Anhelo caprichoso

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Floyd estaba completamente abatido, suspiraba de una forma en la que parecía que el alma se le escapaba del cuerpo. Mientras simplemente dejaba su cuerpo caer más y más en el mullido sofá.

Jade lo miraba curioso, hacía mucho tiempo que no lo observaba en un estado tan decadente y eso que hacia una semana irradiaba una felicidad casi tormentosa de tanta energía que tenía.

Su hermano gemelo estaba dudoso de preguntarle que pasaba, normalmente no se callaba nunca la boca y siempre decía las cosas directamente, pero allí estaba, mirando el techo en completa decadencia de sí mismo.

Jade suspiró, no podía dejar a su hermanito en ese estado.

-¿Pasó algo malo?-Le preguntó con suma tranquilidad en su voz.

-Ahhhh...-Parecía más un puchero, mientras se resbalaba lentamente por el sofá, terminando sentado en el piso, aun sin quitar la vista del techo.

-Floyd deja de hacer eso, normalmente siempre me dices las cosas ¿acaso ya no confías en mí?

Este le observó de reojo antes de soltar la pregunta.

-Oye~... ¿Te has enamorado alguna vez? -Jade por un momento abrió sus ojos sorprendido por esa cuestión, de pronto sintió como si su estómago se le fuera hasta la garganta. -¿Lo has hecho o no?-Le volvió a repetir con desgana.

-N-No lo creo.-Tosió un poco e intento aclarar su garganta. Mientras se escondía entre el papeleo frente a él. Al parecer, también le estaba ocultando algo a su hermano. Aunque siempre parecía inmutable, tras esa pregunta su corazón comenzó a latir muy rápido y en su mente aparecía cierta persona que le estaba comenzando a llamar mucho la atención.-Pero creo que sería interesante...

-¿Interesante qué?-Pareció recobrar interés en la conversación y volteo a verle.

Una sonrisa maliciosa atravesó el rostro de Jade, mientras sacaba una pequeña botella con un líquido color morado de su bolsillo.

-¿No sería interesante que la misma persona te diga la verdad?

-¿Eh~?-Se levantó y se acercó a su hermano.-Pero eso ya lo puedes hacer tú con tu magia.-Miraba curioso la botella en la mano del susodicho.

-Eso es cierto, cualquiera que mire mi ojo izquierdo está condenado a decir la verdad, después de que le haga una pregunta. Pero allí queda... Solo puedo saber esa respuesta y ya. Por supuesto-Puso a contraluz su pequeña creación-Estuve trabajando en este proyecto, con algunos hongos extraños que encontré por el campus. Comencé a cultivarlos y a descubrir sus beneficios y de eso... salió esto.-Sonrió.-Digamos que es un elixir de la verdad. Aunque-Rectificó. Guardándolo de nuevo en el bolsillo.-No lo he probado todavía en humanos así que no se si funcione.

-¡Quiero intentarlo!-Al parecer volvió a ser el mismo Floyd de siempre.- ¡Vamos! ¡Conozco a la persona perfecta! ¡Déjame tenerlo! Vamos~ Yo te puedo ayudar~-Intentaba convencerlo.

-Supongo que esta vez, tendré que negarme.

-¿Eeeeh~? ¿Por qué?-Lucia decepcionado.

-Porque yo también tengo a mi conejillo de indias. Además, no sé qué efectos secundarios podría tener-Se levantó del sofá-Es hora de irnos a dormir, vayamos a nuestras habitaciones. No es correcto estar aquí tan tarde. Azul se enojara si nos mira despiertos.-Recogió el papeleo que tenía en la mesa y se fue del salón principal del dormitorio.

Sin embargo, una vez que Floyd tenía algo en mente, estaba completamente seguro de que lo cumpliría. Conseguir ese elixir, no debería ser un problema para él y por fin... obligaría a Riddle a confesar porque lo había estado ignorando toda esta semana.

Las consecuencias del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora