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Luhan miro a su compañero que estaba enroscado en su costado, sujetando su brazo como si no lo quisiera dejar ir. Sabía que no debería haber levantado el reposabrazos que había entre ellos, pero no había podido evitarlo. No mucho tiempo después de que Sehun se quedara dormido, lo había abrazado y acercado a su lado. Su cabeza estaba apoyada en el hombro de Luhan con las dos manos alrededor de su brazo izquierdo, sujetándolo con fuerza.

Levantando la mano derecha, Luhan hizo lo que había querido hacer todo el día y retiró con suavidad el cabello de Sehun detrás de su oreja. Sin ser capaz de contenerse, se inclinó hacia adelante y le dio un suave beso en la frente.

—Te quiero Sehun —le susurró.

Era la primera vez que le había dicho a su compañero cómo se sentía, y no se había despertado al oír las palabras.

Luhan vio que Sehun sonrió y suspiró contento en su sueño antes de dormir más profundamente. Tener a su compañero tan cerca, había calmado la constante inquietud de su lobo, que en ese momento estaba acurrucado hecho una bola en su interior durmiendo feliz.

Ojalá él pudiera dormir tan fácilmente como su lobo, pero Luhan sabía que no podía dejar pasar la oportunidad de mirarlo mientras dormía.

El vuelo pareció pasar demasiado rápido para el agrado de Luhan, cuando el capitán dijo por los altavoces a la tripulación que se preparara para el aterrizaje, suspiró con la idea de tener que despertar a Sehun y volver a ver las paredes levantarse en torno a él. Se inclinó y lo besó suavemente sabiendo que probablemente sería la última vez.

Sentándose, Luhan tocó suavemente la mejilla de Sehun antes de llamarlo en voz baja. Le tomó un par de intentos, pero finalmente los ojos de Sehun se abrieron fácilmente. El hombre estaba sexy adormilado y confundido. Luhan vio cómo Sehun parpadeó un par de veces y luego se dio cuenta de su postura y se apartó.

Luhan ocultó el dolor que le causó esta acción, pero entendía por qué lo había hecho Sehun.

—Umm. —Hasta su voz era sexy como el infierno cuando acababa de despertar. Luhan estaba teniendo problemas para mantener la sonrisa en su cara—. Siento haberme quedado dormido sobre ti. No volverá a suceder.

—Luhan vio cómo el color rosa bañaba las mejillas de Sehun y se negaba a mirarlo.

—No hay problema. Puedes dormirte sobre mí en cualquier momento que quieras. —¡Mierda! ¿Ahora por qué infiernos iba y decía eso? No había nada como agitar una bandera roja delante de un toro, ¿no es así?

Sehun se giró y lo miró fijamente con los ojos estrechados, obviamente tratando de decidir si estaba bromeando o no.

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