Parte 2.

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Antes que nada pedir perdón por los capítulos cortos, pero es algo normal en mí. Me gusta que sean breves pero intensos, dejaros en el punto exacto para que queráis más, o como recientemente he descubierto, hacer un Marta. Besis, @MartaChushers. 

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Punto de vista de Rush.

            Chus no tardó más de cinco minutos en aparecer por la puerta de mi habitación, colocándose la camiseta del pijama y quitándose las gafas que llevaba puestas mientras veíamos la película. Curvé mis labios ligeramente hacia arriba y di dos palmadas en el colchón, dejando el móvil en la mesilla que, temporalmente, había colocado cerca del enchufe, para no perder batería y recargar la poca que tenía, que no llegaba al 10%.

            Pero lo cierto era que con ella no iba a necesitar batería, pues tras meses sin vernos tenía que contarme de primera mano aquellas cosas de las que me había enterado por terceras personas y a las que, sin saber por qué, mi subconsciente no había reaccionado normal.

– Bueno, cuéntame.

– ¿Qué tengo que contarte?

– Eso que se rumorea de que un modelo ha ocupado tu corazoncito, ¿no? le sonreí, para picarla ¿Cómo se llama? ¿Es de aquí? ¿Pasáis juntos mucho tiempo? ¿Te trata bien?

– Rush, Rush, para el carro rió, dándome un toque en el hombro Es sólo mi amigo, no ha ocupado ningún corazoncito hizo el gesto de las comillas con los dedos y además, ¿qué más te da?

– Soy tu amigo y me preocupo por ti.

– Claro, claaaro.

            Y durante unas horas seguimos hablando, riendo, recordando anécdotas en Barcelona, en la capital grabando el videoclip de “Hoy sé”, sus fiestas de cumpleaños, aquella noche de karaoke que me hizo cantar con ella la de “Llueve por dentro” de Luis Fonsi, y otros tantos momentos más en los que, según recordaba, el tiempo se paraba, porque éramos ella y yo contra el mundo. Sobre las cuatro y media de la madrugada, me tumbé a responder unos mensajes con el móvil y ella apoyó su cabeza en mi pecho, pasando un brazo por encima de la zona abdominal. Cualquiera que nos hubiera visto en esa posición nos hubiera etiquetado como pareja o como dos amigos enamorados, aunque la verdad era que nada de eso. Ella no sentía nada y yo me encontraba en un momento de mi vida en el que tener pareja no entraba en mis planes.

– Quien nos viera…

            Ella y su manía de leerme el pensamiento cada vez que puede nunca dejaba de sorprenderme.

– Pensará lo peor.

– Que tú y yo estuviéramos juntos… ¿Sería lo peor salir conmigo? ¿De verdad, Rush?

            Y en ese mismo instante mi cabeza dio un vuelco, y todas las premisas que me habían llevado a la deducción de que ella y yo nunca estaríamos juntos cada uno tenía sus propias prioridades y no encajaríamos comenzaron a mezclarse, a nublarse y a hacerme dudar.

            No. Lo peor no sería salir con ella. Lo peor era que mucho antes de lo que yo pensaba ya había comenzado a sentir cosas por esa pelirroja que ahora dormía pared con pared conmigo. Sin embargo, ella no podría saberlo aún.

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¡Continuará! Y... disfrutaaaaadlo, y a ver qué opináis, que siempre me gusta leeros. 

First nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora