esto se termina aquí/el sello se rompe

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Corriendo con  la daga en la mano y con una pequeña botella en su otra mano. Empezó a entrar con pasos sigilosos, viendo como la casa estaba vacía, sin ni un ruido, eso le daba mala espina.

- *¿en donde esta?* - poniendo su espalda en la pared, teniendo su mirada a un lado, se acerco despacio y vio a naraku sentando con una vela.

- ¿como te fue kikyo? - pregunto sin darse la vuelta.

- bien - contesto acercándose lentamente.

- me alegro... sirve una copa para poder celebrarlo - mirando la tenue de la luz de la vela.

- hum - asintió la cabeza.

- sabes... me gustaría que te quedaras a mi lado - comento.

- así? - sacando la botella y poniendo el contenido de la botella en la copa - creo que va a ser imposible - sirviendole la copa.

- ¿y porque? ya no tienes nada y tu hermana ya esta libre - agarrando la copa de su mano.

- ¿que? - sorprendida. Naraku señalo en un rincón oscuro, kikyo dirigió su mirada en aquella esquina, entre las sombras se empezaba a asomar aome - aome - susurro con lagrimas en los ojos. El tiempo seguía su cursor, el tiempo de ella se empezaba a acabar.

No suenen malditas campanas, no quiero decirle un adiós

- hermana - susurro con gruesas lagrimas recorriendo su mejilla. Aome quería estar a lado de su hermana mayor, pero una especie de hilo salia de su espalda que era unida a la flor blanca que estaba en la mano de naraku.

- naraku, déjala libre - apretando la daga de su mano.

- si, lo haría... pero primero toma el vino de mi copa - estirando la copa de su mano.

- maldito - mascullo con los dientes apretados. Sacando la daga se abalanzo a naraku y le clavo en el corazón.

Lanzo una estocada mi daga por fin hablo
tu condena esta firmada

- cof mal... dita - tosiendo sangre.

- morirás - clavan dolo más profundo.

- así...

- ahhhh - un grito desgarrador se escucho detrás de ella. 

Asustada se dio la vuelta viendo a su hermana menor acostada en el suelo. Sin perder tiempo se fue a lado de ella, abrazándola mientras sus lagrimas salían de sus ojos.

- hermana - sin energía, pues aquello que lo unía a la flor se rompió: indicando que esta entre la vida y la muerte - tengo miedo de que algo pase.

- shhh no digas nada aome, todo va a estar bien... esa no es mi princesa de miel, eres fuerte - temblando.

Tus lagrimas me dicen de cuanto me equivoque, pero tu mirada pide paz
es solo un sueño más
una mentira

- confió en ti hermana - con una triste sonrisa.

- aome... ¡¡¡AOME!!! - grito a los cuatro vientos el nombre de su hermana.

 ¡¡¡AOME!!! - grito a los cuatro vientos el nombre de su hermana

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ya mismo llegamos a la final

mi hermosa Flor blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora