un guardia que me habían visto desde mi ventana-¡¡Está en los tetti!!- seguido de eso escuche el ruido de armaduras retumbar hasta la posición del otro guardia, para acto seguido salir por la ventana y empezar a escalar detrás mía, llegué al tejado, me hice un nudo en la falda y empece a correr por los tejados hasta que se acabaron, había un tejado enfrente mía pero el salto era un imposible para alguien que sólo salía a andar con la ama de llaves por el mercado, pero en esa situación era morir en la caída o morir en la horca... Sinceramente no me atraía ninguna de las dos pero si tengo que morir preferiría hacerlo rápido y sin público, cogí carrerilla y me encontré casi cara a cara con los guardias.
-¡Alto en nombre de la guardia!- gritaron pero el susto provoco que corriera en dirección contraria, al llegar al borde salte con la fe de sobrevivir a la caída, por un momento parecía que iba a llegar pero segundos después veía la pared delante de mi peligrosamente cerca de la cara, me golpee contra esa pared y me precipite al vacío , pero a mitad de caída sentí un paron seguido de un golpe antes de sentir mi propio peso contra el suelo, tuve los ojos cerrados durante toda la caída y al sentir el suelo ,casi no tenía dolor pero el pecho se llevó la peor parte, así que abrí los ojos de golpe.
-Estoy viva...¡Estoy viva!- alce la mirada y vi que media falda se había quedado enganchada a un macetero, eso frenó mi caída a pocos metros por eso sigo ilesa (Eso si... la hostia de la pared no me la quita nadie)estaba viva y sin media falda,pero no era momento de preocuparse de esas cosas,los soldados seguían en el tejado por lo que aún no era momento de relajarme, doblé la calle y corrí doblando esquinas al azar, ya no podía permanece más tiempo en esta ciudad por el bien de mi cuello, vi un carruaje con un baúl que no era normal era casi de mi tamaño, si me pillaban dentro tendría el mismo final que sí sigo corriendo así que me dio igual...
No se como me las arreglé pero al cabo de un rato acabe dentro del baúl que para mi sorpresa cabía sí apartaba un poco las prendas de su interior, no era cómodo pero aun así me quede dormida la rato de esperar a que un guardia abra el baúl ,pero no sucedió... Simplemente no sucedió nada.
¿Sabéis lo que es que te despierten con agua fría? Pues la mía encima era salada,el baúl tenía una ligera abertura por la cual veía agua...mucha agua.
-¡¡Idiota!!- era la voz de un hombre joven-tenga cuidado con el baúl.
-Perdón signor...-dijo otro joven al que no sabía ubicar exactamente, parecía que estaba en una barca con dos hombres en mitad de algún sitio sobre el mar, mire por la abertura y pude ver una ciudad enorme, deduje que era Venecia, siempre he querido ir de visita pero no en estas circunstancias, aún así tengo que pensar como voy a sobrevivir en las calles de esta ciudad, la barca sé paro y escuche a los dos tipos bajar mientras hablaban de algo, espere hasta que sólo escuche el ruido del agua entonces me arriesgue a salir, me dolía todo el cuerpo por dormir en una posición incómoda, parecía una anciana con la espalda inclinada hacia delante, cogí aire y eche mi espalda atrás, crujió, crujió tan fuerte que pensé que se me había roto algún hueso, pero nada, al instante me sentí mejor así que decidí andar por ese pequeño muelle y justo cuando estaba apunto de salir me topo con un hombre robusto que me sacaba 2 cabezas.
- ¿Que tenemos aquí?- dijo con una sonrisa- una piccola ladrona...
-No soy una ladrona- dije firme.
- Me da igual, estás en mi muelle sin permiso...- me miro de reojo -Pero me puedes pagar de una forma- esos ojos con los que me miraba me lo decían todo y mi pánico creció de golpe ¿Por que yo? ¿Por qué siempre me tiene que pasar todo a mi? y mientras pensaba eso...
-Dios mío ¡Gracias a dios! ¡Mira que te he dicho que no era este muelle!- dijo un hombre hablándome a mi -Señor disculpela... Es que es un poco sciocco y no obedece- dijo dirigiéndose al hombre.
-¿Quien es usted?- dijo el hombre de forma desconfiada.
-Soy el padre de esta descerebrada- dijo inclinando la cabeza -pide disculpas hija-No conocía a este hombre y su sombrero ancho junto a la capa no me daba exactamente confianza, pero sí salía de un aprieto para meterme en otro distinto lo haría simplemente porque la situación cambiaría y me brindaba más oportunidades, así que le hice caso.
-Haga el favor de vigilarla bien, mire lo que le ha hecho al vestido -dijo el hombre ya convencido.
