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El viento le llamaba, se sentía tan comodo, no sentía la necesidad de pensar, tan tranquilo, se sentía tan bien. Inconcientemente soltaba sus manos empujandose hacía delante a unos pocos centimetros de caer.

Preparado para sentirse aún mas bien, fue empujado hacía tras mientras le abrazaban, volviendo a su ser, algo perdido de lo que pasaba. Los llantos descontrolados de quien le había empujado hacía el suelo le permitieron volver a pensar.

¡N-no lo hagas! por favor, no te mates.—Se aferraba aún mas al pelinaranja una rubia que era su amiga y futura manager titular.

Yachi, esta bien, no me iba a matar.—Intentaba calmar a la chica que no paraba de llorar.

¡Lo ibas a hacer! ¡Te estabas soltando! ¡Si no ubiera llegado lo ubieras hecho! ¡Hinata kun lo ibas a hacer!—Volvía a llorar aún mas fuerte, algo asustada por el momento. Hinata quedó pensando, ¿Enserio se iba a tirar? No tenía gamas de morir, o bueno solo quería sentirse bien, pero no así. ¿Enrealidad  había pensado un segundo en acabar con su vida?

Tengo que irme.—Confundido por todo salió corriendo de allí. Dejando a Yachi sola llorando quien no sabía que hacer y salió corriendo entre lagrimas directo a la cancha.

Entró al lugar tropezandose con sus propios pies cayendo al suelo y alertando a todos los miembros del equipo quienes se acercaron a ella.

Yachi, ¿Que paso?—La sostuvó de los hombro intentando calmarla pero no lograba formular palabras entre tantos llantos.—Yachi, inala, exala, tranquila.—La chica que se encontraba alrededor de todos los chicos preocupados.

F-Fui a buscar a H-hinata, y-y el...—

—¡¿Te hizo algo?!¡¿Te golpeo?!—Preguntaban en unisono.

Callense y dejenla hablar.—Regañaba Sugawara.

E-el se iba a matar... S-si no ubiera llegado atiempo el...—Rompió denuevo el llanto abrazandose al peligris que había quedado en shock al igual que el resto del equipo pero alguien que había quedado peor era su colocador que escuchaba de detras, quien había pensado que desde un principio el contrario estaba haciendo alguna estupides y por eso había faltado a entrenar.

¿Perder a Hinata?

Casi pierde el equilibrio y Tanaka le sostuvó por un momento.—¿Kageyama?—Se disculpó y salió de la cancha dispuesto a vomitar.

¿Debía decirle algo? ¿Simplemente ignorar lo que dijo?¿Que debía hacer?

Ocultó en sus rodillas intentaba pensar en nada, pero el hecho de que si no ubiera llegado Yachi tal vez estaría muerto o en camino a un hospital le aturdia. De todas formas, nadie se importaría por eso, o eso creía gracías a Yachi.

Este... ¿Estas bien Hinata Kun?—Se arrodillaba la chica de cabello gris y largo, con una preocupación por el notable, ¿como era posible que nisiquiera fuera un poco falsa?

Si...—Fingió una sonrisa lo más creíble posible y desvió la mirada.

Yo no te caigo muy bien ¿cierto?—Preguntó algo entristecida.

Todo lo contrario... de hecho me molesta que me caigas tan bien.—Carcajeó ironicamente y sonrió francamente.—Enserio esta bien, todo esta bien, creo que... Kageyama te debe estar buscando, siempre que termina un entrenamiento le gusta hablar con alguien, o disfrutar la compañia del otro, y creo que tu eres la persona con quien a Kageyama le gusta tener su presencia.—Volvió a sonreir recordando cuando el era esa persona aunque sea solo su amigo, la contraria sonrió y se despidió.

Otra vez solo se escondió en sus piernas  quería estar así unos minutos antes de volver solo a su casa donde nadie le esperaba.

