Capitulo 0

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Y con un suspiro se fue... Yo estaba a su lado, sujetando la mano, hasta el último segundo él me apretaba la mano con la poca fuerza que le quedaba. Pero cuando noté que la fuerza disminuye y la frialdad se apoderaba de su mano lentamente, sabía lo que vendría a continuación de eso. Estaba asustado, solo y no quería ni asegurarme de que aquel trágico suceso acabara de pasar hace apenas segundos, pero así fue...se había ido.

Papá...- esta simple palabra que jamás me había costado pronunciar, hoy se hizo casi imposible y más sabiendo que no obtendría respuesta alguna.
Y solo pude llorar, apoyar mi cabeza en su pecho por última vez, abrazarlo nuevamente y llorar como nunca antes.

Pensaba en los momento que me había regalado, sus bromas, risas, historias, consejos y todo lo que me regaló. Por un instante dudé si algún día volvería a ser feliz, si alguien llenara este vacío que mi querido padre había dejado en mi pecho.

...

Un tiempo después tuvo lugar el funeral, todo el pueblo estaba allí, pero ninguno de ellos me importaba, no podía ni mirarlos, simplemente había dejado de ser yo... mi luz se acaba de apagar en un día de tormenta.

Que vuestro corazón no se alija. Creed en dios y en mi. En la casa de mi padre hay sitio para todos y sobre todo para los que no están y han dejado aquí su plenitud y sabiduría. Voy a preparar un lugar para vosotros- leyó de aquel viejo libro, poco después el ministro se fue y con él todos los demás. Yo no podía hacer nada, no quería hacer nada, me quedé ahí mirando a la tumba de mi padre sin hacer absolutamente nada.
¿Qué sentido tenía ahora creer en  Dios? Me había fallado,, se llevó lo único que tenía y me hizo sentirme la persona más solitaria del mundo, me sentía abandonado... No culpaba a mi padre, ya que en las condiciones que se encuentra no podría reclamar nada...simplemente estaba solo.

Miré al cielo y un copo de la muy fría nieve me acarició el rostro. Me quité el guante y uno de los copos se posó suavemente en mi mano para derretirse con el calor de esa misma.

Unos minutos después, decidí volver a casa, donde estaban todos los invitados. Me acerqué a la puerta , miré por la pequeña ventana de esta y decidí no entrar. Simplemente me quedé ahí plantado unos segundos y tras un rápido pensamiento me di la vuelta y caminé en sentido contrario. Sabía que no podría aguantar aquella escena de todos apiadandose de mi en este momento.

Gilbert - segundos después alguien salió por la puerta gritando mi nombre y siguiéndome. Enseguida comprendí que era Anna, por un segundo olvidé todo lo que había pasado, pero duró muy poco esa calma que me llegó por unos segundos. Ni me giré a mirar a Anna, aun asi ella me acompañó mientras andaba. - Un servicio precioso, y muy apropiado... Todo estaba muy... Blanco y tranquilo. A mi entender el ministro reza de un modo funerario, así que ha quedado muy bien y acorde. Sus bautismos deben ser tristes- no sabia que responder así que simplemente no lo hice- Ser huérfano tiene sus retos, pero tu ya tienes miles de ventajas... por los que te irá mucho mejor que a mi. Y...yo... No conocí a mis padres , murieron cuando yo era pequeña, yo no podía defenderme como tu podras y no recuerdo nada de mis padres, tú siempre podrás recordar...  asi que pensandolo bien tienes mucha suerte
¿Mucha suerte? ¿realmente crees que tengo mucha suerte? - la miré destrozado
comparado conmigo si - sonrió, dejando el victimismo que esperaba
¿Y qué tiene esto que ver contigo Anna? - dije sin tapujos
no..nada es que solo quería...- la interrumpí, no quería seguir oyendo
nos vemos - le dije cortante y me fui de allí

...

Habían pasado varios días. Tenía que comprar algo para la casa y durante el camino oí como alguien me llamaba.
¡Que hay Gilbert! - seguí caminando esperando a que la persona en cuestión se pusiera a mi altura - ¿como estas Blythe? - dijo el idiota de Billy Andrews a mi lado, nunca me habia caido bien.
bien - mentí
tienes que volver a la escuela, esa huérfana fea esta descontrolada - me molestaba que dijera eso , incluso cuando ella había sido tan poco empática conmigo
¿y a ti que?
Alguien debe demostrarle que no es tan lista
es muy lista- admití- siempre me había gustado la competición que teníamos en la escuela, así que al recordarla pude sonreír mínimamente- asúmelo- negué con la cabeza en modo de desaprobación
¿ por que eres asi amigo? - dijo apoyando su mano en mi hombro, la cual aparté al instante
¿ Por qué no coges un libro y te ocupas tú mismo de Billy? - respondí cortante
si.. vale.. buena, amigo
te diré una cosa ¿vale? - dije mirándolo
si
no soy tu amigo...
si, vale - dijo riendo
como vuelvas a meterte con ella... lo lamentarás - lo amenace a lo que el volvio a reir
vale- se encogió de hombros
ya... vale - me dí la vuelta para seguir mi camino
¿cual es tu problema tio?
preguntalo otra vez - le reté- no, en serio, preguntó otra vez, adelante - e¡dije enfadado
¿ por qué tienes que ser así?
¡Pregúntame! - exigí

Como vi que no iba a hacerlo me volví a girar para poder seguir mi camino de una vez

vamos chico... no te entiendo.. en serio ¿ cual es tu problema? -  me di la vuelta rápidamente para tirarle el saco que llevaba en mi hombro, este lo cogió al instante. Y como tenía las manos ocupadas, aproveché para pegarle un puñetazo en la cara

Él se levantó enseguida, y se me abalanzó, tirandonos ambos al suelo.

no os la voy a describir entera, simplemente os diré que me hizo plantearme mi partida de Avonlea.

...

Lo primero que hice fue viajar a Charlestown y empezar a trabajar en el muelle, quería un nuevo destino para mí, al fin y al cabo, nunca había querido ser granjero, por lo que cualquier trabajo me parecía suficiente. necesitaba huir de mi vida, no olvidarla, nunca lo haría, pero si escapar. Quería ver mundo y vivir nuevas aventuras.

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⏰ Última actualización: Aug 25, 2020 ⏰

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Te requiero - Gilbert Blythe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora