Nariel, la segunda princesa de Liones y la heredera al trono, huyó del castillo tras el golpe de estado de los Caballeros Sacros junto con su hermana Elizabeth, la tercera princesa de Liones. Para combatir la crisis, iniciaron un viaje en busca de los Siete Pecados Capitales. Sin embargo, la prueba fue difícil, los Caballeros no pensaban dejarlas escapar tan fácilmente y en una emboscada que sufrieron a las afueras de un bosque, la princesa Nariel resultó gravemente herida. A último momento alguien les otorgó ayuda, ese muchacho resultó ser el líder de los Siete Pecados Capitales el pecado de la ira; Meliodas, el dragón.
Esta es una historia ancestral que ocurrió cuando los mundos humano y espiritual no se habían separado. Los Caballeros Sacros, defensores del reino, poseían un poder mágico inmensurable, eran temidos y a la vez venerados. Pero existieron 7 alma que traicionaron al reino, se les conoce como... Los 7 pecados capitales.
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El piso se estremecía bajo las pisadas de la mamá de Hawk.
Había despertado hace unas horas y había decidido salir de la cama, a pesar de las negativas de su hermana, y observar el paisaje por la ventana.
Habían logrado toparse con el capitán de los Siete Pecados Capitales, Meliodas, y desde que despertó no había podido dejar de darse cachetazos mentalmente. Lucía igual a como lo recordaba, supuso que fue exactamente por eso que no lo identificó, habían pasado diez años, las personas normales crecen, Meliodas seguía pareciendo un mocoso de diez.
Nombra al demonio y se te aparecerá.
—¡Elizabeth!¡Nariel!¿Podrían bajar un minuto?
—¡Sí, claro!— como se estaba acostumbrando a hacer, dejó a Lizzy hablar por ella.
Su hermana había estado más sonriente que de costumbre y eso lograba ponerla de muy buen humor. Sabía que poco a poco la esperanza que había perdido en el camino hasta él estaba volviendo con fuerza, para nunca irse. O así esperaba que fuera.
—Meliodas.— lo llamó, haciendo que el rubio se girara para verla.—¿Crees que pueda hablar contigo a solas por un momento?
El rubio la miró extrañado. —Claro.
Una vez que Elizabeth se fue con Hawk al piso de abajo, decidió poner su disposición toda la información que había recolectado, y que repercutían en él.
—¿Elizabeth te explicó lo que está sucediendo en el reino no?
—Sí, si lo hizo. Tú estabas ahí de hecho.
La princesa rodó los ojos, Sir Hawk había tenido razón, no había manera de que se tomara algo en serio.
—Deberías tener cuidado con esa espada.— le dijo la chica de manera seria. Meliodas se tensó, no le gustaba por donde iban los tiros.— van tras de ella y de nosotras. Supongo que sabes por qué.