Ahora que lo pensaba tambien se sentía bien como la temperatura comenzaba a bajar.El sol al igual bajaba mostrando en el atardecer , ese frio que le abrazaba dando a entender que no habí nadie ahí quien le calentara. Pero la soledad lograba abrazarle de alguna manera haciendole sentir comodo.

¿Asi se sentía perder lo unico que tenías cuando ya no tenías nada?

Apuntó de quedarse dormido en ese pequeño rincon de la escuela sintió un objeto cubrirle alertandole, ¿Acaso por que no dejaban de molestarle y lo dejaban tranquilo?

Hace frio, no te quedes mucho tiempo ahí o pescaras un resfriado.—Un pelinegro, dueño de sus sentimientos, le entregaba su chaqueta y se marchaba sin decir nada más. Hinata se paró rapidamente y caminó al lado suyo con el corazón algo partido. Extrañaba caminar a su lado sin sentir incomodidad, sin decir nada, casi entendiendo el silencio del otro.

Una risa proveniente del pelianaranjado interrumpió aquel silencio que se posaba entre ambos, confundido el pelinegro le miró y se sonrojo a un instante al ver a Hinata reir sin parar con las mejillas al igual que el rosadas.

¡¿De que te ries tarado?!—Normalizó su respiración de tanto reir y miró desde abajo por su falta de altura.

De nada, solo que eres un verdadero idiota Bakeyama.—No iba a negar que reía de dolor, y de lo amable que estaba actuando derepente, supuso que Yachi ya le había comentado algo. ¿Tenía que estar al borde de la muerte para que Kageyama se figara en el fuera del Voley? Jodidamente ridiculo y lamentable. El  pelinegro volvía a discutir con el de más baja altura que solo reía de todos los insultos que le decía.

¡Kageyama Kun!¡Hinata Kun!—Y denuevo estaba la propietaria de esa voz, fingió denuevo una sonrisa y se despidió de ambos. Y como decían la felicidad dura unos pocos segundos y por eso había que disfrutarla.

Inalar y exalar lentamente, dos pasos fundamentales para controlar su respiración en momentos criticos, donde no podía aguantar el dolor en su pecho, el vacio en su corazón, la soledad que aguantaba, la necesidad de los brazos de alguien

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Inalar y exalar lentamente, dos pasos fundamentales para controlar su respiración en momentos criticos, donde no podía aguantar el dolor en su pecho, el vacio en su corazón, la soledad que aguantaba, la necesidad de los brazos de alguien. Por suerte Kenma siempre lograba extenderle una mano, no era de abrazar, pero si de ayudar a levantarte.

Por suerte recordaba que por pequeños momentos tenía a ese colocador del Nekoma como mejor amigo apoyandolo en los momentos indicados. Pero la realidad era que el vivía a kilometros de distancia de el y era dificir verle, que nada más hablaban horas denoche mientras Kenma jugaba en la consola y el miraba partidos en su computadora llorando o riendo.

¡Salta más alto!—Le gritó cuando logró un remate perfecto, pero Kageyama sabía que tenía aun más potencial. Se notaba molestó el pelinegro, no sabían sus causas pero sabía que era algo personal y eso ya estaba afectando su actitud.

Kageyama, terminamos por hoy. Quedamos en que los conflictos personales no deben influir en la cancha.—El pelinegro chasqueó su lengua molestó y recogió sus cosas de mala gana.

Claro, ve a que tu novia calme tus mal humores rey.—Molestó Tsukishima mientras pasaba por su costado, aún más su enfado aumentó.

Sabe que, claro que si, ¡Almenos ella dice que me ama, no como otros y dice todo sinceramente!—Alzó la voz por ultimo confundiendo a todos en la cancha y marchandose del lugar.

Y Hinata quien conocía más que nadie a Kageyama sabía que algo no andaba bien, y menos cuando gritaba algo sin sentido en plena cancha.

Y por alguna razón sentía que esas palabras iban dirigidas para el.

Heather [Kagehina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora