Contando estrellas ☆

Capítulo 1

La nueva Beth

-Te perdiste.

-Dime algo que no sepa.

Soltó un suspiro antes de hacer memoria, ignorando la sonrisa de su acompañante, ella era nueva en el pueblo y nadie se había molestado en saber más de ella. Tampoco era que quisiera hablar pero por una vez...por primera vez sintió que quería contar lo que todos simplemente habían pasado por alto, quería saber qué opinión le daría alguien externo.

-Aquí voy...

El asintió dispuesto a escucharla. Ella pronto descubriría sus secretos también, no tenía preocupación alguna por ello, sin decirlo ambos habían hecho un pacto de confidencialidad del cual solo las estrellas habían sido testigos.

Bethany Woods era simplemente Bethany Woods. Daba igual donde preguntaras pero todos en aquel poblado solo sabían algo de ella: Su nombre.

Cuando tenía doce años su mejor amiga, Sarah Hollines, había caído enamorada de su hermano mayor. Beth había intentado por meses que su amiga eliminara aquella idea de su cabeza, había hablado con su hermano quien era cuatro años mayor e incluso buscado consejo en sus padres, daba igual que tanto se esmerase cada día se sentía más incómoda con el asunto. No era algo agradable escuchar a sus amigas babear por su hermano, buscaba cambiar de tema pero eso solo la dejaba aislada del grupo. Entonces recurrió a su hermano al borde de las lágrimas, no tenía idea de que hacer y sentía que cada día era alejada de sus amigas.

Thomas, su hermano mayor, opto por confrontar a las chicas. Lo hizo de forma dulce incluso, tratando de dejar en claro cómo se sentía su hermana he intentado no hacer sentir mal a ninguna de las presentes. El problema fue que obtuvo una reacción completamente inversa a la esperada, comenzaron a decir que Beth le había prohibido a su hermano salir con Sarah, por lo que no solo fue vetada de su grupo de amigos sino que también llevaba la advertencia sobre su cabeza: Si eres su amiga, te hundes con ella.
Los niños pequeños pueden ser muy crueles algunas veces, pero el problema de ello fue que nunca cambio. Los años pasaron y Sarah siempre le tuvo rencor por ello, aunque este se mezcló con la diversión de molestarla y humillarla públicamente. Primero con cosas inocentes hasta que todo comenzó a aumentar, las bromas pasaron a ser chicos mandados por Sarah para ver qué tan lejos hacían llegar a Beth, lanzarle comida había cambiado por empujarla casi a la calle. Cada año las cosas eran peores y cada año Beth sentía más miedo de ser ella misma...solo quería esconderse.

La había enfrentado muchas veces, como aquella vez en los corredores cuando Beth estaba guardando las cosas en su casillero. Su cabello castaño impedía que viese si alguien se acercaba, pero claro que el sonido de los tacones le dio la advertencia. Cuando alzo la mirada unos ojos cafés acompañados de una melena rubia y una sonrisa maliciosa le dieron la bienvenida

-Hola Sarah. – como siempre su voz salía baja y con un deje de cansancio, nunca provenía nada bueno tras encontrarla

-¿Crees que puedes saludarme, B? - se burló esta, era extraño verla sin las dos cabeza huecas detrás suyo.

Beth no bajo la guardia, ni siquiera se sorprendió cuando la rubia tiro todos sus libros al suelo. Ella solo suspiro y se arrodillo para juntarlos, siempre era igual. O al menos eso creía hasta que corridas se escucharon desde detrás suya y antes de poder mirar sintió un líquido cubrir por completo su cuerpo. Pintura.

Cerró los ojos con fuerza, ahogando un grito mientras escuchaba sus risas. No tenía que abrir los ojos para saber que estaban grabando o tomando fotografías, algunas veces eran demasiado predecibles. Pasó las manos por su rostro quitando un poco de la pintura antes de mirar nuevamente a Sarah, sus ojos verdes siempre se destacaban pero ahora parecían lanzar fuego. Toda su ropa estaba de color azul, su cuerpo completo... ella amaba esa falda. Tan superficial como eso sonaba.