Amores de fotografia (KiritoXSinon)

¿Modelos?

En una ciudad sin relevancia, en algún lugar del mundo cualquiera, sucede está historia.

Amanecía con cierta alegría en ese día, el sonido para nada agradable de cualquier persona sonó en la habitación de aquel joven hombre, su teléfono. El de manera algo irritada tomo su teléfono y con los ojos entreabiertos por el sueño apagó su alarma para dejarla de lado.

-A quién engaño, nunca tendré un trabajo bien pagado –se lamento el, pues ser fotógrafo no le había resultado bien últimamente, apenas y podía costearse dos comidas al día, a veces solo una. -Bien decía mi madre...

Nuevamente el teléfono del joven sonó interrumpiendo sus lamentos. Al ver su móvil noto una llamada de un número desconocido, quizás aquel pequeñísimo anuncio que se costeo en el periódico hace semanas daba frutos.

-Hola, buenos días. Estudio de fotografía Kirigaya, ¿Puedo ayudarlo en algo? –contesto el pelinegro de una manera animada.

-Al fin pude comunicarme contigo Kirito, ha pasado el tiempo no es así hermano. –le respondió otra voz masculina al otro lado del teléfono, sorprendiendolo.

-¿Quien... Eugeo? –pregunto con duda levantándose de la cama y quitando las sábanas de encima. -sin duda ha pasado el tiempo mi hermano, ¿Cinco años?

-Estuviste cerca, al menos no te olvidas de tu viejo amigo. Han sido ocho largos años si mal no recuerdo nos separamos en preparatoria –respondio el joven de cabellera rubia tomando un trago a su café.

-El tiempo vuela, es un gusto volver a saludarte amigo, aunque si me buscabas es por algo supongo –Kirito ya intuia que el rubio lo buscaba para algo.

-¡Sigues siendo igual!, Así es, según lo que pude investigar tu eres fotógrafo, ahora necesito uno de emergencia, pero no puedo hablar siempre por teléfono te mandaré una dirección y nos veremos ahí, lleva tu equipo –el rubio amigo de Kazuto sonaba atareado colgando en pocos segundos sin dejar oportunidad de responder.

-Dios, gracias por esta oportunidad... –agradecido el joven dio salto salir de su cama.

Con aquella nueva oferta de trabajo el pelinegro se le iluminó el día para bien, enseguida fue al baño para darse un baño aún si fuera de agua fría ya que no podía esperar a que su viejo calentador hiciera esfuerzo en preparar el agua para su baño. Después de vestirse lo mejor posible, arreglado su cabello y perfumado, Kazuto salió de su hogar con un maletín grueso en mano.

El chico estaba con un ánimo y esperanzas por los aires, sin embargo recordó las palabras que alguna vez escucho de una persona especial, "siempre espera lo inesperado" lo que lo hizo tener ese miedo que "activaba sus reflejos".

-Es en un parque... No tan lejos de aquí, si voy caminando llegaré en menos de diez minutos –se dijo el muchacho calculando su tiempo pues no podía costearse un taxi.

Durante todo el trayecto tenía que soportar el peso de su gran maletín donde llevaba una cámara que muchos pensarían que sería "inútil" pero era una bastante buena. Con la capacidad de cambiar sus lentes haciéndola extremadamente potente opacaria a cualquier otra cámara, sin embargo, ¿Cómo es que pudo conseguirla?, ¿Vendería un riñón para tenerla?

La verdad era otra, tuvo que vender cosas que el apreciaba, antes de terminar su carrera en fotografía el trabajaba en al menos tres trabajos, uno de medio tiempo en los días hábiles, repartiendo comida. Y dos en fines de semana uno era como ayudante en una tienda haciendo el trabajo de fuerza y otro era como ayudante en construcción lo que le costó heridas más de una vez en sus manos y brazos.

-Solo me falta esperar al rubio –soltó un suspiro pues el parque le quedó más lejos de lo normal.

¿Cómo se independizó?, Era lo que se preguntaba la gente al ver al pobre chico sin trabajo, pues la casa era de su abuelo quien la heredó a el. La verdad es que la vida de adulto lo golpeaba bastante duro, no cualquiera puede siempre estar en lujos y demás.
A lo lejos pudo ver a otro joven de la misma edad que el apenas de diferencia en unos meses.