Capítulo 1

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Pov Soobin.

Seguro que soy el único niño del mundo que deseaba terminar las vacaciones. Durante los meses de verano, tenía demasiado tiempo libre, lo cual implica demasiado tiempo para pensar, sobre todo si eres un niño de doce años en pleno duelo. No veía el momento de empezar séptimos. Ponerme a estudiar mucho. Pasar menos tiempo solo. Al principio de las vacaciones me arrepentí de haber rechazado la invitación de papá, mejor conocido como Jeon Jungkook, de pasar el verano en Japón con la familia de mi mamá, pero es que sabía que todo me recordaría a ella. Aunque para recordarla solo tengo que mirarme al espejo.

El caso es que la escuela era mi única vía de escape. Cuando me dieron el recado de que pasara a la dirección antes de clase, temí que me esperara otro curso lleno de visitas obligatorias al psicoterapeuta escolar, de miradas compasivas por parte de mis compañeros y de maestros bienintencionados, pero algo despistados, empeñados en decirme lo importante que era "mantener vivo su recuerdo" .
Ja, como si pudiera olvidarla.

Aquella mañana, no estaba para muchos dramas, ya tenía bastante con enfrentarme a un nuevo curso desde que...

—¿Quieres que te acompañe, Soobini hyung?-me preguntó Huening Kai, Hyuka o NingNing para los amigos más cercanos, cuando recibí el recado de la dirección. Aunque intentaba disimular, la sonrisa tensa en su rostro lo traicionaba.

—No, tranquilo-repuse-. Seguro que no es nada.

Me encudriñó un momento antes de arreglarme las mangas de mi atuendo.

—Muy bien, si me necesitas estaré en clase del señor Min.

Esbocé una sonrisa tranquilizadora y me la pegue a los labios para entrar al despecho.
La señora Park Bom, la directora, me abrazó.

—¡Bienvenido Soobini! ¿Qué tal el verano?
—¡Muy bien!-mentí.

Nos miramos mutuamente sin saber que decir a continuación.

—Bueno, necesito ayuda con el nuevo alumno. Te presento a Lee Yeonjun. ¡Es de Los Angeles!

Me volteé a mirar y vi a un chico castaño claro que llevaba una cola de caballo a la altura de la nuca. A mi pareces con bastantes rasgos coreanos para de ser de Los Angeles. Se recogió un mechón de pelo suelto antes de mirarme y decirme y decir:

—Qué tal.

Tenía que reconocerlo: como mínimo era educado... para ser un surfista.

La señora Park me tendió el horario del chico nuevo.

—¿Pueden enseñarle la escuela y acompañarlo a su primera clase?
—Claro.

Salí de la oficina seguido del tal Yeonjun y me dispuse a mostrarle rápidamente la escuela, no estaba de humor para jugar a "cuentame la historia de tu vida".

—El edificio tiene forma de T. Por este pasillo llegaras a los salones de matemática, ciencias e historia.-movía las manos como una aeromoza-. Detrás de ti, los salones de japonés, ademas de la biblioteca-eché a andar con brío-. Hay gimnasio, cafetería, salón de música y salón de arte. Ah, y cuartos de baño al fondo de cada planta, además de un dispensador de agua.
Puso cara de sorpresa.

—¿Que es un dispensador de agua?

Mi primera reacción fue de incredulidad. ¿Como era posible que no supiera lo que era un dispensador?

—Pues, es una especie de llave para beber agua.

Se lo enseñé y apreté el botón para que largarse agua.  

—Oh, te refieres a un surtidos-habló el castaño.
—Si, dispensador, surtidor... que más da.

Él se echó a reír. Que risa agradable.

¿Y si quedamos como amigos?|Yeonbin (CY & CS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora