En esta historia "__" una chica que ha fallecido se encuentra en un mundo nuevo, repleto de criaturas mágicas y fantásticas vistas, pero también con grandes pelígros: los demonios. Afortunadamente Thresh, el carcelero implacable, la salva, el cual h...
Con nervios me giré lentamente... y ahi estaba... totalmente diferente... totalmente... atractivo...
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Es tan...
__: Hermoso... *Me tapé la boca al saber que pensé en voz alta. Thresh dio una risilla*
Thresh: No. *Tomó mi mentón para que lo mirara* Tu eres la belleza de este reino. *Sonrió*
Dirigió su vista a la ventana para después acercarse a mi oido.
Thresh: Tengo algo que mostrarte.
Tomó su linterna y la acercó a nosotros. Poco a poco el entorno comenzó a iluminarse. Por inercia cerré mis ojos. Al sentir como la luz se desvanecía abrí mis ojos, observando una hermosa habitación.
Thresh: Bienvenida a mi santuario. Solo aqui tengo mis momentos privados. Dime, ¿qué te parece?
__: Es hermoso...
Thresh: Ven. Siéntate conmigo.
Tomó con delicadeza mi mano, guiándome a unos pequeños colchones.
Thresh: Dime, ¿te sientes mejor?
Sin soltar mis manos, las comenzó acariciar suavemente.
__: Estoy bien... *Dije con un leve sonrojo*
Thresh: Tu rostro esta rojo... *Escucharlo hizo que me ruborizara más* ¿Acaso tendras fiebre?
Se acercó y colocó su frente junto a la mía, dejandonos bastante cerca...
Thresh: Mmm... vale. *Guardó silencio por unos momentos* Entonces... ¿lograste recordar? Tu pasado.
__: ... Si... ahora entiendo porqué sentía dolor... y porqué ese asakana me eligió para...
Recordar lo que sucedió me causaba miedo y tristeza. No pude evitar mirar a otro lado, no quería que Thresh supiera que quería llorar...
Pero como si él lo hubiese adivinado, me abrazó. Con su mano izquierda tomó mi mejilla, acercándome más a él. Su dulce gesto me transmitía paz, consuelo y calidez.
Thresh: ... Si quieres llorar, hazlo. Sino... la tristeza y el dolor te invadirán.
Comenzó a peinar mi cabello con su mano, eran tan suaves sus caricias que no pude evitar comenzar a llorar en silencio. Thresh solamente me acariciaba y me abrazaba. No hablamos por un rato. Pero no era necesario. El simple hecho de estar juntos me reconfortaba.
