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Ese día en particular era muy tranquilo, bueno, la semana lo había sido. Estar en el campo, grabando "In The Soop", era divertido, por supuesto que cámaras, aunque no muchas, habían, también era bueno a su punto de vista descansar de las pesadas planificaciones del staff.
La suave brisa entraba por la ventana, alborotando las cortinas semi transparentes, Taehyung estaba acostado al lado del tierno, amable y oloroso a vainilla Hoseok, en la cama del mayor. A Jungkook se lo escuchaba en la habitación de al lado practicar algunos acordes en su guitarra que en realidad sonaban muy bien.
El más pequeño volteó, quedando de frente a Taehyung ya que anteriormente estaban haciendo cucharita. Observaba los ojos de Tata y juraba que podía ver todas las constelaciones en ellos. El menor lo acariciaba de aquí para allá, con las yemas de sus dedos dibujaba su boca, sus parpados caían rendidos y cada vez reiniciaba y dibujo otros labios distintos cada vez. Del teléfono del menor sonaba una playlist de bossanova, al mayor le agradaba y relajaba el género, sin embargo un cosquilleo se hizo presente en su vientre y; la sensación de estar excitado por el suave toque de Taehyung invadió cada centímetro de su etéreo cuerpo, vaya pervertido se sentía.
No le gustaba rogar, ya que en realidad a él las cosas sucias le sobraban.
—Taehyunggie, tú, sabes que yo...
—No, i don't know. Sabes que soy algo tonto para entender indirectas.— dijo, con una sonrisa algo pícara, claro que sabía, nada más quería que él lo diga.
—Bueno, sabes que yo también tengo mis necesidades sexuales y, ya que tú me pusiste así, me preguntaba si podrías ayudarme.— su voz era un tanto temblorosa, pero ese esfuerzo no sería en vano, disfrutaría y de eso estaba muy seguro.
Taehyung sonrió complacido ante su forma de acatar y besó sus labios mientras que una de sus manos se infiltraban en la camiseta enorme y holgada de Hoseok, subiendo por su espalda hasta llegar a su nuca y acariciar su cabello.
Hoseok estaba dolido, algo en el alma y corazón de esa etérea creatura pesaba, y no sabía por qué, o más bien no quería aceptar el por qué. Una mala costumbre que había adoptado desde que descubrió que era bisexual, es que cada vez que estaba deprimido, triste o enojado fingía estar excitado, y ninguno de sus "compañeros sexuales" se daba cuenta.
Parecía ser que solo su cuerpo les importaba.
—Ven aquí.
Taehyung habló, palmeando sus muslos descubiertos, el castaño antes de acomodarse a horcajadas sobre el menor agarró la botellica verde del cajón de al lado de su cama. Al sentarse los brazos de Taehyung se dirigieron a su cintura agarrándolas de manera un tanto posesiva.
Hoseok lo besó, y el contrario profundizó el beso, moviéndose con su lengua dentro de la inexperta cavidad bucal del castaño, lo agobiaba, y eso no le dejaba pensar, quizás era eso lo que le gustaba del sexo.
Se bajó como pudo sus pantalones palazo de color negro, dejando a la vista su retaguardia, dirigió la botellita verde a su mano libre donde dejó caer "hot gel", o lubricante. Dirigió su mano derecha cerca de su propia entrada, frotándola mientras soltaba leves jadeos por la sensación.
Estaba de hecho algo ansioso, pero también quería hacer de ese encuentro algo especial, algo suave. Iba a insertar así de pronto el miembro de el menor dentro de él, sin embargo la mano contraria lo detuvo.
—No, no y no. Recuestate.
Dijo acostándolo en la cama y quedando ligeramente apoyado sobre él, lamió dos de sus dedos, tanteando luego cerca de su entrada a la par que se inclinaba hasta los pezones de Hoseok, comenzando a lamerlos, besarlos, y de a ratos también mordiéndolos. Tras introducir sus dedos buscó su próstata, y al encontrarla comenzó a estimularla, viendo como su hyung se retorcía de placer debajo suyo.
Hoseok no pensó mucho y se liberó manchando su abdomen.
—Taehyung, para, no toques ahí...— suplicó, era un tanto excesivo para su pequeño cuerpo. Notando esto, el menor besó sus labios de manera corta, dándole piquitos una, y otra; y otra vez, consiguiendo calmarlo un poco.
Ya cuando Hoseok estaba completamente dilatado y embriagado con la dulzura de Taehyung, éste decidió darle lo que quería.
Se acomodó mejor entre sus esbeltas piernas color canela, escondiendo su cara en el cuello de su hyung, alineó su miembro y de manera lenta se introdujo en su interior.
—Hyung, sigues tan apretado y calentito como si fuese la primera vez.— dijo avergonzando un tanto al mayor.
—Taehyunggie, eso es porque tú sigues creciendo, cada vez más y más, ya no eres un niño y eso me asusta.— dijo, comenzando a llorar y a ponerse rojo.
—No hyung, no llores. Yo siempre seré tu pequeño Taetae.— dijo, haciendo que el mayor secara sus lágrimas besándolo por sorpresa de manera torpe.
—Aún así, es lindo verte crecer y madurar. Sólo...tengo miedo de que crezcas y ya sólo te importe mi cuerpo y no tu hyung de por sí.— Hoseok se asinceró, de una vez por todas. Amaba mucho a los chicos por igual, por supuesto que sus dongsaengs eran los más mimados por él, pero también apreciaba a sus hyungs.
—Hobi hyung...no digas eso. No olvides que nos casamos antes de nacer, en el cielo.— Hoseok rió aún lagrimeando un poco, su pequeño Taehyung y su extraña personalidad lograban animarlo.
Hoseok se removió un poco debajo del menor, indicando que podían seguir con un pequeño sonrojo, a lo que Taehyung sonrió cerrando suavemente sus ojos y se movió, haciendo jadear por lo repentino a su hyung, quien lo besó repetidas veces interrumpiéndose de vez en cuando con gemidos dulces o suaves jadeos que enamoraban hasta al más duro de corazón.
Hoseok era un ser etéreo, de otro mundo, tan delicado y bonito aún siendo un chico.
Ambos llegaron al orgasmo al mismo tiempo, jadeando y besándose sin importarles mucho el hecho de que Jungkook había venido a cerrar la puerta de ellos, notando que estaban tan metidos ambos en el momento que no se habían dado cuenta de la puerta abierta.
Se besaron y acariciaron un buen rato luego de terminar eso, empalagándose sin importarles mucho el tiempo, ni los demás, ni el mundo.
Sólo ellos dos brindándose mimos.