-¡Maldita sea el vestido!- el hombre de capa finja ponerse nervioso -Ahora mismo volvemos a casa.
-Pero...- quería preguntar con disimilo el porque de la situación.
-¡A CASA!- gritó el hombre de la capa señalándome una dirección que seguí por el susto de la reacción, cuando el señor capa me alcanzo me puso la mano en el hombro y me dirijo hasta llegar a la esquina.
-Bueno ragazza... Me debes una- dijo el hombre sonriendo
-Gr...Gracias- dije aún un poco desconfiada.
-No te preocupes niña, no soy mala persona...no, si no me pagas- volvió a sonreír de forma despreocupada -Dime porque has huido de tu casa-la cara de este hombre me inspiraba tranquilidad, sus ojos eran marrones y en ojo derecho dentro de la parte blanca tenía un lunar...increíble pero cierto.
-¿Como sabes que...?- si este hombre se enteraba de lo mío podía llevarme a la justicia.
-No te preocupes no voy a chivarme además tampoco es que sea un santo...- chocamos con un hombre, casi un instante después mi acompañante sacó un papel y tachó un nombre con una pluma, se escucho un tumulto detrás nuestra me gire y vi un montón de gente agachandose a ayudar a un hombre, el hombre de la capa volvió a sonreirme- Haz lo que puedas para vivir como quieres y nunca te arrepentirás de nada- dijo al sacar un cuchillo con el que término de retocarme la falda -así sólo parece sucio- limpio el cuchillo de algo que parecía sangre.
-Pero ahora parezco una fulana...-dije malhumorada al mirar mi falda corta y evitando pensar en la relación del hombre de antes y el cuchillo ensangrentado.
-¿Y que hay de malo ?-soltó una carcajada -déjame presentarme, me llamo Manuel Dampore- hizo una reverencia y se quitó el sombrero, tenía el pelo largo y muy rizado de color negro -Antiguo soldado de la guardia real al servicio del rey Carlos II de España.
-¿Eres español? Dampore no es un apellido español...- dije arqueando una ceja
-Claro que no, vida nueva nombre nuevo-se volvió a poner el sombrero -¿Sabes? No se porque pero me has caído bien y veo que no tienes ni idea de que hacer aquí, te ayudare, si quieres...- este hombre es para mi como un padre y no me arrepiento el haber confiado en el en aquella ocasión.
-¿No me preguntas mi nombre?- dije algo extrañada al recibir ayuda y ni siquiera saber como me llamo.
-Ya me lo dirás cuando quieras,pienso que es de mala educación exigir un nombre... La gente te lo dirá sí quiere- dijo mostrando una lista con nombres tachados y entendí el mensaje, no des tu nombre hasta que confíes en esa persona.
Nos pasamos hablando una buena parte del camino hasta que se detuvo en un callejón,"Vamos"dijo al saltar y empezar a trepar por la fachada"No te preocupes por las vistas de los de abajo" sus carcajadas era muy raras pero ayudaban,le seguí con esfuerzo, fuimos por los tejados hasta que en uno había un grupo de mendigos al lado de una salida de chimenea.
-¡Manuel !- dijeron todos
-¡Hola amigos míos! Esta chica de aquí esta sola y necesita ayuda en esta gran ciudad y me preguntaba si podríais acogerla- dijo poniéndome la mano en mi hombro.
-Claro que sí Manuel, este es tu tejado-dijo un mendigo.
-Pobrecilla, ven que te demos otra ropa más acorde al lugar-dijo una mujer que se levantó a buscar algo de ropa.
Todos eran amigables tuve mucha suerte de encontrarme a Manuel.
-Gracias Manuel- dije, el asintió cogiendose el sombrero y se dispuso a bajar del tejado -Alba- bajó y se mantuvo su cara por encima del tejado "¿Que?" dijo Manuel -Me llamo Alba Zotti-repetí, Manuel me dedico una sonrisa antes de desaparecer.
Los años pasaron y muchas cosas sucedieron incluso algunas que quiero olvidar, pero generalmente fui feliz, Manuel me acogió como una hija cuando los mendigos desaparecieron y empece a vivir con el, Manuel no era sólo un mercenario era un hombre de letras, artes y ciencias, me enseño de todo desde esgrima hasta pintura pasando por poesía y matemáticas, Manuel era bueno en todo pero había dos cosas que era insuperable sus trazos en pintura eran suaves y deslizantes al contrario que su manejo con la espada preciso y cortante, me enseño más que a defenderme me enseño a luchar "Por que puedas tener hijos no te hace diferente a mi, somos seres humanos demuestra que puedes ser igual que yo" así que tuve temporadas chungas pero sigo sin arrepentirme de nada y no veas lo bien que sienta vivir sin culpa.

UN ROMANCE MÁS EN VENECIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora