Stupid poetry | Escritos |

Divagar.

Se siente como si taparan mi garganta, como si unas grandes manos presionaran mi cuello y no dejaran al aire pasar.
Cierro mis ojos y los recuerdos empiezan a divagar en mi cabeza, que ahora estaba dentro del agua, llenando a mis pulmones e intentando acabar con mi vida.
Mis ojos se abren, estoy frente al espejo, con los labios rotos por haber besado a un ángel y con cristales en los ojos por ver más allá de lo permitido, ese es el castigo después de tocar a un ser celestial, que tus ojos lloren sangre por haber visto lo divino, así volverías al sufrimiento eterno de la tierra; porque la vida va bailando entre eternidades más cortas y eternidades mas largas. Mi eternidad es como un gran infinito, me deslizo entre sus curvas, con aquello que quería matarme pisándome los talones.

Nuevamente mis ojos se cierran, un corte atraviesa mi garganta, la sangre empieza a salir de mi boca y el sabor metálico se expasarse por todo mi paladar, pero aún divago entre mis pensamientos, aún estoy en ellos, hasta que sacan mis ojos y aún estoy frente al espejo. Mi reflejo, era quien me estaba matando, fue quien incrustó cristales en mis orbes y decidió suicidarse para cortar mi garganta, mis labios rotos habían besando al ángel de la verdad, por eso ardían cada vez que escupía palabras, porque no podían salir mentiras.

Me hice tan franco frente al mundo, que hasta mi reflejo empezó a odiarme, me hice tan transparente que mis propios pensamientos empezaron a ahogarme, cualquiera podía leerme y aún así, no podían entender las cosas que pasaban por mi cerebro disturbio. La divinidad la vi cuando consumí tantas pastillas que mi ser completo viajó al cielo, en donde me devolvieron a la tierra en una gran caída, empujándome desde las nubes hasta caer de picada al suelo. Por ello, cada vez que estaba frente al espejo mis ojos se cerraban, porque odiaba mi reflejo, pero él terminó odiándome más, hasta el punto de acabar conmigo.