El profesor Aguilar se las había ingeniado para hacer que un cartógrafo le dibujara un mapa falso, aunque estaba basado en un mapa utilizado por el profesor Fawcett, un explorador que también había partido con rumbo al Amazonas, pero que desapareció misteriosamente.
Esperaba engañar a Ferguson con eso.
Cuando los arqueólogos volvieron a verse Aguilar dijo que había conseguido el mapa
-¿Donde lo conseguiste?- le preguntó Ferguson
-Se lo compré a un amigo. Es autentico-
-Déjame verlo-
-Ya habrá tiempo para eso ¿Conseguiste gente para la expedición?-
-Mañana tendré listo a los hombres-
-Yo llevaré a algunos colaboradores, estudiantes de arqueología-
-¿Sera eso prudente? La selva es un lugar muy peligroso-
-Bah, ellos están ansiosos por viajar al Amazonas-
Ferguson no tenía a quien acudir, nadie quería arriesgarse a hacer una expedición a la peligrosa selva del Amazonas
-Este viaje es una locura- pensó- por eso nadie quiere participar, saben que van a una muerte segura-
-Diles que habrá un buen pago, que tendrán riquezas inigualables cuando acabe la expedición-
-Se donde conseguir gente, pero no son precisamente arqueólogos-
-Haz lo que debas, solo consigue gente-
Ferguson fue hasta una taberna de mala muerte, el dueño era su amigo y el arqueólogo le contó lo que ofrecían por ir hasta la selva.
El dueño hizo callar a los allí presentes
-Escuchen- dijo- mi amigo aquí es explorador y está planeando hacer un viaje hasta la selva del Amazonas, tiene en su poder un mapa que muestra como llegar hasta una mítica ciudad perdida. Está ofreciendo mucho dinero a quien lo acompañe. Además compartirá las riquezas que se encuentren en la ciudad, y no solo eso, también tendrán mucha fama-
Hubo numerosos murmullos
-¿Y bien, amigos?- preguntó Ferguson-¿Quienes serán los valientes que irán a la selva?-
Varios hombres se pusieron de pie, luego le siguieron otros. Hasta que en total fueron treinta
-Vengan conmigo- les dijo Ferguson
Salieron de la repugnante taberna. Afuera Ferguson les señaló la hora y el lugar donde se encontrarían con el resto de los expedicionarios
-Los espero pasado mañana- les dijo
Entre aquellos voluntarios estaban Smith y Watson, dos ex presidiarios que al escuchar sobre los tesoros se animaron a participar
-La selva es peligrosa, Smith- le dijo Watson- hay fieras salvajes y...
-¿Tienes miedo, Watson?-
-No, yo...
-No te preocupes, llevaremos las escopetas-
Entretanto en una humilde choza Silvio Bernett quien también había decidido participar en la expedición planeaba enviar a un mensajero
-Lleva esto a Snguinetti- dijo- que me envíe la respuesta cuanto antes-
En la carta le explicaba que se uniría a la expedición del profesor Aguilar, que podía informarle de todo lo que descubriera a cambio de una buena suma de dinero.
Sanguinetti aceptó.
Ferguson comunicó las buenas nuevas a Aguilar
-Ya tengo listo a los muchachos- le dijo
-Excelente, partiremos cuanto antes. Volaremos en avioneta hasta un poblado cercano al Amazonas, desde ahí avanzaremos en jeep hasta la aldea de los Nawuni quienes serán nuestros guías en la selva-
Al otro día el profesor Aguilar esperaba a todos los integrantes de la expedición. Se reunirían en el hangar de un aeródromo privado en Perú.
Los primeros en llegar fueron los jóvenes colaboradores de Aguilar: Milovan, Sergio, Antonio Perrotti (el más joven del grupo) y las dos únicas mujeres Gloria y Mariela.
Antonio Perrotti solo tenía 17 años, había mentido sobre su edad para que lo dejaran entrar a la expedición. Él no quería riquezas, solo quería escapar de unos padres maltratadores.
Smith y Watson llegaron cargados de armamento y miraron maliciosos a las dos muchachas.
-Parece que después de todo esta expedición no será tan aburrida- dijo Watson sonriendo
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La ciudad perdida del Amazonas
PrzygodoweEl profesor Aguilar es un arqueólogo chileno que siempre ha sido mirado en menos. Trabaja para Sanguinetti, un arqueólogo argentino de fama mundial. Aguilar siempre ha soñado con encontrar la ciudad perdida del Amazonas de la que rondan tantas leye...