Me voltee muy lentamente, y me topé cara a la chica de mi sueño. Wow.
Sólo que verla en 3D me sacó muchísimo más de onda. Tenía la piel un tanto oscura, y vestía una túnica gris vaporosa. Lo más increíble era su cabello; en mi sueño lo había visto transparente, pero fijándome mejor me dí cuenta que estaba en constante movimiento, en él se dibujaban planetas, estrellas, y todo tipo de astros. No me considero un gran conocedor de las últimas tendencias en peluquería, pero es que hasta yo tenía que admitir que era precioso.
En Hollywood todos se hubieran muerto por ese peinado.
Pero por si creían que eso no era ya lo suficientemente extraño, prepárense. Al interior de la sala, se encontraban unas veinte chicas, nada increíble... salvo que todas eran EXACTAMENTE iguales. Incluso se movían de la misma forma. Lo único diferente que tenían eran los ojos; algunas los tenían verdes, otras azules o cafés. Pero aparte de eso era muy pero muy creepy.
Ella me hablaba, pero yo ya llevaba un buen rato de no escucharla, porque estaba muy ocupado en admirar el lugar donde me encontraba.
En una sala anexa a la que nos encontrábamos, había una sala de tribunal, diría que como la que sacan en Harry Potter. (Sí, otro tema con el que mi hermano se había obsesionado) Pero enorme. Y también muy lujosa.
En resumen, un gran estrado, con unas veinticinco sillas ubicadas en diferentes niveles. Todo tallado en mármol, y los bordes de caoba. Enfrente de todo ello se encontraba una única silla,
Ah sí, olvidaba el toque fantástico que tienen todas estas porquerías; flotaba.
Creo que sería una buena idea parar y preguntarnos que rayos hacía una sala de tribunal en un observatorio , pero siéndoles honestos, la cantidad de cosas imposibles que me habían sucedido en lo que llevaba del día hubieran intimidado hasta a Alicia.
Hasta arriba, en dónde se sienta el juez, se encontraba una vieja. Vieja, vieja, pero de verdad viejísima. Honestamente me daba miedo siquiera estar en la misma sala que ella, porque sentía que sólo se necesitaba un soplo de viento un poco fuerte y se nos desintegraba. Pero no parecía importarle mucho su condición y se dedicaba a ver a las jóvenes y sonreír a ratos.
Eso hasta que me vió. La cara le cambió en un segundo, dijo algo inteligible y se quedó seria. Incluso se veía un poco enojada, pero que podía haber hecho yo ahora? Aguántense que al parecer mirar a alguien era un pecado.
Las chicas pararon en seco su plática, la miraron con carita de perrito regañado y una a una, fueron ocupando sus lugares
-- Mim, ¡MIM! Dime que escuchaste algo de todo lo que te he venido diciendo.
-- Si quieres te lo digo, pero...
Suspiró profundo-- Ya me recordé porqué no trabajo con niños.
--Pero si no soy un niñ-
-- Sabes qué, no tengo la gana de volverte a explicar todo, así que tú aguántate y cualquier cosa les preguntas a ellas.
.. ¿Qué? ¿Quiénes son 'ellas'?
-- Ya sabrás. Anda, ve y siéntate
Genial, se nota a kilómetros que por aquí me odian.
No le pregunté dónde me tendría que sentar porque era obvio. Así que caminé, haciendo como que todo estaba muy tranquilo, todo cool, con los veintiséis ojos de la sala fijos en mí, hasta la silla en el centro.
Yo no sé, pero les juro que quisiera, y mucho, saber que es lo tienen todos los adultos con los que me topo con el secretismo. Nadie me explica absolutamente nada nunca, todos me dicen 'que es muy complicado' o 'ya te enterarás'. Bueno pues sigo sin enterarme y siéndoles sincero, ya me harté.
Así que hice lo que quería hacer desde hace un rato.
--Bueno señoras, muy bonito el show y todo , pero pasé una noche terrible, mi abuela me hizo unas confesiones tremendas, casi me asa vivo un meteorito, y me jugué los pulmones subiendo hasta acá , así que creo que queda más que justificado si no estoy del mejor humor.
Todas seguían muy serias.
---Y perdónenme, pero lo que menos quiero ahora son un montón de tipas astrales haciéndome carotas, así que, ¿alguien me puede explicar de una buena vez que carajos está pasando?
Silencio.
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idk
Novela JuvenilMim es un chico de 15 años con una habilidad que no conoce. Sus hermanos tampoco. Hasta que un día, la abuela Lin se los revela. Si quieren tener alguna posibilidad de salvar el universo, Mim y sus hermanos deberán desarollar sus poderes, y rápido...