Prólogo

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Labios suaves, dulce voz.

El cuerpo debajo del suyo, se estremecía en cada una de sus caricias. Mordiendo la piel de su cuello, ella dejó escapar un gemido entrecortado y arqueó la espalda, invitándolo a tocarla más. La fricción entre sus cuerpos le producía una sensación placentera. Él bajo su mano hasta su centro y la tocó con tortuosa lentitud, sintiendo como la humedad se acumulaba en la zona.

—Tan mojada—susurró en su oreja enrojecida, satisfecho al contemplar su estremecimiento.

Acarició aquella parte jugosa una y otra vez, de arriba abajo, mientras repartía besos alrededor de sus pechos desnudos. Las puntas de sus dedos se mojaron con sus fluidos desbordantes y la humedad goteó de su entrada y fluyó hasta caer en las sábanas. Athanasia se retorció y quejó, sus piernas temblorosas rodearon sus caderas atrayéndolo más hacia ella, provocando que los labios de Lucas se torcieran en una sonrisa.

—Por favor—ella pidió en voz baja contra su oído. Cada respiración llena de elogios, deseo y anhelo, las uñas clavadas en su espalda dejaron notorias marcas rojizas a su paso.

 —¿Por favor que? — preguntó sin dejar de estimularla, esperando que ella ruegue por más. Había un placer culpable en lograr que la normalmente tranquila e inocente princesa se corrompiera con lujuria y guiada en la búsqueda de su propia satisfacción, actuara diferente a lo usual.

Después de la primera vez que unieron sus cuerpos, Athanasia continuaba siendo tímida en cada uno de sus encuentros. Se estremecía y enrojecía al más mínimo toque, pero siempre abrazaba sus avances con gran fervor, desvergonzadamente, rindiéndose a sus pecaminosos deseos. 

Su sensible cuerpo siempre estaba listo para él y Lucas no podía amarla más.

—Por favor...Yo...Te necesitó —dijo antes de jadear con necesidad, cuando él lamió la punta de su botón endurecido. Lucas se rio entre dientes con picardía, estaría más que feliz de cumplir su deseo.

Athanasia lanzó su cabeza hacia atrás cuando la sedujo a abrir sus piernas y uso sus dedos para separar los labios de su vagina. La lamió hambriento, amando su sabor único y adictivo. Ella enredó sus puños en su suave cabello y gimió en voz alta mientras tiraba de las largas hebras, sabía que gracias al hechizo de insonorización en su habitación nadie la escucharía.

Sus manos agarraron sus caderas y la acercó más a su rostro, la lengua caliente bailó sobre ella al tiempo que la nariz rozaba su clítoris. Empujó el apéndice húmedo al frente con insistencia, enrollándolo en su interior y luego lamiendo todo el camino hacia arriba, bañando su feminidad en una cruel y dulce tortura.

Athanasia arqueó la espalda al momento que la punta de su lengua acarició su pequeño manojo de nervios, antes de chuparlo. Ella gritó y justó cuando pensó que perdería la cabeza, sus dedos se hundieron en su interior resbaladizo, moviéndose al mismo tiempo que el apéndice húmedo.

Su respiración se volvió errática, los pechos se agitaron por el esfuerzo hasta que sus paredes apretaron contra sus dedos, dejándose ir con un grito erótico. Su cuerpo tenía leves espasmos mientras se sumergía en la euforia del orgasmo.

Al apreciar su figura flácida y temblorosa, él sonrió. Lamió los dedos que contenían sus fluidos hasta dejarlos limpios. Jamás se cansaría de este sabor, su sabor.

Lucas miró detenidamente a la mujer que en poco tiempo se había metido debajo de su piel. 

Sus rizos rubios y piel cremosa se destacaban sobre las blancas sabanas de la cama, varios mechones del cabello revuelto adornaban su rostro sudoroso y en la comisura de su boca seductora, un mechón solitario se aferraba a sus labios rojos.

Los pezones encima de sus pechos generosos eran rosados, alrededor de la carne blanda había innumerables marcas rojizas dejadas por él previamente. Bajando la mirada, pasó por su vientre plano, caderas redondas y llenas, hasta llegar a la unión entre sus piernas.

Los muslos suaves estaban abiertos, dándole una vista clara de su deliciosa flor desbordante y las contracciones de sus entrañas en espera de ser llenadas por él. 

El panorama fue lo suficientemente excitante como para hacerlo enloquecer.

Sintió como su miembro se hinchaba y retorcía ansioso de adentrarse en su calor.

¿Cómo habían terminado así?

Si un mes y medio atrás, alguien le hubiera dicho a Lucas que, él y Athanasia terminarían en este tipo de situación, se habría reído. En un corto lapso de tiempo, ella le hizo experimentar cosas que pensó nunca podría sentir. Con tan solo observar su dulce rostro, su corazón se llenaba de sentimientos indescriptibles.

''Athanasia... ¿Cómo he podido vivir todo este tiempo sin ti?''

Esperó pacientemente hasta que ella recuperara el aliento, mientras acariciaba suavemente sus piernas. Athanasia dejó escapar un suspiro de alivio antes de mirar el rostro de su amante. Los ojos rojos como rubíes estaban nublados de crudo deseo, intenso y apasionante. 

Ella se estremeció.

Su cuerpo se llenó nuevamente de energía cuando él se inclinó y la besó. Envolvió los brazos alrededor de su cuello mientras sus lenguas se entrelazaron y la saliva goteaba de sus bocas ante el intenso beso.

Al separarse, ambos compartieron una mirada y Athanasia sabía exactamente su significado.




El juego apenas había empezado.

















Nota de Autor:

Desde hace un tiempo tenía esta idea en mente, y no estaba segura si debía compartirla. Las escenas R+18 serán muy explicitas.

Estaré trabajando lentamente en esta historia ya que todavía debo llenar algunos clavos en la trama general, Gracias por su apoyo y espero que sean pacientes.

¿Por qué la princesa le daba solo carne de comer al mago ancestral?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora