Allen es un chico tímido y lleno de inseguridades. Por el férreo control de su familia y con el deseo de escapar de su pasado, a los dieciocho años acomoda sus maletas y se embarca en busca de su libertad.
Recién llegado intenta no llamar la atenció...
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—¿Qué sucede? —pregunta ella con duda en sus ojos.
—Eh... pues...
No sé qué decir. No tengo una respuesta clara, se amarra un nudo en mi garganta y me quedo en silencio.
—La verdad no te entiendo —Me habla Maddie, pero mi mirada esta fija en el rubio y sus movimientos.
—Debo irme...
—¿Qué dices? Creo que ya estoy bastante ebria, pero creí que la persona de la que estabas hablando antes era yo —comenta y se encoje.
Y no estas equivocada. Si estaba hablando de ti. O eso creo. O quiero creerlo. Y sé que mañana si recuerdo esto me lamentare mucho no haber aprovechado el momento, pero mi cuerpo no lo quiere, mi cuerpo y mi mente solo quieren salir corriendo hacia donde esta Chris. Por eso lo estuve buscando desde hace rato.
—No es un buen momento.
Despego su cuerpo en un rápido movimiento y sin más me giro en dirección al rubio y doy unos pasos tambaleantes.
No entiendo porque en este momento deseo hablar con él. Mejor dicho, necesito hablar con él. Preguntarle porque ha estado tan perdido y pedirle consejo. Pero también quiero saber que está hablando con ese chico, porque está actuando tan raro y reservado. ¿Qué está pasando? ¿Qué me está escondiendo?
Me quedo loco al ver lo que sucede. El chico saca un fajo de billetes y se lo entrega a Chris poniéndolo en el bolsillo de su chaqueta. A cambio este saca una bolsita de dudoso contenido y la deposita en el bolsillo del pantalón del chico cuidadosamente viendo en todas las direcciones para que nadie se dé cuenta.
Me detengo detrás de un grupo de personas a una distancia razonable. Él no sé percata de mí presencia y sigue hablando con el muchacho.
No logro oír nada de lo que dicen por todo el ruido, pero igualmente me quedo varios segundos viéndolos. En partes queriendo que me vea para que ver si así deja de hacer lo que creo que está haciendo.
«¿¡Qué coño haces!?» se encienden mis alarmas.
Miles de pensamientos invaden mi mente. Puede que los rumores sean ciertos e incluso lo que oí entre él y Jacob era sobre eso y Chris este vendiendo drogas a los estudiantes o cosas peores. Soy compañero de un posible camello drogadicto, un puto traficante.
Doy un paso atrás. Esto debe ser una confusión, seguro estoy mal interpretando las cosas. Aquí estoy defendiéndolo nuevamente, pero es algo nato de mi personalidad. Seguro es uno de sus amigos y le está haciendo algún favor o algo así. No debo anticipar mis pensamientos negativos, ya me he equivocado antes (miles de veces). Voy a espiarlo un poco más.
Chris se despide del muchacho y camina un poco alrededor de la pista, tomando unos tragos y saludando a varias personas. Haciendo cosas normales de un chico como él en una discoteca. Estoy a punto de tirar la toalla. Pero en eso se le acerca otro chico igual de alto, de cabellera negra y unos lindos ojos azulados.
