Sistema S.A.L.I.E

Parte 17 ¿Compartir el destino?

Solo les tomó un momento llegar al país que estaba en el mar. El escenario que los recibió fue más impactante de lo que esperaban. 

Había edificio en ruinas en todos lados, no era como en Italia donde conservaban que estructura. Estás estaba completamente destruidas hasta el punto en el que musgo verde la cubría y vegetación comenzaba a creer a su alrededor. 

Las consecuencia de las guerra eran notables, porque se podían apreciar resto de vehículos en llamas, tanques de guerras y hasta incluso señales de bombas estrelladas en los piso, dejando cráteres en el suelo.

No había señales de vida, solo se podía escuchar el cantos de los pájaros y el soplar del viento, todo lo demás era silencioso.

Asombrada, Haru contuvo el aliento — ¿Esto es...? 

—Kyoto— Respondió Reborn —La familia Lin, tenía antepasados que fueron médicos del Emperador, por eso su hogar está en este lugar.

Una vez kyoto fue una hermosa ciudad con grandes paisajes, hoy ni siquiera quedaba rastro de sus épocas de gloria.

—Jefe, aquí podemos respirar con normalidad —Señaló Chorme. Inmediatamente los demás descubrieron que no les costaba respirar, ni siquiera tuviera que usar el dispositivo que Shoichi creó para que pudiera respirar con normalidad.

—Probablemente sea porque aquí ya no hay seres humanos, S.A.L.I.E. no necesita usar sus nanomáquina aquí —Comentó Mukuro—No tiene a nadie que matar

Todos le dieron la razón en silencio, pero Reborn agregó.— Este es su hogar, seguramente no querrá dañarlo más de lo que ya está.

—Estoy de acuerdo—Haru le sonrió.

El grupo comenzó a caminar ya que no podía usar ningún vehículo, caminaron durante horas hasta que se detuvieron a descansar sobre un montón de piedras. Los guardianes se sentaron cerca por si algo los atacaba, pero Haru fue la única que permaneció alejada escribiendo algo en un cuaderno.

Chrome se acercó de forma tímida—Haru-chan— Cuando Haru la miró sin expresión cambió sus palabras—Miura-san ¿Tienes hambre? Prepare alimentos para el viaje—Le tendió un caja que contenía onigiris.

—Te lo agradezco Dokuro-san, pero conservarlos para ustedes. Lo necesitaran — Haru le sonrió lo cual hizo que un enorme dolor golpeara el pecho de Chorme.

—Y-Yo lo siento.

—¿Por qué?

Al ver que sus ojos estaba claros sin ningún odio, Chrome regreso con la cabeza abajo hacia donde estaba Mukuro. Se sentó a su lado y sollozo.

—¿Por qué no me odia, después de lo que le hice?

Mukuro supo lo le habían hecho en su ausencia. Sus acciones fueron impulsadas por el odio y como no tenía a quién dirigirlas apuntó a Miura Haru del pasado. — No hay razón para que la primavera tenga odio en su corazón. Nosotros no somos su familia.

Cuando dijo aquellas palabras, Tsunayoshi lo miró .Consciente de esa mirada el guardián de la niebla dijo. — Su hogar, sus amigos están 15 años en el pasado, para ella nosotros solo somos unos extraños.

Lo que decía era cierto, pero en su corazón Tsuna pensaba. Sin importar en qué tiempo o lugar, mientras fueran los mismos, siempre serian una familia.

Reborn podía adivinar cuales eran los pensamientos de su alumno. — Las personas cambian al igual que corazón, los amigos de hoy pueden ser los enemigos de mañana y más cuando hay odio en el medio.