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Tal vez estaba demasiado roto, buscando lograr sus metas, intentando encanjar, intentando no caer en un pozo sin fondo, prefiriendo ver a los demas sonreir antes que a el, buscando pequeñas sensaciones que lo hagan sentir diferente en un mundo donde parecía que no pertenecía.

Muchos eran sus pensamientos, su forma de pensar, en un pelinaranja que nunca te imaginarias que pertenecieran a el, portando una muy brillante y bonita sonrisa, con una mirada que muestra la palabra que claramente decía "nunca me rendire", y una forma de ser que alentaba a todos sus amigos a seguir adelante y ser felices. Pero se podría decir que tan solo eso eran un 35% de lo que Hinata Shoyo mostraba que era. Aunque se podría decir que era su unica mejor parte que podría mostrar.

Siempre buscaba pequeños lugares donde encontrara un pequeño rayo de sol que le apuntase a el. Y almenos uno de ellos siempre lograba apuntarle.-Volley.-Decía al unisono con un pelinegro de más altura. Y uno que aveces lograba apuntarle tambien, Kageyama. Quien logro despertar el amor en el.

Sabía que era una idea tonta, pero no podía evitar ignorar lo que su corazón decía cuando Kageyama estaba cerca y hacían contacto.

Pero sus sentimientos bonitos podían tornarse de color negro y atacarle dolorosamente como todo. El ver al pelinegro mirar con el mismo sentimiento que el sentía a una bonita chica, de cabello largo, ojos verdes, figura bonita, lo logró romper un poquito más.

Pero que podía hacer, ella era tan bonita, tan amable, tan celestial, una chica ideal, la indicada que podría hacer feliz el mundo de Kageyama. Quería odiarla, pero no podia, no podía competir contra ella y seguramente aquella bonita chica podría hacerle mas feliz que el.

Aveces deseaba ser como ella.

El ver como Kageyama se ponía colorado y nervioso le causaba cierta ternura y envidia de que pudiera provocarle aquellos sentimientos.

-¿Por que no vas y le hablas?-Preguntó con la mirada algo apagada, la realidad era que nunca se atrevió a preguntar sobre ella, llevaba mucho tiempo rompiendose con la imagen de un futuro de ellos siendo felices, pero a la vez le provocaba algo de alegria querer verle a Kageyama feliz. ¿Si el estaba feliz el tambien estaria feliz?

-¿Uh? ¿A quien?-Repentinamente se puso nervioso fingiendo que no sabía de quien hablaba.

-La chica bonita de cabello gris, ¿Como se llama?-Sabía que iba a romperse un poco más, pero podia con ello.

-Heather.-Grabó ese nombre en su cabeza, la responsable que lograría la felicidad en Kageyama, y la posible persona que lograría romper y alejar todo lo que quizo en su vida.

-Deberías acercarte y hablarle, ¿Que tienes por perder? De todas maneras si ella no te quiere, es por que no era la correcta. Pero mira si te juegas y se da, serías muy... feliz Bakeyama.-Fingió una sonrisa y prestó atención a su bebida mientras el contrario razonaba y poco a poco se iba formando de valor para hablar con ella.-Ve.-Dijo por ultimo y observó como aquella figura que tanto amaba se acercaba a la bonita Heather. Odiaba ese nombre.

Sonrió tristemente una vez viendole platicar con la chica que poseía un leve sonrojo con un Kageyama demasiado nervioso. Apretó con fuerza la cajita de leche que ya no tenía liquido y aguanto sus ganas de llorar.

Se veían tan bien juntos, y tan solo estaban platicando.

-¡Tengo una cita!-Le decía emocionado desviando sus pensamientos. Le felicitó y se despidió por fin caminando a casa sabiendo lo que se venía en un futuro.

Heather [Kagehina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora