Todo empezó demasiado bien y continuó mejor. De no conocerte nada pasamos a hablarnos a todas horas, incluso hasta tarde.
Quedamos unas cuantas veces... Tenía y aún tengo mucha confianza contigo, no sé porqué. Me contabas muchas cosas y decías que si no tuvieses tanta confianza conmigo no me las dirías.
Hasta que empezaron las mentiras. ¿Por qué tuve que mirar tus conversaciones?
Podríamos llamarlo iusiones pero no creo que sea la mejor manera de expresar lo que me pasó contigo.
Tampoco creo que esté bien llamar a esto engaño, tú no me mentiste, me mentí yo sola.
También tenía dudas, sobre tus sentimientos, pero más que nada sobre los míos.
Había veces en las que parecía que tenía una enorme señal de STOP en la frente, y otras en las que el semáforo no deja de estar en verde.
¿Eres así siempre o sólo lo eres conmigo? Esa era mi duda. Hasta que leí tus conversaciones. Me llamaban estúpida a gritos.
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Cartas a mi Romeo
Teen FictionAsí como te escribí "adiós" vuelves con un "hola". »Parece que no eres capaz de convencerte a ti misma, princesa» Puede que después me trague mis palabras, pero no tienes porqué leer esto...